Una nueva puñalada. Por José Ramón Rivera Guitián

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Otra nueva puñalada. Esta vez en el hígado. El malnacido Pedro Sánchez va marcando etapas con una precisión que ya quisieran para sí los misiles rusos en Ucrania. Ante esto destaca la indiferencia de nuestro monarca y la oposición, sometiéndonos a un silencio clamoroso y, a fuer de no ser reiterativo, no volveré a clamar por un gobierno solvente, que expulse a estos indeseables y corte tajantemente las ansias separatistas de los MALNACIDOS y el estado de corrupción generalizada que estamos soportando. La gentuza, viendo que se avecina el final del banquete, se apresura a meter los cubiertos de plata en el bolsillo. Las pautas seguidas, ya casi son de dominio público, y no es necesario recurrir a los vaticinios de cualquier “oráculo de medio pelo” que se autodenomine “ANALISTA POLÍTICO”. Espero que todos los mártires nacionales, pero inoperantes, caminen en rebaño entonando cánticos religiosos, como los cristianos en el circo romano, y en su ceguera y borreguismo se precipiten al abismo ¡Y entonces qué! Se despertarán las “momias sin honor” pero con uniforme antes de jurar los principios de la república federal en que estos canallas convertirán el cadáver descuartizado de nuestra patria ¡Qué falta de huevos! Y no podemos esgrimir que no estábamos avisados, ya que nos hallamos ante una nueva estrategia de la izquierda a nivel internacional, ya ensayada en Venezuela, Perú y otros muchos países hermanos, hoy sumidos en la miseria. Así que, una vez construido el entramado judicial de traidores, ya está la vía expedita en el camino hacia la disgregación de España.

Y pensar que nos ha dejado un hombre santo y solo ha sobrevivido el miserable ¡Dónde tenías la cabeza Dios mío!

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Me despido con una pregunta: ¿ES QUÉ SOLO LO VEO YO?