27/11/2024 05:09
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Este es el relato en primera persona, de uno de los técnicos en emergencias sanitarias, de los hechos ocurridos durante el día de ayer 16 de diciembre del 2022.

Ha vuelto a suceder:

Nos entra el aviso a las 9:31 de una mujer de 46 años inconsciente en su domicilio en la Avenida del Ejército. En apenas dos minutos nos ponemos en camino hacia el lugar de intervención desde nuestra base en el propio hospital y tras 10 minutos de conducción, llegamos al domicilio a las 09:43. Subimos al domicilio con todo nuestro material los dos técnicos en emergencias sanitarias, la enfermera, la médica y un alumno de prácticas proveniente del Ejército de Tierra. Una vez allí, nos reciben en la puerta tres familiares que nos instan a entrar enérgicamente en el domicilio y nos increpan refiriendo que hemos tardado mucho en venir. Concretamente observamos un individuo, un varón de mediana edad familiar de la paciente, muy agresivo con nosotros y que nos empieza a insultar y en un giro de los acontecimientos coge a uno de los técnicos en emergencias sanitarias, lo comienza a zarandear y lo agarrar por el cuello.

La enfermera, el segundo técnico y el alumno consiguen salir del domicilio y a través del Servicio Coordinador de Urgencias del SUMMA 112 alertamos a nuestros compañeros mediante mensaje urgente de la necesidad de ayuda de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por un familiar que nos está agrediendo.

Una vez consiguen salir del domicilio el otro técnico y la médica, el sujeto comienza a amenazarnos y en nuestro camino para tratar de huir, llega a encararse de nuevo con el técnico agredido y le amenaza con matarle y también refiere que después de matarle a él, la segunda en morir sería la médica. Mientras retrocedemos al portal, el familiar llega a lanzar contra una pared una bombona de butano que tenían en casa, con el riesgo que conlleva estar en la trayectoria de ese objeto contundente y con el riesgo de explosión intrínseco del propio material.

Finalmente conseguimos salir del bloque de edificios y reagruparnos junto a la UVI Móvil, en ese momento pasa un coche de policía local con un único miembro que paramos e indicamos lo sucedido y a la llegada de un segundo vehículo de policía local, conseguimos subir de nuevo al domicilio. El familiar se va detenido por Guardia Civil que también acude en nuestra ayuda al domicilio y nosotros conseguimos nuestro objetivo, atender a la paciente en las mejores condiciones posibles y asegurar su traslado al hospital cumpliendo criterios de patología tiempo-dependiente.

En segundo plano, qué es lo que ha implicado este incidente, incluye el daño físico a un Técnico en Emergencias Sanitarias, el miedo de todo el equipo por los hechos vividos y por volver a encontrarnos con el agresor, y la inoperatividad de la UVI Móvil de Arganda del Rey por más de 5 horas para llevar a cabo todos los trámites médicos y administrativos que una agresión contra un profesional sanitario conlleva, que como recordatorio es un delito recogido en el Código Penal como atentado contra la autoridad en  el artículo 550.1, que conlleva penas de prisión y que además puede llevar a la demora en la atención de una patología tiempo-dependiente de un vecino del municipio o de cualquier localidad que entra en la cobertura de este recurso de Soporte Vital Avanzado.

Con esto queremos visibilizar los graves efectos tanto para los compañeros agredidos, así como los daños colaterales al propio paciente por haber retrasado la intervención y el traslado como a los ciudadanos que pudieran necesitar esa atención emergente mientras un recurso esta inoperativo por causa de este incidente.

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REDACCIÓN
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