01/11/2024 01:03

Nieto

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No es un capricho haber dedicado dos de mis libros al tema de la verdad. Creo, y así lo vengo diciendo donde me dejan decirlo, que la mentira es, con diferencia, el elemento más dañino y corrosivo de la sociedad de hoy, gravemente enferma de relativismo moral. Una sociedad que, en su conjunto, es ya incapaz de distinguir el Bien y el Mal, cosa que nuestros abuelos hacían casi con la misma facilidad que respirar.
La mentira, como explico ampliamente en esas dos obras, no es exclusiva de la política, sino un «modo de vida» cada vez más extendido, incluso en católicos de misa diaria. Y es que el demonio, con su pavorosa facilidad para confundir a los hombres, ha logrado que acomodar la realidad al interés personal (o sea, mentir, manipular, engañar) sea visto por millones de personas como algo legítimo, o al menos disculpable.
Anoche, en la televisión pública, vimos un «debate a tres» (en ausencia del cuarto) donde al 66% de los participantes no les interesaba nada la verdad. Es más, tanto Sánchez como Díaz le deben a la mentira (y a su progenitor, Satán) todo lo que han conseguido en su carrera política. Ninguno de los dos ha hecho otra cosa en los últimos años que «acomodar la realidad a su interés personal» o político. Y el mundo de hoy sabe premiar generosamente a los mentirosos y a los corruptos.
Quizá por eso, bien asesorado y con aún más calma de la que ya es frecuente en él, Abascal avisó desde su primera intervención de lo que los espectadores iban a escuchar por parte de los representantes de la izquierda: mentiras. Anoche no parecía Fortes tan interesado en desmentir bulos como el día de Feijoo con Sánchez, cuando casi propuso el Pulitzer para Silvia Intxaurrondo. Porque a Fortes, como a su rubia compañera, tampoco les importa en absoluto la verdad, y menos aún el periodismo.
Hemos de darnos cuenta de que la política partidista en España se ha convertido, desde la Transición, en un verdadero lodazal. Se ve, para quien quiera verlo, todos los miércoles en el Congreso de los Diputados. El nivel de desvergüenza, de falta de educación, de falta de respeto y decoro parlamentario, es ciertamente estremecedor. Porque cuando vives en un estercolero moral, lo que sale de tu boca sólo puede ser reflejo de lo que tienes en el corazón. Y la mayoría de «sus señorías» no le dicen la verdad ni al médico, muchísimo menos a los españoles.
El debate de anoche escenificó la eterna lucha del Bien contra el Mal, pero esta vez en formato de uno contra dos. Sánchez y Díaz, convertidos en los Dalton para la ocasión, se repartieron los papeles en un compadreo repugnante, porque su objetivo no era otro que descomponer a su adversario. Pero éste, sereno, seguro de sus argumentos, fue despachando las trolas de la extrema izquierda con pasmosa facilidad. Y rematando su defensa con ataques certeros, como cuando recordó a Díaz la ideología criminal y totalitaria que defiende, y los amigos que tiene en la Hispanoamérica bolivariana.
En ese momento, probablemente Feijoo estaba aún vigilando el bolso de Soraya en el escaño también vacío de Rajoy. Sus asesores, o él mismo, decidieron no ir al sitio donde se estaba disputando la batalla final de la campaña electoral. El domingo sabremos si acertó o erró. Si es por actitud, por contenido y por vergüenza torera, el debate de la casa de Fortes e Intxaurrondo lo ganó con claridad Santiago Abascal.

Autor

Rafael Nieto
Rafael Nieto


Nació en Madrid en 1975. Es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Ha dedicado casi toda su vida profesional a la radio, primero en Radio España y desde 2001 en Radio Inter, donde dirige y presenta distintos programas e informativos, entre ellos "Micrófono Abierto", los Domingos a las 8,30 horas. Ha dirigido la versión digital del Diario Ya y es columnista habitual de ÑTV en Internet. Ha publicado los libros "España no se vota" y "Defender la Verdad", "Sin miedo a nada ni a nadie", "Autopsia al periodismo". Esta casado y tiene un hijo.

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Geppetto

«Hemos de darnos cuenta de que la política partidista en España se ha convertido, desde la Transición, en un verdadero lodazal. Se ve, para quien quiera verlo, todos los miércoles en el Congreso de los Diputados. El nivel de desvergüenza, de falta de educación, de falta de respeto y decoro parlamentario, es ciertamente estremecedor. Porque cuando vives en un estercolero moral, lo que sale de tu boca sólo puede ser reflejo de lo que tienes en el corazón. Y la mayoría de «sus señorías» no le dicen la verdad ni al médico, muchísimo menos a los españoles.»
Esto sucede porque comoVd escribe «Creo, y así lo vengo diciendo donde me dejan decirlo, que la mentira es, con diferencia, el elemento más dañino y corrosivo de la sociedad de hoy, gravemente enferma de relativismo moral. Una sociedad que, en su conjunto, es ya incapaz de distinguir el Bien y el Mal,»————-
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Darle la vuelta a eso se muy dificil

Hakenkreuz

¿Y por qué cree usted que las mentiras de VOX son mejores que las mentiras de otros?
Eso es muy hipócrita y fariseo.

Si usted fuera católico, señor Nieto, católico verdadero, de dar testimonio de la Verdad, como Cristo, no jugaría usted y todos los autodenominados «católicos» con la mentira votando a un partido conservador. No es menos pecado el aborto conservador que el rojo. Votar para un católico, es apostatar, confiar en el padre de la mentira, en satanás, como hizo Eva, como hizo Adán después. No se puede ser católico verdadero, no se puede amar a Jesucristo, y tolerar la mentira, venga de donde venga. Por eso digo que ustedes, los de ntvespana.com no son católicos, no creen en Dios de ninguna manera. Ustedes creen que la política es «caridad». Ustedes engañan y se engañan. Ustedes pagarán por ello por toda la eternidad si no se retractan y hacen penitencia. Repito, ustedes no conocen ni aman a Dios, ustedes no conocen a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. Ustedes confían en el demonio, en la política, conservadora en su caso. Ustedes no son de Dios. Son «fieles» traidores a Cristo.

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