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El “Guernica” de Picasso no tuvo nada que ver con el bombardeo de Guernica. El genio acabó su obra sin pensar en la ciudad de Guernica ni en la Guerra Civil que vivía España”. Esta afirmación rotunda del catedrático de la Universidad de Madrid José María Juarranz de la Fuente tira por tierra el “mito” que se creó en torno al cuadro. Según el catedrático, que ha publicado recientemente su obra “Guernica. La obra maestra desconocida”, tras estudiarla y documentarse durante 14 años, todo fue un invento oportunista de la Izquierda y los republicanos españoles. Ni siquiera el título fue suyo. Al parecer cuando la obra ya estaba terminada unos amigos, entre los que se encontraba el poeta Paul Éluad, el crítico Zervor y el poeta nacionalista vasco Juan Larrea, visitaron el estudio del artista, situado en la calle de los Grand-Agustins, y uno de ellos, el vasco seguramente, exclamó: “¡Guernica!” y Picasso rápido de reflejos como era vio el plinto perfecto para elevar la obra de categoría y multiplicar su ascendencia y visibilidad en toda Europa, convirtiéndola en un símbolo contra la barbarie fascista de la guerra española. Algo alejado de la realidad. Según Juarranz Picasso dio por válido el título, aunque a sabiendas de que la obra iba a ser utilizada, distorsionando su verdadero significado, como elemento de propaganda.

Según el historiador el Guernica de Picasso, más que un símbolo del bombardeo y de la Guerra Civil fue un “retrato de familia”, en el que pueden identificarse muy claramente tres acontecimientos básicos de su vida.

El primero, el terremoto de Málaga que vivió en la navidad de 1884, cuando, con tres años, tuvo que salir precipitadamente de casa con su madre, embarazada de su hermana Lola. El segundo, el suicidio de su amigo Casagemas, que «le afectó tanto que con él dio comienzo a su etapa azul». Y el tercero, el proceso de divorcio de su esposa Olga. Vivía entonces «el peor momento» de su vida, según le dijo al fotógrafo Douglas Duncan.

A continuación, el quién es quién de este «retrato»: sus cinco mujeres, su amigo suicida… y el propio pintor. Porque «Picasso», asegura, «es el toro».

La madre es Marie Thérèse

Su amante oculta. La mujer con el niño no es la madre doliente ante las bombas, según el historiador, sino la joven y atlética Marie Thérèse Walter con Maya, la hija de ambos, en brazos moribunda. En el “Guernica” aludiría a un momento dramático para Picasso: cuando una enfermedad la dejó al borde de la muerte, episodio que ya pintó en Le sauvetage. Tiene la lengua afilada (como el toro y el caballo), símbolo de las discusiones después de que Marie Thérèse conociera a Dora Maar. Se suicidaría en 1977, cuatro años después de la muerte de Picasso.

Picasso y el ‘Guernica’

El toro es el propio Pablo Picasso

Un «autorretrato». La figura dominante, el toro, con sus patas robustas, los testículos muy marcados y la mirada hacia el espectador, es el propio Picasso, dice Juarranz. El pintor ya se había dibujado así antes, sobre todo en su relación con su mujer, Olga (el caballo). «Picasso dijo que el toro representaba la brutalidad, pero siempre negó que fuera el fascismo», explica. Y va más allá: en este autorretrato, Picasso emula a Velázquez y Goya colocándose en el mismo lugar que ambos pintores ocupan en Las Meninas y La familia de Carlos IV.

El pájaro es Dora Maar

Su amante oficial. «El pájaro sobre la mesa está piando y abriendo la boca como pidiendo de comer, la forma en que Picasso había pintado en otras ocasiones a Dora Maar», afirma Juarranz. Su pequeño tamaño indicaría su menor importancia respecto a la madre, la esposa y la fiel Marie Thérèse, madre de su hija. Dora tenía entonces 29 años y era la nueva amante de Picasso, la oficial. Aunque no viviría con ninguna de las dos por consejo de su abogado durante el proceso legal de divorcio. Fotógrafa, retrató la creación del “Guernica”. Murió en 1997.

El caballo es Olga

Su esposa. Se trata de la bailarina ucraniana Olga Koklova, a quien en 1935 el pintor había pedido el divorcio. Cuando el “Guernica”, estaban en pleno proceso legal. Ella tenía 45 años; él, 55. Es el momento que Picasso señala como el peor de su vida. En dibujos anteriores pinta a la pareja toro-caballo en actitud amorosa; a partir de 1927 (tras hacer aparición la joven Marie Thérèse), en actitud violenta. Él le achacaba un carácter difícil, y la lengua afilada simbolizaría las discusiones amargas. Picasso nunca logró el divorcio. Olga murió de cáncer en 1955.

La niña es Maya

Su hija. El bebé «muerto o desmayado» en brazos de la mujer es Maya en brazos de su madre, Marie Thérèse Walter. Aquí el pintor habría reflejado otro de los momentos que más le habían impactado: el nacimiento de Maya, en el que la niña estuvo a punto de morir y el propio pintor la bautizó cuando no sabían si sobreviviría. Después se convertiría en su padrino. En el “Guernica” parece que Picasso (el toro) las protege. Maya Widmaier-Picasso tenía 20 meses cuando su padre pintó el cuadro. Hoy tiene 82 años.

El guerrero muerto es su amigo Carlos Casagemas

Su amigo suicida. También pintor, Casagemas se disparó a los 20 años (en varios bocetos lo pinta sobre un charco de sangre) por el rechazo de una mujer (la espada rota simbolizaría su impotencia sexual). «Me declaré catalanista y separatista y les insulté de tal modo que Picasso estaba horrorizado», contaría Carlos sobre su última vez juntos. Fue una «catarsis» para Picasso y con él inició su etapa azul. En una segunda lectura Juarranz ve en el guerrero al padre de Picasso, José Ruiz y Blasco, e incluso a San José.

La mujer de la lámpara es su madre

La mujer de la lámpara y la que corre con una rodilla en el suelo evocarían a su madre, a partir de una imagen que le quedó «grabada» del terremoto de Málaga en la navidad de 1884, cuando Picasso tenía tres años y abandonaron su casa apresuradamente. Como aquel día, ambas lucen un pañuelo («Mi madre llevaba un pañuelo sobre la cabeza; yo nunca la había visto así», dijo Picasso años después) y carecen de la lengua afilada. La de la lámpara guarda parecido (en cubista) con el Retrato de Doña María, de 1923.

La figura que cae sugiere ser un ángel

Es un personaje «enigmático y ambiguo», dice José María Juarranz. Con sus «alas» (bajo los brazos), su túnica hasta los pies, sus manos levantadas (como las imágenes icónicas de Goya o El Greco) y las llamas que emanan de su cuerpo (los triángulos), esta figura le sugiere un ángel en llamas. A juicio del historiador, en el Guernica podría leerse también la escenografía de una navidad destrozada, como la del terremoto del 25 de diciembre de 1884, que tanto marcó a Picasso y que causó varios incendios en Málaga. De ahí las llamas.

La espada rota. La impotencia sexual

La espada rota que se ve en la parte inferior de la obra no es otra cosa que el símbolo de la impotencia sexual de su amigo Casagemas, que como en otros grabados del genio puede verse, se suicidó precisamente por ser impotente y haber sido rechazado por la mujer que amaba en París. También es posible que Picasso simbolizara en la espada rota la ruptura de la amistad en los últimos momentos por la “traición” de haberse liado con la novia de su amigo.

El pie quebrado. El pie perdido de su amigo

A imitación del “pie quebrado” poético Picasso sitúa ese pie como perdido en el rincón derecho de la obra. Se trata sin duda del pie perdido del cadáver de su amigo al estilo cubista. Los cuerpos descuartizados del cubismo son símbolos de la violencia en general.

En conclusión: El cuadro español más importante del siglo XX no dice lo que nos habían contado según Juarranz. El cuadro es “un autorretrato familiar” transformado en propaganda para explotar la imagen mundial del horror de la Guerra Civil y conseguir la ayuda principalmente de Europa.

En realidad, como el propio Picasso dijo en más de una ocasión, el genio pintó el cuadro más grande de toda su obra (3,5 x 7,8 metros) con un deseo íntimo, que algún día se expusiera en el Prado al lado de las “Meninas”, de Velázquez y de “La familia de Carlos IV”, de Goya.

BOCETOS Y FOTOS DEL GUERNICA

Está claro que la tesis del profesor Juarranz mantenida en su obra “El Guernica. La obra maestra desconocida” está sostenida sobre una intensa documentación y tras haber estudiado detenidamente toda la obra del genio malagueño… y así tenía que ser sabiendo que se enfrentaba al “agiprot” comunista y la teoría de que la obra está basada en el bombardeo de la ciudad vasca de Guernica. Según el profesor Picasso no tuvo en cuenta para nada el famoso bombardeo ni siquiera la Guerra Civil que estaba viviendo España. Sin embargo, no estaría de más recordar algunos datos y fechas que confirman su teoría. El primero de ellos el de la fecha del acuerdo al que llega con el Gobierno de la República, los días 8 y 9 de enero de 1937, y la fecha del bombardeo, el 26 de abril del mismo año. El segundo que la delegación que se desplazó hasta París para encargarle la obra  estuvo formada por Josep Renau, Director General de Bellas Artes; los arquitectos Luis Lacasa y José Luis Sert y los escritores Juan Larrea, Max Aub y José Bergamín. Se trataba de solicitar a Picasso su colaboración para el pabellón español de la proyectada Exposición Internacional de París de ese año. La oferta era tentadora, pues lo que le pedían era un mural de 11×4 metros para instalarlo en el lugar más preferente del edificio que se estaba construyendo para la Exposición. El primer día Picasso dudó y no se comprometió ya que nunca había hecho un mural y menos de esas proporciones, ni tampoco había hecho ninguna obra por encargo de nadie. Así que quedaron para verse el día siguiente… y fue aquella noche cuando intervino Dora Maar, la nueva amante con la que trataba de olvidar su drama con la rusa Olga, la primera mujer, y olvidarse de María Teresa Walter. Según le confesaría Picasso a Antonio D. Olano fue ella quien le dio el argumento que le inclinó a aceptar el desafío: “Pablo –palabras que Picasso recordó-, ¿no me habías dicho en más de una ocasión que tu sueño era figurar algún día en el Museo del Prado al lado de Velázquez y Goya? ¿No habías dicho que soñabas con hacer una obra que pudiese ponerse al mismo nivel que “Las Meninas” o “La familia de Carlos IV”?… Pues, creo que este podría ser el momento de hacer realidad tu sueño. Yo, en tu caso, aceptaría el encargo y trataría de hacer una gran obra para la Historia”.

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Y esa noche Picasso decidió aceptar la oferta que le hacía la delegación española en nombre del Gobierno de la República. A partir de ese momento ya no hubo problemas, porque en lo material se pusieron de acuerdo enseguida. Picasso dijo de entrada que él no cobraría nada y que lo hacía como una ayuda a la República. Pero el Director General le ofreció 250.000 francos por los gastos que tendría con las tintas, las telas, los bastidores, los marcos, el alquiler de un estudio donde pudiera realizar la obra gigante y el transporte. Aquel mismo día, 9 de enero, el artista recibió un talón de 150.000 francos y el resto lo cobraría al finalizar y entregar la obra.

O sea, que faltaban 3 meses y 17 días para el bombardeo. ¿Y qué hizo en ese tiempo?

Según el “agriprot” de las Izquierdas Picasso no hizo nada porque no sabía qué hacer para que la obra fuese un símbolo contra la Guerra y contra la muerte.

Aquí tenemos un ejemplo claro de la tarea previa al «Guernica» que realizó Picasso antes de dar por terminada la obra. Como puede verse fácilmente en el borrador que figura abajo aparece el caballo, pero no como figura central, que sí aparece en la obra terminada, que se muestra arriba y que hoy se exhibe en el Museo «Reina Sofía» de Madrid. Tampoco coincide la versión oficial que se daría luego de la presencia del caballo como símbolo de la violencia mortal de las bombas, pues como ha demostrado el profesor Juarranz, el caballo lo incluye el artista en su obra como símbolo de Olga Kochklova, la mujer que en esos momentos le está amargando la vida por la cuestión del divorcio y de las maldiciones que le arroja a la cara cada vez que se ven o se encuentran. Violencia que se muestra en la fiereza de los dientes, curiosamente todo lo contrario que el toro (que es él mismo) que muestra paz y tranquilidad. También está cambiada de posición, como pueden ver, la figura de abajo de la izquierda.

Pero, eso no fue así, según las palabras del propio artista. “Desde aquel día, me refiero al día que firmé el acuerdo, aunque hice creer a todo el mundo que no sabía la obra que iba a hacer, yo lo tuve claro: quería hacer una obra que fuese un símbolo de mi vida y por ello comencé a repasar mi vida desde mi infancia en Málaga y a estudiar y retocar los personajes que había ido creando desde la “Etapa Azul” hasta la Etapa Surrealista. Un boceto detrás de otro y Dora haciendo fotos. Así fueron apareciendo el toro, o sea, el autor, como Velázquez y Goya, luego el caballo, la mujer con el hijo muerto en los brazos, la paloma, la lámpara, la mujer que grita y se quema entre las llamas… y así hasta la espada rota y el pie quebrado. Sin embargo, no dije nada a nadie en ese tiempo y cuando firmé los bocetos que luego entregué junto con el cuadro les puse la fecha que llevan y ya posteriores al bombardeo real de Guernica. Lo demás quedó en secreto para Dora y para mí”.

De ahí que cuando ya al final de su vida (89 años) la obra estaba depositada en el Museo de Arte de Nueva York le escribiera al director la carta que reproducimos:

    Señores,

En 1939 confié a ese Museo el cuadro conocido con el nombre Guernica, que mide 11 pies 5 1/2 por 25 pies 5 3/4, que es obra mía, o sí como los estudios o dibujos y oferentes (cuyo listo adjunto o lo presente) y que no pueden separarse de la obra principal.

Desde hace muchos años igualmente he hecho donación de este cuadro, los estudios y los dibujos a su museo.

Paralelamente, ustedes han aceptado enviar el cuadro, los estudios y dibujos a los representantes cualificados del Gobierno español cuando se hayan restablecido las libertades públicas en España.

Ustedes saben que siempre ha sido deseo mío ver que esta obra y sus anexos volvieran al pueblo español.

A fin de respetar la intención de ustedes, junto con mi deseo, les ruego que tengan en cuenta mis instrucciones en este punto. La petición concerniente a la vuelta del cuadro y sus anexos puede ser formulada por las autoridades españolas. Pero al museo corresponderá desprenderse del Guernica y de los estudios y dibujos que lo acompañan.

La única condición puesta por mí a esta devolución concierne al consejo de un jurista.

Por lo tanto, antes de toda iniciativa, el museo deberá solicitar el consejo del señor Roland Dumas -abogado de los Tribunales, avenue Moche n° 2, París-, y el museo deberá atenerse a su consejo.

El señor Roland Dumas tendrá facultad para designar por escrito a otra persona que tendrá el mismo cometido que él, en caso de que él mismo no pudiera cumplirlo por cualquier motivo.

El consejo que deberá dar el jurista se referirá a la condición para la devolución del cuadro a las autoridades del Gobierno español.

 

Bocetos realizados (63 en total) entre enero y abril de 1937

 

Se tratará, para él o para sus sucesores, de apreciar si se han restablecido las libertades públicas en España.

Desde el momento en que su museo reciba un informe favorable del Sr. Dumas, o de la persona que este último haya designado para sustituirle, ustedes entregarán el cuadro y sus anexos en un plazo de tiempo razonable, a lo sumo seis meses después de la recepción del informe, al representante en Nueva York del Estado español.

Pablo Picasso

Carta al Moma de Nueva York, Mougins, 14 de Noviembre de 1970.

En resumen, la teoría del profesor Juarranz se ajusta a la verdad histórica más que la tesis de que fuera símbolo del bombardeo de Guernica… y por eso creo que el “Guernica” debiera estar al lado de “Las Meninas” y de “La familia de Carlos IV” como fuera el sueño del genio malagueño y español del siglo XX.

Los personajes del Guernica no tienen nada que ver con el bombardeo DECLARACIONES DEL PROFESOR JUARRANZ EN RADIO ARANDA

Reproducción taquigráfica de las declaraciones que hizo don José María Juarranz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, el día 12 de abril del año 2018, en radio Aranda.

  • José María, muy buenos días.
  • Sí, buenos días Elena.
  • Pues queríamos hablar con usted precisamente porque desde que se presentaba en Madrid hace un par de días el libro las aguas de la crítica de la cultura se han agitado con una polémica no solamente porque usted diga que esta es una obra desconocida sino porque en cierto modo viene a poner en cuestión ese mito o ese emblema antibélico que suponía el Guernica. ¿No sé si ha notado usted esa polémica, esa ola, esas aguas agitadas?
  • Pues, sí, sí que la he notado porque es que le puedo decir que no solamente en España es que hasta desde Australia.
  • Madre mía.
  • Así que está prácticamente en todo el mundo. Todo el mundo se ha hecho eco de este libro.
  • Claro, porque la tesis que usted defiende es que lo que en el imaginario colectivo teníamos todos como muy asentado el hecho que se trataba de una obra con el que el autor quería lanzar un alegato antibélico no estaba en el planteamiento original del pintor sino muy al contrario lo que tiene son retazos autobiográficos. Cuéntenos un poco, ¿en qué se basa esta tesis?
  • Sí, vamos a ver, cuando yo me pongo a investigar sobre el “Guernica” llego a una serie de conclusiones. Es un proceso que como decía Picasso “no busco, encuentro”. Bien, esto primero hay que tener en cuenta que es el resultado de 14 años de investigación. Entonces conforme voy analizando la bibliografía, que prácticamente he consultado casi todo lo que se ha escrito sobre el “Guernica”, pues parto desde una tesis inicial que estaba relacionado, por ejemplo, con la Navidad cuando se produce el terremoto de Málaga de 1884, cuando Picasso tenía 3 años, a ver como las imágenes del “Guernica” tienen todas precedentes en la obra de Picasso y cómo podemos rastrearlas y entonces a partir de este rastreo de toda la obra, que ahora tenemos una ventaja absolutamente esencial y es que podemos consultar toda la obra, todo lo que pintó Picasso lo podemos consultar en Internet, y entonces una vez que hemos visto todo lo que ha producido Picasso llego a la conclusión de que las imágenes del Guernica se corresponden con momentos anteriores. Son símbolos y eso hay que entenderlo muy bien, es decir, nosotros vemos un toro pero ese toro no significa el toro y vemos un caballo que no significa el caballo sino que hay algo detrás. Y eso lo podemos rastrear a través de la producción de Picasso y sobre todo en los bocetos y proscritos. Los proscritos son aquellos cuadros que pintó Picasso desde el 4 de junio hasta el mes de octubre que acompañan también al Guernica. Picasso, por ejemplo, no hizo testamento pero sí que envió, cuando ya tenía 90 años, dos cartas al Museo de Arte Moderno de Nueva York, al “Moma”, indicando que todos estos bocetos tenían que acompañar y no se podían separar del “Guernica”. Por lo tanto forman un pack. Y hay que entender el cuadro con todos los bocetos y la obra anterior de Picasso.
  • Usted, a esas figuras, hablaba del toro y del caballo, no solo también a las figuras humanas, humanizadas, usted les pone nombres y apellidos. Vamos a volver a insistir en los 14 años de investigación que hay detrás de las tesis que usted defiende. Es decir, esto no es alguien que se le ha ocurrido algo y lo ha lanzado. Esos 14 años de investigación le han permitido ponerle nombres y apellidos a figuras de la biografía de Pablo Ruiz Picasso que podrían estar representadas en esa obra.
  • Sí, por ejemplo, el toro, yo creo que no hay nadie en el mundo que haya estudiado a Picasso de que el toro evidentemente se refiere al mismo Picasso. Hoy en día ya está publicado en cantidad de libros y de artículos, incluso de catedráticos muy prestigiosos, de que el toro es el propio Picasso. El mismo Kahnweiler, que era uno de sus marchantes más importantes, decía “el Minotauro que ríe, bebe y se alegra es el mismo Picasso”. Entonces que el toro es Picasso nadie lo duda ahora, actualmente. La siguiente obra es el caballo, ¿quién es el caballo? Sabemos, porque uno de sus biógrafos, Juan Larrea, publicó un libro y en el libro explicaba esto, decía “sé, por habérmelo dicho el propio Picasso, que a las mujeres que jugaron un papel muy importante durante su vida las representaba con un caballo”. Entonces es muy importante esta relación toro-caballo de tal manera que desde el año 1918, en el que se casa con Olga Kochklova, Picasso quiere contar su vida en los cuadros. Prácticamente casi todas sus obras son autobiográficas y por lo tanto la relación toro-caballo la podemos seguir desde 1918, 19, 20, 21, etc… y vemos como al principio el toro y el caballo están en una situación muy amorosa. Lo titula “Corrida de toros”, parece absoluta, el caballo está perfectamente acostado y el toro en posición amorosa. Cuando él va a conocer a María Teresa y el matrimonio empieza a entra en conflicto la situación se agrava y entonces el toro ya arrincona al caballo, empitona al caballo. Y a partir de 1932-1933 que está con María Teresa, la relación se está consolidando, la relación matrimonial sufre muchísimo, tanto como que el toro se come las tripas al caballo, esto es lo que es importante. Por lo tanto la relación toro-caballo lo vemos desde los años 20 de una manera absolutamente explícita y cuando hablamos aquí del toro y el caballo lo vemos, vamos yo lo veo con claridad.
  • Ya con claridad. ¿Y cómo llega entonces a convertirse esta obra en lo que convencionalmente, hemos escuchado algunas generaciones casi desde que éramos niños, en ese grito contra la guerra?
  • Vamos a ver, porque primero Picasso no habló prácticamente nunca del Guernica y del significado por mucho que le preguntaron. Entonces le preguntaban “¿Qué significa el Guernica?” y al final ya se cansó y dijo “mira hay un toro pues es un toro, hay un caballo pues es un caballo. Y hay una serie de figuras y animales más claras, eso es lo que a mí me importa, que cada uno vea lo que quiera ver”. Pero el tema del Guernica es que cuando a Picasso le encargan la obra, que se lo encarga la República, le encargan una obra para un determinado lugar del pabellón español de la Exposición Universal de 1937. Entonces esta obra es muy grande y no tenía un estudio donde la podía realizar y mientras busca el estudio pasan unos meses y también mientras se construye el pabellón de España, que no estaba construido, y España estaba en plena Guerra Civil. Por lo tanto van muy deprisa. En torno al 20 de abril, aproximadamente, ya sabe el sitio donde va a estar. El 26 de abril se produce el bombardeo de Guernica, muy seguido, y el 1 de mayo Picasso se pone a pintar, hace los primeros bocetos. La tela comienza a pintarla el 11 de mayo y cuando está pintando la tela que los encargados españoles, aquellos que le habían encargado la tela pues lógicamente están preocupados porque ven que no avanzaba, van a visitarle, yo calculo aproximadamente que sobre el 20 de mayo, va una comisión y unos amigos de Picasso. Entre ellos está Eluard, un poeta muy importante que pertenecía al Partido Comunista y era muy amigo de Picasso, y también va Cristian Sherwood, va Juan Larrea que hemos citado antes, y van otros amigos. Y cuando están viendo esas figuras, ese cuadro, que realmente es un montón de imágenes que nadie entiende, que nadie comprende y que ven que parece que hay una violencia explícita, hay uno que grita “Guernica”. Esto nos lo cuenta Larrea que estuvo allí y dice “no sé quién fue”. Ahora pensamos, yo pienso que quien lo gritó fue Paul Eluard, el poeta. Porque este poeta estaba haciendo un poema que se llamaba “La victoria de Guernica”, es decir, él se había impactado por el bombardeo. Entonces él es el que produce el nombre. Picasso, que todos sabemos que era un lince, aprovecha el nombre y lo va a utilizar. Y dirá después “el cuadro que estoy pintando y al que llamaré Guernica”. Todos sabemos que Picasso no ponía títulos a los cuadros. Entonces aprovecha el nombre y de esta manera el nombre es, para mí, un trampantojo, es decir algo que enmascara la realidad profunda del cuadro, la primitiva concepción del cuadro. Que es que vemos ahí al toro y al caballo, el proceso lógicamente del divorcio, esa tensión violenta que he contado antes que aparece en el cuadro. Y entonces lo va a aprovechar Picasso porque lógicamente presentar en un pabellón de propaganda la vida de uno, pues la verdad es que no era muy admisible.
  • Sólo una cosita más. Todas estas interpretaciones en nada afectan, ¿no?, a la calidad de una obra pues que sigue siendo de las grandes de la Historia de la pintura.
  • Por supuesto, porque es que ahí podemos ver tres momentos, tres momentos y pico, de la trayectoria de Picasso, que serían, artística de Picasso, además de su vida, de la trayectoria artística vemos el Cubismo y su gran aportación, vemos la “Época Azul”, el Surrealismo y el Expresionismo. Es decir, el cuadro condensa, eso también lo dijo Picasso, quería crear un cuadro que condensase el siglo XX. Y ahí se ve claramente que es un cuadro que ha impactado muchísimo, a parte de su importancia social y política es su importancia artística. Mi obra absolutamente no afecta a la calidad de la obra.
  • Muchísimas gracias por habernos acompañado.
  • Simplemente indicar que también podrán encontrar mi libro…. Muchas gracias.
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