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La ministra de Igualdad acudió a la presentación del libro «La mala costumbre» de la activista transexual Alana S. Portero, que tuvo lugar en el Hotel Iberoestar Las Letras de Madrid.
Irene Montero declaró en el acto que «la educación sexual es un derecho para todos los niños, niñas, y niñes, incluso aunque sus padres y madres no quieran que sepan que tienen esos derechos o no quieran que los tengan».
Esas palabras, en boca de quien ha afirmado tanto en España como en Argentina que los niños pueden mantener relaciones sexuales con adultos siempre que sean consentidas, muestran hasta qué punto el actual gobierno español ha decidido convertirse en un instrumento de depravación de los menores de edad de este país.
Montero es conocida en España por ser la ideóloga principal de la ley conocida como «solo sí es sí», que ha servido para que cientos de violadores hayan visto reducidas sus condenas, siendo muchos de ellos excarcelados. Las Cortes modificaron la ley hace unas semanas pero tal cambio no altera la situación de los delincuentes sexuales que se vieron beneficiados por el texto del ministerio dirigido por la política de extrema izquierda.
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Esta individua comunista y miserable, está para que la encierren.
Totalmente desequilibrada, y llena de odio hacia los hombres en particular, y hacia la sociedad en general.
¿Qué le han hecho en la vida sus maltratadores, o esto le viene ya de fábrica…?
1º Lo llaman educación sexual pero no lo es. Una verdadera educación sexual sería una educación sexo-afectiva y no manuales para hacer guarradas y quedarse tan contento. Es más, lo que tratan es de desarticular la sociedad e introducir una confusión total como consecuencia de multitud de pintorescas desorientaciones sexuales «reconocidas».
2º Sólo tiene sentido impartir educación sexual a menores de ciertas edades en adelante, tal y como se sabe en psicología evolutiva. Parece mentira que la menestra verdulera haya estudiado -según parece- la carrera de psicología. Más bien debe ser una pepsicóloga fetén de las facus de las unis, que ahora ha descubierto el filón de promover lo absurdo, según le ordenan desde Nueva York los más tétricos contubernios rockerfellerianos.
3º Contradice todo lo que está establecido en cuanto al derecho de los padres; lo que incluye padres y madres, por si algún retrasadito milenial nos lee y no sabe como funciona en castellano el sistema de categorías nominales por género.
Rockefellerianos.
No existe tal cosa: «educación sexual», ni ha existido jamás desde Adán y Eva. Hombre y mujer son dos sexos complementarios desde siempre, no se aprenden, se es hombre o mujer por naturaleza por Dios creada, no por educación adquirida.
Lo que persigue esta satánica bolchevique asesina de infancia es corromper a los niños y niñas con o sin consentimiento de sus padres so pretexto de legalidad democrática obtenida en las urnas, ese ídolo abominable ante el que toda criatura tiene que callar y someterse cual imagen de la bestia a adorar, cual ídolo satánico. Por eso esta sujeta y todos los políticos en general, que consienten irresponsablemente en ello, así como sus votantes, deben sufrir en sus carnes y en sus almas por toda la eternidad lo que el Señor advierte en Mt 18, 5 ss. sobre el que escandaliza a los pequeños.
Exacto, para que la encierren en uno de esos campos de trabajo como Majdanek, Treblinka, Sobibor, Belzec, Auschwitz Birkenau, etc., solución perfecta para todo rojo y demócrata, como para los demás políticos y votantes, culpables de todo ello tras décadas de degeneración permisiva, de lo contrario, seremos los cristianos los que acabaremos en los gulags en cualquier lugar de la tierra. Y todo ello si Dios no nos libra de ellos mandándolos a los altos hornos del infierno, donde jamás volverán a hacer daño a menor o adulto alguno.
Totalmente falso. Sí existe la educación sexual porque, como se sabe en antropología cultural, el hombre no es sólo naturaleza sino también cultura. Edúquese. De ahí no se sigue, como le gusta creer a la siniestra, que la cultura sea una creación sin base natural ni mucho menos. La cocina es cultura pero sin ella no seríamos ni siquiera físicamente como somos -la cocina hizo al hombre- y la cocina no puede ni pudo hacerse en contra de lo que marca la peculiar naturaleza del hombre. La educación sexual no es mara información sobre la cópula o sobre los órganos y sus reacciones sino que incluye aspectos religiosos, morales, sociales, institucionales y más, como siempre se hizo en toda sociedad. El comportamiento humano siempre es cultural y , salvo reacciones fisiológicas elementales, está siempre mediado por valores, creencias y conceptos transmitidos en el seno de la sociedad. La educación sexual, por tanto, se inscribe y debe inscribirse en el marco de la orientación general que el individuo recibe de la sociedad, incluyendo lo que este individuo necesita para expresar su naturaleza, desarrollarla, comprenderla y afirmarla como parte de su identidad. Para comprobación empírica, baste examinar los raros pero documentados casos de niños criados en total ausencia de instrucción o aislados socialmente.