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María García es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en Filosofía y Cristianismo por la Universidad Católica de Murcia. Desde 2009, colabora con el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia, que preside desde 2012.
¿Por qué días antes de las próximas elecciones autonómicas estáis recordando a los 4 principales partidos que la Libertad Religiosa sí importa?
Antes de votar, los ciudadanos deben recordar que la Libertad Religiosa sí importa. Los votantes deben conocer estos datos antes de coger una papeleta el próximo 28 de mayo.
Desde 2012, el Observatorio para la Libertad Religiosa, el cual presido, realiza un Informe anual de Ataques a la Libertad Religiosa en España. Creemos que estos datos deben estar en la cabeza de los votantes para poder votar en conciencia.
El OLRC difunde una infografía con los ataques que los cuatro principales partidos políticos han cometido contra la libertad religiosa….Según la gráfica PSOE y Podemos son los partidos que más ataques han cometido.
Sí, nuestros informes demuestran que estos partidos son los que más atacan la Libertad Religiosa año tras año. Actualmente son los que gobiernan España. No podemos permitir que el gobierno de España siga atacando sistemáticamente este derecho fundamental.
¿Por qué la Libertad Religiosa es el derecho fundamental más profundo de la persona, al aludir a sus convicciones, y es la prueba del algodón del resto de libertades?
Lo más profundo del ser humano son sus creencias, sus convicciones. Cuando se viola el derecho a la libertad religiosa de la persona, se está violentando, por lo tanto, lo más íntimo de la persona. En el momento en el que un país respeta la libertad religiosa de sus ciudadanos, puede decir que respeta a la persona.
El respeto a la Libertad Religiosa no beneficia solo a los creyentes, sino a toda la sociedad, porque promueve la convivencia pacífica en ella.
¿Por qué reclamáis respeto a la simbología religiosa en los espacios públicos y protección de símbolos y templos y sanciones a los responsables de ataques a bienes o personas por motivos religiosos?
Cada día registramos en nuestra página web, www.libertadreligiosa.es, los ataques a la libertad religiosa en España que, como he dicho antes, recogemos anualmente en un informe. Y vemos cómo los ataques a templos, símbolos religiosos y a los creyentes suelen quedar impunes. Sale gratis atacar la Libertad Religiosa.
Además, en los últimos años estamos viendo como algunos gobiernos están quitando cruces de lugares públicos, lo que es un ataque a los símbolos religiosos.
Igualmente solicitáis la erradicación de los ataques a la libertad religiosa, en particular los perpetrados por odio a los cristianos y garantía del derecho a la objeción de conciencia de los profesionales…
Sí. Los cristianos son los más atacados en España. Muchos partidos, en vez de defender a los creyentes, los atacan y quieren que la religión desaparezca del ámbito público. Si los políticos defienden la libertad religiosa, conseguiremos que haya también menos ataques a este derecho fundamental en la sociedad en general, porque los políticos son un reflejo de la sociedad.
Por otra parte, pedimos que todos los profesionales puedan ejercer su derecho a la objeción de conciencia en casos de eutanasia, aborto, etcétera.
Por último exigís salvaguardar la libertad de los ciudadanos a educar a sus hijos conforme a sus creencias, valores y convicciones y legislar y gobernar con perspectiva de Libertad Religiosa y de conciencia en todas las leyes y normativas autonómicas y municipales.
Sí. Los padres deben poder elegir la educación que quieren para sus hijos. Esto pasa por el respeto a los acuerdos con las confesiones religiosas.
Además, creemos que la Comisión Asesora de Libertad Religiosa debe poder emitir informes sobre las leyes que se aprueben que tengan relación con este derecho fundamental.
Finalmente, ¿por qué el OLRC pide a los candidatos que den a conocer qué propuestas van a adoptar en materia de Libertad Religiosa para que el Observatorio pueda informar a la opinión pública sobre el grado de compromiso de los partidos con este derecho fundamental?
Como decía al principio, la Libertad Religiosa importa a la hora de votar. Queremos saber qué propuestas, de las reclamadas a los candidatos por el Observatorio para la Libertad Religiosa, van a tomar. Desearíamos que fueran todas. Necesitamos políticos comprometidos con este derecho fundamental.
Autor
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Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.
Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.
Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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El régimen, obedeciendo a Satanás, ha impuesto de derecho, lo que ya era hecho, el Crimen, de nuestros hermanos por nacer, si, un sistema político con su rey a la cabeza. Desde el 39 este pueblo ha sido podrido y lo demás, cuentos.
Pero ustedes, ¿qué piensan que es un político, sea del signo que sea? ¿Ustedes realmente saben distinguir entre Verdad y mentiras? Si una criatura, sea hombre o mujer, niño, anciano, español o extranjero, no sabe discernir entre la Verdad y la mentira, ¿cómo puede tan siquiera discernir lo que es bueno de lo malo? El pecado tiene remedio con confesión y penitencia, la confianza en la mentira no. Ningún político representa la Palabra de Dios, mientras que todos la transgreden y conducen a millones a transgredirla.
Un político, sea del signo que sea, derecha (conservador), centro (liberal), izquierda (socialdemócrata, socialista, comunista, progresista o izquierdista), es un ANTICRISTO, esa tipología de la que ya San Juan nos previene. Y lo es hoy, como lo fue en el pasado y en cualquier lugar.
Un político se dedica a mentir y a engañar. Esa es su profesión, a eso se dedica. Y vive de que se le consiente hacerlo en las urnas, luego el que consiente se hace co responsable de sus obras. Y, además, es político porque miente y engaña con mucha habilidad, como lo hizo su padre satanás en el Edén a Eva y Adán provocando lo que provocó y que ahora padecemos. Aquí en España, y en el mundo entero. Hoy y siempre.
Un político es la viva descripción de la imagen de la bestia y del anticristo, porque solo obedece a mentir y engañar, a seducir a la masa de población en beneficio propio y de su grupo de interés, que no de desinterés o generosidad, como los santos y misioneros. Así queda bien patente según nos lo transmite el Espíritu Santo por medio del Apóstol amado San Juan.
Un político es un vástago y esclavo de satanás, porque satanás (y lo pongo deliberadamente con minúscula) es el padre de la mentira. Y satanás adopta muchas formas, por ejemplo, China impune por su peste covid o agenda 2030 o ideología lgtbi para obtener más votos, etc. Y no hay mentiras mejores o menos malas que otras mentiras, como no hay aborto que es pecado solo si gobiernan unos y no otros. La mentira es a satanás y a los políticos, lo que la Verdad es al santo y a Dios. Jesucristo, que es Dios hecho Hombre, es Camino, Verdad y Vida. Los políticos son perdición, mentira y muerte. No se puede negar el fruto del árbol a no ser que se sea un fanático integrista idólatra de la política. Dios, por medio de los santos, trae el bien eterno, el político la perdición eterna.
Un político es un falso profeta, de cuya levadura toda persona sensata debería guardarse.
Un político es un hipócrita fariseo, que todo lo que hace bueno, lo hace para ser visto por los demás, para darse gloria a sí mismo, para colgarse medallas y para gozar de admiración multitudinaria, más falsa que sus innumerables aduladores. Un político rehusa la caridad que ha de practicarse en secreto, sin jactancia, pues toda obra buena viene de Dios, siendo el hombre mero instrumento. Un político solo es capaz de hacer obras buenas (nunca de caridad. Un político no se desprende de su dinero para ayudar a alguien. Utiliza el dinero robado con impuestos. Al revés, intentará engañar para quedarse con el dinero de los demás) a son de trompeta y con una jactancia que llega a lo ridículo (ahora se presentan como salvadores del «clima». Tócate la bandurria).
Un político trata de convencer a la población que él y solo él hace milagros, que en él y su partido está su Salvación, que sin él, no llovería, no saldría el sol, se perderían todas las cosechas, el clima se volvería extremo, la naturaleza se destruiría, habría muchas pestes, terremotos, guerras, desastres, etc., habría hambre y sed, no habría posibilidad ninguna de trabajar, la población estaría indefensa ante todo tipo de males, las empresas se arruinarían, habría todo tipo de crímenes y maldades. El político usurpa las atribuciones de Dios mismo. Es decir, el político trae todo tipo de maldades a la tierra y luego pretende aparecer como salvador de todos esos mismos males que él mismo ha creado y propagado. Un político es un constructor de guerra, de perversidad, de maldad, de crimen, de robo, de perversión, de degeneración, etc., pero luego trata de aparecer como la solución a todo ello. El político es un lobo con piel de cordero. Y engaña a muchos, por desgracia.
Un político ofrece al votante lo que satanás al Señor en el desierto: «Todo esto te daré si postrándome ante mí, me adoras». Un voto es un acto de adoración más que de confianza, porque no se puede mantener un engaño siempre. Un político es digno hijo de la Gran Ramera de Babilonia, pues el voto se consigue por prostitución generalizada, es decir, por indignidad de sus votantes, que consienten el engaño y la mentira y lo aprueban, que se prostituyen por un plato de lentejas, cometiendo una insensatez de consecuencias eternas. Lo de Adán y Eva no es ninguna broma. El NT no miente, el político siempre.
Un político jamás da gloria a Dios. El político es como Lucifer, aspirando a arrebatar el poder y la gloria a Quien solo debería corresponder. Un político es vanidoso y ególatra de modo irreparable. Es difícil que un político se pueda salvar con el NT en la mano, como sus votantes no arrepentidos, pues éstos son responsables de haberle permitido acceder al poder en el acto de idolatría de la votación, equivalente a la apostasía de dar culto al emperador de Roma en los tiempos de la Iglesia primitiva quemando incienso en su nombre por evitar el martirio y la persecución. El reino de los políticos es el reino del Príncipe de este mundo, de satanás.
El político no es pastor, sino asalariado y ladrón. No viene a guiar al rebaño, sino a despersarlo a conveniencia, a degollarlo y a provocar todo tipo de estragos y destrozos. El político es la peste de la humanidad.
El político esgrime «la defensa de las más nobles causas de la humanidad»: «libertad», «progreso», «cultura», «ilustración», «ciencia», «derechos», «dignidad», «defensa de los pobres y oprimidos», «defensa de la patria», «defensa de la propiedad», etc., pero jamás hubo mayor destrucción y amenaza para las mismas que con los políticos de uno u otro signo.
El político no tiene conciencia, ni alma, ni límite moral alguno, ni nunca lo ha tenido. Entrar en política es como entregar el alma a satanás. El político vive como si jamás hubiese de encarar el Juicio de Dios al término de sus miserables días. El político es ateo obstinado. Y sus votantes siguen sus pasos. Parece empeñado no solo en condenarse a sí mismo, sino a arrastrar a la condenación eterna a todos cuanto en él o ella confían con el voto. Ha llegado incluso a declararse Dios mismo (Nerón y sucesivos emperadores, así como posteriores reyes en distintas civilizaciones), ha creado sectas, herejías, blasfemias, cismas, escisiones, ha llegado a nombrar obispos, arzobispos, cardenales y papas a conveniencia política, ha llegado a infiltrar por simonía a elementos enemigos de Dios en la propia Iglesia de Dios, la católica apostólica. Ha llegado a definir qué es un matrimonio, ha llegado a determinar quién debe y quién no debe vivir con arreglo a derecho (invento de políticos para engañar y manipular). Ha inventado derechos que son un ultraje satánico a Dios y ha proscrito derechos que son naturales e inherentes a toda criatura de Dios. Su ataque a Dios ha sido inigualado en cuanto a crueldad. Y lo peor es que ha quedado demostrado y se demuestra día a día que muchos son los que siguen su ancha y espaciosa puerta a la perdición.
Bien se puede decir que un político es el mayor asesino de almas y el mayor ultrajador de Dios de toda la historia. Los asesinos de Cristo fueron los políticos de su tiempo, los escribas y fariseos judíos hipócritas, que testigos de sus innumerables milagros, aún así prefirieron considerarlo una amenaza política a su poder y su nación.
Un político es el antisanto por excelencia. Lo contrario a un santo es un político. El santo incluso da la vida en martirio por servir a Dios. El político es completamente ajeno al desinterés, a la donación de uno mismo y a la generosidad sin objeciones. Un político es una serpiente que envenena a quien lo escucha y cae en sus engaños. Quien sigue o vota a un político, se hace cómplice de él o ella y de sus obras y frutos. No se puede eludir la responsabilidad (Rm 1, 32).
Un político solo ama la vanidad, la vanagloria, el dinero, las riquezas, el elogio del mundo, el prestigio personal. Un político es la contra imagen de Cristo. El seguidor de cualquier político es enemigo de Dios, porque solo le interesa el dinero y las dádivas que puede obtener del político al votarle. Judas Iscariote responde al prototipo de político también, como Caifás y los sumos sacerdotes. Los que gritan «¡Crucifícale!» son los votantes que tienen expectativas políticas de ser servidos a su subjetiva y egoísta conveniencia. Un votante es réplica de un político.
Ningún político respeta la Verdad, por obra de ningún político o por voz de ningún político actúa o se expresa el Espíritu de la Verdad o Espíritu Santo Paráclito. El político ha renunciado a Dios, lo ha expulsado de su vida, de otro modo, no sería político. La política es la gran mentira que lleva torrentes de almas al infierno.
O se está con Cristo o contra Él. Quien está con Cristo, no puede transigir con la mentira venga de donde venga. Y si se está con un político, aunque se piense que es mejor o menos malo que otros, se está contra Cristo.