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No nos engañemos. Franco, por las circunstancias que vivió y por las responsabilidades que tuvo que asumir desde mi temprana edad, fue, en su forma de conducirse y tomar decisiones, un pragmático. Esto es, un hombre que dio importancia a las consideraciones prácticas, que son realmente las que determinan; siendo así, que no prestó mayor atención, o puede que ninguna, a las especulaciones. A ello ayudo, no cabe duda, su oficio de militar.
Pragmatismo que se evidenció en su compromiso, primero, con el nuevo régimen que se estableció en España, el 14 de abril de 1931, la República, contra el que no conspiró desde el “primer minuto”, como sí hicieron otros, y después, uniéndose al Alzamiento del 18 de julio de 1936 cuando no se pudo “esperar más”, que no antes. Pragmatismo que igualmente evidenció durante la guerra, la decisión de rescatar a los “sitiados” en el Alcázar de Toledo, marca el “fracaso” de una intervención militar rápida con la toma de Madrid, totalmente “atenazada”, determinante para ejecutar, lo que a tenor de las circunstancias era necesario, una “rectificación histórica”. Que fue el Régimen que siguió a la Victoria del 1 de abril de 1939.
Pragmatismo que igualmente queda perfectamente evidenciado durante sus años como gran estadista al frente de la dirección de España, que bien podemos resumir en lo que le dijo a uno de sus ministros… “Haga usted como yo, no se meta en política”. Es decir, haga, no especule, no fabule ni divague…. Haga, ejecute, mande.
Y junto a esa condición tan necesaria en quien dirige, y como una de sus consecuencias, el accidentalismo en cuanto a considerar irrelevante la forma de Estado; al considerar que los problemas de un país no proceden de la forma de Estado sino de la administración del mismo. Si bien, siempre, en todas las cuestiones en la que tuvo que intervenir, conjugando oportunidad con tradición, porque desde el punto de vista ideológico, Franco fue un conservador-reformista.
Así pues, desde estas consideraciones es de donde hay que entender la elección que hizo por la Monarquía, incluso eligiendo a la persona que a su fallecimiento le sucedería, porque Franco sabía, que a su muerte entrábamos en otro tiempo distinta al suyo, y que ese tiempo sería convulso y precipitado, (aunque pensara que no se llegaría hasta dónde se ha llegado). Y como sabia eso, consideró que la Monarquía, pese a lo que hiciera y deshiciera, podía conservar “lo más posible” … Para eso se instituyó, esa ha sido su contribución durante algún tiempo, por encima de sus errores, que han sido muchos y de bulto.
“Atado y bien atado”, porque, junto a la inmensa mayoría de los españoles que éramos juancarlistas por devoción a Franco, más que por convicción, pronto se unieron los pocos republicanos que había, comprendiendo que, sin la figura del Rey, jamás se hubiera llevado a cabo la “liquidación” del régimen de la Victoria. Además de que pronto vieron en la Monarquía una institución de prestigio para el resto de los países del mundo.
Nos damos cuenta de la enorme clarividencia de Franco, porque la Monarquía entronizaba por él -fuera de las especulaciones de quienes todavía apostaban por mantener el “pleito dinástico” generado entre Isabel II y Carlos M.ª Isidro, y de las “razones” a favor de Don Alfonso de Borbón Dampierre- ha sido la forma de Estado que más le ha convenido a España para conservar lo “más posible”, tanto en el tiempo de la transición como a lo largo de estos años. Que es la tesitura que se le presentó a Franco a la hora de elegir lo que mejor le convenía a España, una vez que él falleciera.
Ahora bien, la España de hoy, la que tenemos y como se nos presenta, exige que nos planteemos que nuestra actual forma de Estado, tal y como está configurada en la Constitución, es absolutamente inoperante, ineficaz ante los graves problema que tenemos planteados. Siendo una máxima incuestionable que son los pueblos quienes deciden su futuro.
Hablaríamos, por tanto, que la Monarquía se sigue sosteniendo por accidentalismo. Un accidentalismo que en la hora actual sigue estando presente, el felipismo (aunque con menos partidarios), por cuanto supone un dique de “contención” a la confrontación nacional que ha generado y creado el PSOE en la vida nacional, a la revuelta independentista sin apenas respuesta por parte del Estado y a la irrupción del comunismo que, como siempre, viene a revolverlo todo.
¿Pueden las naciones sostenerse permanentemente en el accidentalismo?
Los años vividos nos dan la clave, y el presente debería ser determinante. La España que hoy tenemos, si queremos que no termine suicidándose, nos pone a debate lo que no debemos seguir conservando: una forma de Estado absolutamente inoperante en un espacio convulso como España. Y hasta incapaz de mantener las formas ante la afrenta de Gibraltar, acudiendo a la coronación del usurpador. De ahí, la necesidad de una forma de Estado con capacidad de decisión y poder resolutivo, al servicio de la Unidad, Grandeza y Libertad de España.
Dejemos que LEONOR, por el azar del destino, siempre tan caprichoso, sea una rica cosmopolita, a la que veamos en revistas del corazón viviendo a cuerpo de reina, sin serlo. Es lo que hay y lo que toca. No hay más. Y no hay más, sobre todo, por una razón, porque la Monarquía es, al margen de un contrasentido de razón, un insulto a la excelencia y un agravio a la igualdad, una institución inoperante.
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Acertado artículo sobre el pragmatismo de Franco . También es cierto que la monarquía es esencial de cara a preservar la unidad de España tal y como ha sido desde los Reyes Católicos desde hace más de 500 años . La desaparición de la monarquía en España sería una gran noticia para todo el psoe_independentista_podemos_bildu_etarra. Luego ese «accidentalismo» monárquico al que alude el autor del artículo es más bien un inexpugnable y formidable dique de contención frente a todos los energúmenos independentistas que quieren acabar con el concepto unitario de España, y ello pese a todos los defectos inherentes a la monarquía, que quedan muy por debajo de todo el bien general que reporta a cambio. El día que ese balance favorable (Dios quiera que nunca) se rompa , entonces habría que citar ,sí otra vez, las palabras de Ortega : delenda est monarchia….o parafraseando un conocido dicho: «estábamos al borde del abismo , y acabamos de dar un paso al frente….»…..a partir de ahí entraríamos en el reino de lo desconocido o , de lo muy conocido y desagradable , tal y como consta en los libros de Historia.
Qué falacia tan estridente, tanto que ni siquiera llega a la categoría de sofisma. Decir que la alegría que supondría para el PSOE, Bildu y etc la desaparición de la monarquía significa ( ¿implica? ) que ésta sea un inexpugnable dique de contención ( cielos, inexpugnable ), pues aquí no hay correspondencia biunívoca y ni Protágoras podría dar la vuelta a la proposición, es como manifestar que hay que volar una presa porque la hizo Franco; ni más ni menos.
Si Franco llega a saber o intuir siquiera lo que iba a ser España tras su muerte, se tira por el viaducto.
Porque sencillamente fue morirse y cambiar España hasta la destruccion de todo lo que el representaba.
Franco creyo que le experiencia de la guerra civil habia cauterizado a los españoles en sus veleidades autodestructivas y que las instituciones que dejaba serian los suficientemente fuertes para evitar, precisamente, esta basura que ahora tenemos.
Se olvido lo sinvergüenzas que pueden llegar a ser los dirigentes políticos españoles
Obviamente la monarquia es inexpugnable en la medida que está firmemente asentada en La Constitución y representa lo que dice el artículo 2: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, » , y , solamente una labor de zapa interna o de autodestrucción , podría eliminar esta magnífica herramienta que tenemos todos los españoles para defendernos del independentismo. Luego no hay contradicción alguna en lo que digo. Dicho esto , lo que se ha dado en llamar «Estado de la Autonomías» , es un gran desajuste (actuando como un Golpe de Estado silencioso) que necesita corrección inmediata ya que vulnera La Constitución descaradamente: parecen 17 estados que estan eliminando el vínculo principal que nos representa a todos : ESPAÑA. Salvémosla y no destruyamos lo que nos une desde hace más de 500 años. El castellano es la lengua oficial de toda España y sin embargo hacen caso omiso las autonomías independentistas de ese mandato constitucional: le dan la vuelta descaradamente y ponen a sus lenguas respectivas por encima. Eso hay que corregirlo de inmediato por parte de quien gane las próximas elecciones que espero sea Vox y los partidos afines. No cuento con el PP porque ante estas cuestiones se pone tan de perfil que ya ni le veo: ha desaparecido.