El sueño de Felipe II y la Galería de Colecciones Reales. Por Carlos Zarco

Hoy decimos adiós a un sueño.

Cuando hablamos de sueños no es fácil acertar cual era el sueño de alguien, sobre todo si ha muerto y no nos dejó escrito cual era el suyo. Lo que sí sabemos es que el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue un sueño cumplido del Rey Felipe II y que después de 21 años vio culminado tanto en su construcción como en su alajamiento o decoración.  Entre los pintores que vinieron a trabajar para el mismo se encontraba uno de los que pasarían a la historia de la pintura como artista de gran calado, Doménikos Theotokópoulus, El Greco. Felipe II, era un rey muy exigente con los pintores que intervinieron en el edificio y procuraba que estos mostrasen su saber y hacer, antes de ser contratados para laborar en la misma. Así ocurrió igualmente con el mismo pintor en su “El sueño de Felipe II” o “La adoración del nombre de Jesús” en el que se evoca la Santa Liga, coalición naval que puso fin al poderío turco en el Mediterráneo, tras la batalla naval de Lepanto, que una vez “aprobado” el Greco pasó a pintar “El martirio de San Mauricio” para las capillas y altares de la Real Basílica. Este cuadro mostrado en multitud de exposiciones, tanto nacionales como internacionales, ha viajado por el mundo mostrando la maestría del Greco, el sueño del Rey D. Felipe, la grandeza de España y la majestuosidad de los artistas que trabajaron para el Monasterio de El Escorial, razón por la que el Greco vino a España, para trabajar en la Obra del mismo.

Ahora esta obra ha salido del Escorial para engrosar la colección de obras “expoliadas” de los Reales Sitios pasando a engrosar la megalómana obra (más de 170 millones de €) que será La Galería de Colecciones Reales, que al lado del Palacio Real de Madrid y de la Catedral de la Almudena va a mostrar unas obras de arte del Patrimonio Nacional pero vaciadas de sustancia, cultura histórica, procedencia y razones de su origen. La intrahistoria de cada obra, que vive con ella, que viaja con ella y que pertenece al lugar de donde proceden es parte de la obra de arte. El turista, visitante, experto, estudioso debe ver la obra en el entorno de su creación, no traer la obra a los mismos, por intereses económicos o políticos, salvo contadas excepciones de exposiciones que se ha tratado de minimizar en su número.

Este “expolio”, visto, anunciado, criticado por expertos y mostrado como una política en desuso, trasnochada y contraria a la seguida en los últimos años, tanto por Patrimonio Nacional como por toda la museología y museografía actual nos va a privar a los vecinos, visitantes, trabajadores de Patrimonio Nacional, estudiosos, expertos  de los Reales Sitios, así como al resto del mundo cultural y artístico de “ El sueño de Felipe II”,  como obra del Greco en El Escorial e igualmente a Felipe II al privarle de haber cumplido el sueño de un  Monasterio de El Escorial completo , que no es sólo un edificio si no su decoración interior y el entorno que le rodea.

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REDACCIÓN

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