Contestando al General de División (R), Don Rafael Dávila. Por Miguel Sánchez

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Mi querido, D. Rafael, sí, querido amigo, aunque discrepemos en asuntos vitales para nuestra Nación, mi admirado General Dávila, contesto a su artículo titulado:

TRES ARTÍCULOS PARA EL FUTURO DE UNA NACIÓN: MONARQUÍA Y FUERZAS ARMADAS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Una vez más y debo serle cansino, porque siempre es más de lo mismo. Siempre chocamos con la misma piedra. Y me refiero, cómo no, a la monarquía que nuestro Caudillo, instaló en la Zarzuela, cometiendo el más gravísimo error, de toda su excelente andadura, en contra de la masonería, el liberalismo, la anarquía, el comunismo y demás plagas que nos sometían al crimen y la ruina, más horrible posible. Mientras a la vez, luchaba en pro de la fe, de la Patria y de todos los ciudadanos españoles.

Mi General, nunca vamos a la base crucial de esta lamentable inquisición impuesta que padecemos, en la que nuestra Patria ha sido denostada, mutilada por aquellos que deberían dar el ejemplo y defenderla a ultranza.

El edificio de nuestra Patria, se tambalea cada día más, porque la base, los cimientos son débiles, inconsistentes y no se han empleado los materiales adecuados, para que tenga firmeza y durabilidad

Podemos hablar y decir, que los engendros diabólicos de la extrema izquierda, está imponiendo sus criterios de Profanadores, Talibanes, Herejes y Criminales. Y estaríamos diciendo la verdad.

Podemos hablar y decir, que la supuesta derecha del P.P., se convirtió en masonería, herejía y con tendencia a la izquierda, a la que siempre ha mantenido fiel, en sus Decretos, Leyes y todos los sapos, bien aderezados, que nos han hecho tragar. Y estaríamos diciendo la verdad.

Podemos hablar y decir, que la mayoría del generalato de nuestras FFAA, está politizado y es progresista o medio pensionista. Y estaríamos diciendo la verdad.

Podemos hablar y decir, que la Constitución del 78, ha sido un auténtico muladar, para la religión y para la Patria. Y estaríamos diciendo la verdad.

Podíamos decir tantas y tantas cosas, de la vertebración de España, para que gajo a gajo, sea más fácil de comer e ingerir.

Con todo mis respeto y a la vez con mi absoluta discrepancia, considero que la decadencia de la Patria, para vuecencia, se resume en que TODOS, son culpables, menos la Monarquía, que gracias a ella, nos sacaran de todos los atolladeros y se pondrá al frente de nuestras tropas, tal y como hizo ese monarca, al que Vd. sirvió, como Teniente Coronel ayudante militar de Juan Carlos I.

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Debo recordarle, que llevamos con esta Dinastía infame, francesa y afrancesada desde 1.700 y gracias a ellos, todo lo ganado, todo lo conquistado, lo hemos ido perdiendo y de ser un Imperio, en donde no se ponía el sol, ahora España, está en penumbra, más aún, en un túnel oscuro, por donde no se ve el principio de la luz.

El siglo XIX, fue la catarsis de nuestros pueblos allende mares y océanos, desapareciendo de ellos y además malamente, sin dejar un poso fuerte, ni un rescoldo de fuego, para un día poder volver a compartir nuestra hermandad y unidad.

Pero es que el siglo XX, ha sido peor aún, mucho peor, porque está en entredicho la unidad de la Patria y se desmorona por sus cuatro costados, sin que nadie ponga el remedio adecuado. No vale con parchearla, hay que tirar y cimentar adecuadamente.

Como en la imagen de portada, España navega, sin rumbo, por un embravecido mar, en el que unos, otros y todos, intentan destruirla, a sabiendas, que los resortes para defenderla, están estancados, están si engrasar, están corroídos, por falta del aceite necesario (la sangre), para que eso no ocurra.

Pues, mi querido Don Rafael, esos cimientos de los que le hablaba, los puso su amado monarca, no sin antes cometer el mayor pecado contra Dios, como es el perjurio y el mayor pecado sobre España como es: La Alta Traición contra ella, al regalar una parte de la misma a nuestros vecinos enemigos, perpetuando la dejación más infame y en que si hubiera habido un General patriota y cumplidor de su Juramento por la defensa de Patria, debería haberle arrestado, requiriendo a su vez, un Juicio Sumarísimo, para que es díscolo y ferviente vividor, penara su muchos pecados.

Luego auspiciada por él y su fiel botones, a tiempo total, otro perjuro, un tal Adolfo Suarez, junto a sus sicarios, montaron la; “GRAN TRAICIÓN”, contra España y el General que le coronó”.

Este individuo y su hijo, a los que vuecencia halaga fervientemente, son los que asentaron esta basura de País y la Prostitución que les respaldaba, para llevarnos hoy en día, a las tinieblas, por unos y otros, que ejercen con aquellas enseñanzas que impusieron esos macabros traidores, con su Rey a la cabeza.

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Y para ser más contundente, le diré:

¡Qué o se está con Dios y con la Patria o se está con estos monarcas despreciables!

Siempre vividores y en brazos de la izquierda más radical, cruel y paranoica, firmando cuantos Decretos y Leyes, les ponen en sus lúgubres mesas”

¡Dios tenga misericordia de vuecencia y le conceda muchos años de vida!

https://generaldavila.com/2023/06/07/tres-articulos-para-el-futuro-de-una-nacion-monarquia-y-fuerzas-armadas-general-de-divisio-r-rafael-davila-alvarez/?fbclid=IwAR1j72qj39s6uIToerONOYTaIyVnk7M_vArOLgf3YYQQbs5Tv8M42LMqtvM

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún. Aficionado a la escritura y a la historia de España.

Caballero Legionario que fue del IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.

Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas

Luchador nato por el Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.

Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.