21/11/2024 17:15
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¿En qué sentido se pueden calificar de estúpidas las proyecciones novelísticas de J. Goytisolo, al margen del interés literario que puedan contener sus relatos? Creo que, muy justamente, en su lastre ideológico, nunca conveniente en literatura y menos si procede claramente de problemas o frustraciones personales, convertidos en una inmensa humareda que cubriría el cielo de España y de Occidente. Es inevitable que un escritor refleje en sus obras problemas y concepciones personales; no tiene por qué ser un lastre para la obra, también puede ser lo contrario, pero cuando se transforman en una vanidad tan ridícula como en Goytisolo, parece posible hablar de estupidez.
El mismo lastre, menos exagerado y sin proyección personal tan evidente, lo encontramos en muchos de los escritores tratados en Memoria literaria y guerra cultural. Marsé, Delibes, Muñoz Molina, Umbral, Cela, Cándido, E. Tusquets, Cercas…, decidieron (salvo Cela, que intenta una neutralidad condenatoria a diestra y siniestra) ver en el bando perdedor de la guerra civil a la buena causa de la libertad, el progreso, la cultura y la europeización, aun admitiéndoles algunos defectos, incluso graves. Por el contrario, los vencedores carecerían de cualquier disculpa, y suelen salir pintados con colores sucios, como hipócritas y ruines. “Los personajes de derechas son seres invariablemente mojigatos y beocios, con taras tanto físicas como morales y llenos de prejuicios clasistas y desplantes, como Mamá Obdulia, Cruz y su hermano Vidal,, cuya lúbrica calva…”, recoge M. Calderón de la obra de Delibes 377A, madera de héroe, una burla permanente del heroísmo que en la guerra demostraron muchas veces los nacionales (Delibes peleó en su bando, pero bien se ve que se arrepintió), y casi nunca sus enemigos.
Que esos autores decidieran, a menudo muy a destiempo, tratar con simpatía a unos u otros de los perdedores de la guerra puede estar muy bien, novelesca y aun históricamente. Pero presentarlos en general como los adalides de la libertad, el progreso, etc., requiere, o un grado de desinformación inadmisible en cualquier escritor algo serio, o una ignorancia voluntaria que equivale a estupidez. Típico de esta novelería es también presentar los años 40 como tétricos, siniestros y brutales sin remisión. Por supuesto, pueden hacerse, como Cela, retratos valiosos literariamente de las personas desgraciadas, o sumidas en una vida rutinaria, gris y mísera moral y económicamente: de hecho ese es el tema de una gran parte de la literatura, en cualquier país actual.
Pero extender la pintura a todo un país y una generación es falsear la realidad de modo tan absurdamente deliberado como la exaltación del Frente Popular. Porque aquellos “desdichados” años 40 libraron a España de las atrocidades de la SGM, y en ellos se reconstruyó el país con sus propias fuerzas (al revés que el resto de Europa) y desafiando una hostilidad exterior que cabe calificar de criminal. Y se desafió con éxito, como muestran numerosos indicadores que he tratado otras veces (https://www.libertaddigital.com/opinion/historia/los-40-y-50-anos-perdidos-del-franquismo-1276239136.html ). Es una lástima que aquel esfuerzo realmente épico y tan exitoso no haya merecido un tratamiento literario mínimamente adecuado, pero esa es otra cuestión. Lo que permite hablar aquí de estupidez no son los temas o simpatías de los relatos sino su pretendida y gratuita hinchazón en plan histórico .

Autor

Pio Moa
Pio Moa
Nació en 1948, en Vigo. Participó en la oposición antifranquista dentro del PCE y el PCE(r)-Grapo. En 1977 fue expulsado de este último partido e inició un proceso de reflexión y crítica del marxismo. Ha escrito De un tiempo y de un país, sobre su experiencia como "revolucionario profesional" comunista.

En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía que ha cambiado radicalmente las perspectivas sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistasLa quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en ÑTV, Libertad DigitalEl Economista y Época.
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Aliena

Hay que ver, con qué lucidez habla Pío Moa cuando se aparta del tema «VOX». Por más que yo deplore que se haya dado carta e naturaleza al ridículo adjetivo «exitoso», que nunca debió salir del limbo, y sin el cual vivíamos tan ricamente.

Surreal

Las sectas políticas de derecha e izquierda son las peores. Omnubilan al cien por cien y cuando interesa a quienes las controlan convierten a los adeptos en máquinas de odio, terror y muerte

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