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El rey y sus doscientos caballeros rompieron la cuarta línea de la defensa musulmana. El palenque, donde se encontraba la tienda roja del Califa, estaba ferozmente protegida por su Guardia Negra, los esclavos negros llamados Imesebelen. Estos portaban una larga lanza e iban vestidos con una tela gruesa, de color oscuro, que tapaba únicamente sus genitales. La tienda de Miramamolín se encontraba custodiada por otra sección de Imesebelen, los cuales permanecían encadenados como símbolo de defensa del islam y lo harían hasta su último aliento. Después de una duro enfrentamiento, Sancho VII de Navarra y sus doscientos caballeros aniquilaron a la Guardia Negra y el Califa tuvo que huir, a uña de caballo, para salvar su vida. Desde entonces, el símbolo del escudo de armas de Navarra son unas cadenas. El grueso del ejército cristiano, comandados por Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón, afianzaba la victoria cristiana en la Mesa del Rey.
Un turista miraba por el telescopio, en el Mirador del Torreón, y vislumbraba la llanura donde el 16 de julio de 1212 tuvo lugar la Batalla de las Navas de Tolosa. Por un momento, pudo imaginar al ejército cristiano y musulmán, frente a frente, segundos antes de la batalla. La misma batalla que afianzaría a los reinos cristianos en la península y desterraría, para siempre, las aspiraciones árabes de conquistar Europa.
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