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El pasado Lunes publicábamos un artículo que decía: Parásitos en Pedrezuela, el cual ha tenido una gran repercusión.
Inmediatamente recibimos llamadas de vecinos, que sinceramente nos sorprendieron, en la que nos decían que la información que habíamos dado no era del todo correcta, ya que y aunque es cierto el valor de la vivienda okupadas están valoradas en precios superiores a los 350.000.-€., los vecinos nos aseguraban que eran unos vecinos ejemplares y que no daban un ruido y que eran familias normales.
Tras esas llamadas nos pusimos en contacto con dichos vecinos para que nos dieran su versión.
Dos chalets y dos familias a las que la vida les ha golpeado fuertemente. Una, cuya inicial se corresponde a A., un trabajador de 24 años en la hostelería que tras un accidente laboral tiene una incapacidad permanente absoluta, en la que no llega a ingresar 600€ y del que dependen, su mujer, su hijo y su nieto, todos ellos en paro. A., nos dice que «sé que he cometido una ilegalidad menor, como es la ocupación de una vivienda, pero no olvidemos que me he metido a vivir en una casa que su dueño es un FONDO BUITRE, jamás se me ocurriría hacerlo en una vivienda de un particular. No lo hago por gusto, lo hago porque igual que me podrán sancionar por un delito menor de la usurpación de la vivienda, el Estado incumple conmigo la aplicación de la Constitución del derecho a una vivienda, pagando por supuesto lo acorde a mis ingresos»
Vimos en la conversación con A., que le dolía su situación y que nos quería aclarar todo incluido lo de los escombros y la piscina. «Qué coño una piscina, esos eran unos cascotes que dejo Telefónica y la compañía de la luz y que dijeron que vendrían al día siguiente a recogerlos y al ver que no venían decidimos retirarlos nosotros para que mi nieto no se hiciera daño con ellos, piscina le compraré una de plástico cuando pueda para que se moje el culo y los coches que me atribuyen no son míos…».
En el otro chalet vive J., el cual nos cuenta su situación personal, pero no quiere que se desvele y es muy parecida a la de A. Familias arruinadas por el mercado laboral y el coronavirus. J. lo único que reconoce es que una vez tuvo una discusión con su pareja y tuvo que venir la Policía Local. Respecto al Golf, reconoce que es suyo y que no está pasada la ITV por el Coronavirus. J, dice no entender de politica, pero nos asegura que «La situación municipal en Pedrezuela nos hace ser el centro de la discusión política».
Hasta aquí la versión humana de los ocupantes de los chalets y nuestra línea editorial es clara en cuanto a los Okupas que lo hacen con el único afán del beneficio propio y otra muy distinta, la de unas familias españolas, que se meten en una vivienda que ( sí tiene dueño, pero es un multimillonario FONDO BUITRE) para sobrevivir y que están esperando que la vida les vuelva a sonreír para volver a su situación normal.
Es muy distinto y más cuando los vecinos consultados, nos dicen que son unos vecinos ejemplares. Ojalá el Estado cumpliera la Constitución y no solo a A. y J, sino a todos los españoles en exclusión, les aplicara su articulado y les diera una vivienda digna con los ingresos que ese Estado les da.
Fin de la historia y mucha suerte a J y A.
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