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Durante las últimas semanas y tras la declaración del estado de alarma, miles de españoles se han visto obligados a quedarse en casa. Este necesario confinamiento, sin embargo, no solo ha alterado nuestros hábitos cotidianos, sino también nuestra manera de consumir. Algo que, tal y como apunta el comparador Acierto.com, no solo atañe al carrito de la compra, sino también al consumo energético.
Así y en términos globales, el consumo energético ha descendido notablemente fruto -entre otras cuestiones– de la paralización de parte de la industria. La caída ha afectado en mayor medida a los grandes núcleos urbanos como Madrid y Cataluña, donde se han llegado a registrar bajadas de más del 10%. Esto, al mismo tiempo, se ha visto reflejado en una bajada de las emisiones de CO2 a la atmósfera (en algunos casos de más del 70%). Las restricciones de movilidad y el descenso de traslados aéreos también han contribuido positivamente. Y el consumo de gasolina se ha reducido hasta un 82%.
El gasto energético de las familias se dispara
Sin embargo, a pesar de esta reducción global, en el caso de las familias ha ocurrido todo lo contrario. Como consecuencia y según las estimaciones de Acierto.com, durante estos meses sufriremos un encarecimiento del recibo que rondará entre los 15 y 30 euros. Aquí entran en juego el uso del horno -en especial y fruto de los nuevos hábitos–, el microondas, la vitrocerámica, la televisión y otros aparatos electrónicos como las videoconsolas y ordenadores, que permanecen durante más tiempo encendidos. También se han modificado las pautas de consumo: ahora la demanda es mayor por la mañana.
El encarecimiento podría resultar más preocupante si cabe si tenemos en cuenta el contexto actual. Los datos revelan una creciente preocupación por la economía –9 de cada 10 usuarios se muestran preocupados al respecto–, la situación en la que quedarán las empresas y el paro tras la crisis del coronavirus. Y se estima que España perderá 300.000 empleos este año como consecuencia del parón por el COVID-19.
Tampoco podemos perder de vista, asimismo, que el ahorro energético continúa siendo una asignatura pendiente de los españoles. De hecho, el año pasado España incrementó su consumo energético un 1,8%. Respecto a los ciudadanos, la falta de concienciación se erige como el principal problema. Hasta tal punto, que hasta 8 de cada 10 consumidores reconocen que no les importa en absoluto si los productos que compran son respetuosos con el medioambiente o eficientes energéticamente hablando. El precio sigue siendo el atributo más valorado. Sin embargo, comprar electrodomésticos eficientes acaba resultando rentable.
Cómo ahorrar energía durante la cuarentena
Por fortuna existen una serie de consejos que nos permitirán ahorrar durante el confinamiento y también en términos generales. Tanto que, según los cálculos de Acierto, cuidar del medioambiente podría ahorrarnos hasta 2.000 euros al año. Hablamos de renovar los viejos electrodomésticos (contar con unos eficientes nos ahorraría alrededor de 400 euros), lavar la ropa a 40 grados en lugar de a 60, ajustar la temperatura del frigorífico, instalar aireadores de grifos y duchas –reduce el consumo a la mitad–, y optar por bombillas de bajo consumo. Apostar por el aislamiento para evitar pérdidas es otro punto clave (constituyen el 30% del total).
El comparador Acierto.com, además, recomienda comparar entre las diferentes tarifas de energía para ver cuál es la que mejor se ajusta a nuestras necesidades. “En este ámbito, igual que en el de los seguros, es fundamental comparar tarifas energéticas”, comenta Carlos Brüggemann, cofundador de la entidad.
“Revisar las condiciones que ofrecen las compañías, elegir un plan que se adapte a nuestros horarios y necesidades constituyen acciones imprescindibles”, afirma. Por fortuna, hasta 9 de cada 10 consumidores comparan antes de comprar. Contratar un seguro de hogar que cubra los electrodomésticos en caso de avería por un fallo eléctrico, por ejemplo, es otra manera de ahorrar a la larga.
La tecnología, por su parte, contribuye al ahorro energético. Estamos hablando de los hogares domóticos, de los termostatos inteligentes que cuentan con sistemas de localización para apagarse y encenderse cuando el usuario se acerca o sale de casa. De persianas inteligentes que se bajan automáticamente si no estamos cuando detectan que se está generando excesivo calor en la casa.
Apostar por la tecnología también es instalar sensores de movimiento en la escalera de la comunidad, optar por bombillas inteligentes y programables, y por Dimmer, que nos brindan la oportunidad de controlar la entrada y salida de luz con un ahorro del 75%. También aumentan la vida útil de las bombillas.
Asimismo y en especial durante estos días, es recomendable:
Prescindir del horno y apostar por otros electrodomésticos como el microondas (gasta alrededor de un 60% menos)
Evitar las incursiones a la nevera: cada vez que la abrimos, el frigorífico necesita recuparar su temperatura, y estamos desperdiciando hasta un 7% de la energía acumulada.
Ajustar la temperatura de la calefacción o apagarla.
Evitar consumos faltasmas (ahorraremos hasta un 10%)
Otros hábitos de consumo que han cambiado
Como decíamos, no solo nuestra manera de consumir energía ha cambiado, sino también nuestra cesta de la compra: si bien inicialmente nos decantábamos por productos de primera necesidad, ahora el carrito ha empezado a llenarse de productos “capricho”. Esto ha hecho subir la venta de la harina y de productos para repostería (60%), la cerveza (45%) y los aperitivos (44%). Por otra parte, durante la cuarentena y fruto también del teletrabajo, las redes IP han registrado subidas de tráfico de más del 40%. Algo que se ha traducido, entre otras cuestiones, en un incremento de las ventas online de más del 55%.
No obstante, la escalada no ha sido igual para todos los productos. Destacan aquellos relacionados con la práctica deportiva –que en términos globales han crecido casi un 200%– como las esterillas (147%) y las bicicletas estáticas (450%); agotadas en muchas superficies. No ha ocurrido lo mismo con el sector de la moda ni con el del entretenimiento offline. Solo durante el mes de marzo las plataformas y apps de venta de entradas y espectáculos sufrieron una caída del 55%. Respecto al retail ha experimentado un declive del 70%.
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