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“Llamamiento al Pueblo Español por la Libertad”. Por Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada (ÑTV ESPAÑA, 5/11/2023).
Con el debido respeto, por supuesto que puedo comprender la angustia del señor Marichalar, que, en su periplo por los océanos del mundo, siente el dolor de una España que se nos cae a pedazos. Ahora bien, sintiendo yo el mismo dolor y la misma angustia, no caigo en el error de bulto, en la injusticia manifiesta en la que cae el señor Marichalar, sin duda alguna, porque él, sí es demócrata liberal y, antes que nada, monárquico de esta Monarquía que perjuró, traicionando a lo que se había obligado: cumplir y hacer cumplir.
A lo dicho, permítanme hacer dos precisiones:
1ª. Que España se nos viene cayendo a pedazos desde el 22 de noviembre de 1975. Aunque la tristeza derivada de la traición a España no la han sentido todos los españoles.
2ª. Que esta Monarquía, llegada SU necesidad, juraría, y sobre el argumento por el bien de España, cosa distinta a la jurada: “guardar y hacer guardar la Constitución” de 1978.
Califica el señor Marichalar al presidente del Gobierno de “felón” (el mismo calificativo que la historia dio a un pariente de Felipe VI), y estoy de acuerdo, pero también se refiere “a los que le dejan hacer, compartiendo la culpa”. “Acción y omisión -dice- son caras de la misma moneda de traición”. Y estamos de acuerdo, pero se queda ahí para seguidamente dar un giro de 180º y cargar la obligación de la situación de España a la “ineludible responsabilidad” del pueblo.
Así pues, salva de la quema el señor Marichalar a los principales destinatarios de su llamamiento, primeramente, a Felipe VI (el 2º sería el Poder Judicial y el 3º las Fuerzas Armadas), que sí tiene obligación de actuar de actuar, convocando un Referéndum sobre la cuestión de la Amnistía. Incluso cesando a Pedro Sánchez.
Finalmente, constata el señor Marichalar lo que algunos españoles advertimos desde su puesta de largo: el fracaso de nuestro sistema político, cuya forma de Estado es la Monarquía, por cuanto, como bien dice el señor Marichalar: nuestra “democracia se muestra titubeante, débil e incapaz de protegerse contra el proceder criminal de un individuo sociópata”.
Ahora bien, en su ardorosa ingenuidad congénita, el señor Marichalar hace un llamamiento a recuperar “nuestra Democracia”, confiando en “nuestra magnífica Princesa Leonor”.
Para mí que la solución de España no va por esos dos caminos.
Mañana hablaremos de la responsabilidad del Ejército.
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El Sr. Marichalar vive fuera de la realidad (o interpreta un papel).
1. La Monarquía es cómplice necesaria y consciente.
2. Una España libre, coherente y sin corrupción no necesita monarcas, mucho menos si son borbones.
3. Leonor es una caricatura y un muñeco presto a cumplir órdenes. ¿Juró defender los «derechos» de las comunidades autónomas o algo así?¿De qué va? Es parte del problema, no la solución.
Entiendo que el Sr. Marichalar sea agradecido. Pero siendo como tradición, la monarquía resultaría buena, esa de los Borbones, desgraciadamente y salvo algún honroso monarca, es muy negativa. Incluso en este mismo momento sufrimos esa negatividad en este monarca, siendo un Felpudo-feliz en la destrucción de la Patria y su Historia y las múltiples agresiones graves a los españoles…
El panfleto del Sr. Marichalar y-lo-que-sigue no tiene salvación posible aunque trate de buscarse con lupa e, incluso, se intente imaginar con ciertos signos de puntuación en otros puntos del texto. En cuanto a la tal Leonor, será «magnífica» porque ha tenido la suerte de salir muy guapa ( ¿Borbón, Ortiz o Puigmoltó? ), pero eso sólo a ella beneficia, no a la sufrida plebe.