Getting your Trinity Audio player ready...
|
A un lector amigo le ha faltado tiempo para darme una opinión sobre el nuevo estilo, anunciado ayer, para mis próximas colaboraciones con este diario, — incordiante sin duda alguna, para los malandrines de la política–. Me dice, más o menos, con otras palabras: “¡menos mal que iba de tapeo…!”, con lo cual he sacado en conclusión: el cambio llena su cometido y agrada. Ahora bien, esta “respuesta” ha encendido en mi mente, una “bombilla”. Me explicaré. Toda mi vida ha sido –sin buscarlo– un “comunicador” debido a mis diversos trabajos (por otra parte se me da bien).
Soy técnico –“probado”– en Relaciones Públicas. Proyecté, creé y dirigí durante doce años el Departamento “de la cosa” –con seis Delegaciones a nivel nacional–, de una multinacional importante (número uno de Europa en su especialidad, entonces, y, hoy, número uno mundial) y tengo escrito un libro sobre las R.P., sin editar. Es ésta una profesión fundamental, y más necesaria que nunca, si lo es de verdad. Desgraciadamente, yo diría que ha perdido su esencia y “se ha prostituido” al convertirla en esclava del “marketing”… (que no tiene nada que ver con ella), pero no es el lugar para discutir sobre el tema.
Hasta ahora todos los comentarios recibidos sobre mi colaboración con el CORREO DE ESPAÑA, han venido de viejos lectores de otros medios, por eso, la “bombillita” aludida, me impulsa a darles mi correo electrónico por si desean criticarme, discrepar o simplemente contrastar opiniones. Es una dirección fácil de recordar: catalunyaesespanya@telefonica.net (la “ñ” no existe y utilizo la “ny”, catalana: ¡no iba a usar la “nh” portuguesa, o la “gn” francesa!)
¡HORA DE APLAUDIR! En la comatosa España, por desgracia, escasean las ocasiones de mostrar satisfacción con sonoros aplausos, mientras abundan las de llorar; por lo tanto, aprovechemos la que nos brindan dos hechos dignos de aprobación: 1. El discurso de la señora Ayuso en la apertura de la nueva Asamblea madrileña; 2. La buena relación entre ella y la jefa del grupo VOX, Rocío Monasterio.
Dando una lección a Casado, Doña Isabel, honra su nombre, y se expresa con claridad –¡ese ·comunismo pijo”!– y anuncia las cosas que va a cambiar y, de entrada, algunas de acuerdo, con Rocío Monasterio. Felicitaciones a esas dos mujeres que lo son de verdad, no como esa féminas “rojas”, dignas de más adjetivos con “r”. A ver si va a resultar que en el “PP” los pantalones los tendrán que utilizar solo las mujeres.
Los INDULTOS. Mira por donde, ahora resulta que la Sra. Ayuso, no estaba sola cuando se avergonzaba –y lo decía— que no tiene sentido que el Rey firme esos indultos. Los juristas con más sentido común, empiezan a encontrar razones para dársela a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Yo —que no habría cursado la carrera de Derecho ni “jarto de vino”–, como usuario del sentido común, pienso lo mismo.
Veamos, ¿cómo puede el Rey tener obligación de firmar uno indultos que son obra de la Sinagoga de Satanás, en su proyecto para la destrucción de España que va haciendo a cara descubierta? Ya lo he dicho en un artículo anterior: Ni el Rey lo debe hacer ni el Ejército lo puede consentir, so pena de ser condenados por la Historia y por los españoles (si se deciden a un nuevo “dos de mayo”).
CON SEJO A LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA. Siempre es bueno prever con tiempo. ·En este caso esa Real Casa, debería calcular ya las muchas páginas necesarias, en su próximo Diccionario de la Lengua Española, para darnos la definición exacta de una serie de palabras: “xenófobo”, “fascista”. “ultra”, etc. De lo contrario, nuestros textos de hoy, serán muy difíciles de interpretar para las generaciones futuras. Les resultará imposible saber si un documento es un aplauso o una condena, si es un elogio o un insulto… Personalmente, y mientras llega la definición oficial, encuentro divertidos los informes que facilitan los ministros, las ministras y les ministres… los cargos intermedios y los periodistas de su cuerda.
FRASE – PERLA. Hubo un tiempo en que pensé guardar las “frases perlas” que oía o leía. Hubiera sido una gran ayuda en estos momentos, cuando la memoria empieza a estar cansada, pero no lo hice, y me lo ha recordado esta “sentencia” –¡porque es una sentencia con más peso que las del Tribunal Supremo español!–leída hoy: “La ley de Memoria histórica es una colosal fuente de estúpidos y cretinos”. Es una joya de incalculable valor, avalada diariamente por los peleles que ocupan hoy muchos de los puestos clave en ayuntamientos, gobiernos de la Comunidades, ministerios del Gobierno y la propia Moncloa.
Hay que ser estúpido y cretino para, siendo alcalde gaditano, quitar de la casa natal de José María Pemán la placa que informa del hecho. En primer lugar porque Cádiz necesita gobernantes que se reocupen del bienestar, la prosperidad y de proporcionar trabajo abundante a sus vecinos y no admirar las imbecilidades que se les ocurren a los políticos. Y en segundo lugar, porque ¿con qué, “el Kichi” –me recuerda el nombre de cierto perro de un amigo—y sobre todo, que méritos avalan a este don nadie para intentar borrar de la memoria de sus compatriotas, a uno de los ciudadanos más ilustres de la Tacita de Plata? Podríamos hallar una explicación, con visos de probabilidad, en el hecho de haber nacido en los Países Bajos (“Neederland”) la nación que más odio ha demostrado a España, y motor de la Leyenda Negra.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.