09/05/2024 14:39
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Les reproduzco hoy el artículo que he leído firmado por mi admirado Miquel Giménez (“Voz Populi”) para que se indignen como yo me he indignado al leerlo. Aunque yo además de indignarme me he sublevado y lo digo aunque se hunda el mundo: si en mis manos estuviese hoy mismo mandaba a la Legión a Barcelona y cerraba de un plumazo la televisión TV3. ¿Cómo es posible que en un Estado de Derecho se pueda permitir que en una televisión pública, que paga y sostiene ese Estado, se ataque de tal manera a España? Según dice el bueno de Giménez así comienza el programa cada día un sujeto que dice llamarse Joel Díaz y que debería estar ya ocupando un puesto en un camarote de aquel “Uruguay” que en 1934 dio cobijo a la cúpula mayor del independentismo catalán.

 Pero como no quiero que a ustedes se les atragante el año que empieza, lo mejor es que lo lean:

«Puta nit i bona Espanya»

Así comienza cada noche el programa Zona Franca de TV3

¿Qué pasaría si desde un medio público de ámbito nacional alguien empezara su programa diario con un “Puta Cataluña”?

El catalán posee infinitas variantes de ese vocablo tan caro a Camilo José Cela, que no en vano nos legó sus “Izas, rabizas y colipoterras”. Nuestro Nobel se inspiró en un soneto publicado en 1555 que, en alusión a quienes ejercen el oficio más antiguo del mundo, dice “de cuantas coimas tuve toledanas, de Sevilla, Granada y otras tierras, izas, rabizas y colipoterras, hurgamanderas y putarazanas”. Si el presentador tuviera siquiera un átomo de la cultura que poseía Don Camilo bien habría podido buscar en la lengua de José Pla y así vería que, en lugar del socorrido puta, podría emplear palabras como bagassa, maturranga, bardaixa, barjaula, pecadriu, mandangüela, marcolfa, marfanta y me detengo, porque, según Cela, puta tiene en todas las formas lingüísticas de España más de mil ciento once sinónimos.

Pues bien, el pajarito de Joel Díaz –haga el favor de catalanizarse el apellido, hombre de Dios, que así no se medra en estos pagos-, a la sazón presentador, se cree el nuevo Fénix de los Ingenios sustituyendo palabras y diciendo putas noches y buena España. De quemar constituciones a jugar puerilmente con las palabras no es que haya demasiada distancia, pero algo es algo. Lo que persiste es ese tremendo infantilismo de prescolar en el que los parvulitos dicen coño y se miran unos a otros con cara de haber desafiado al Todopoderoso comiendo del árbol del Bien y del Mal.

Eso sí, como no hay buena obra sin castigo ni mala obra sin premio, al amiguito Díaz le han encomendado que reciba las cartas dirigidas a los Reyes Magos de Oriente en el programa especial que Cataluña Radio dedica a la fiesta del seis de enero

Qué transgresores somos, deben decirse refocilándose en su idiocia, fíjate. El separatismo, tan peligroso como fascista, posee esa condición pueril de pañal cagado y rabieta con llantina, de no haber superado la fase anal y, por tanto, se queda en la escatología. No es casual que el Caganer o el Caga Tió hayan nacido en mi tierra. Existe una fijación por las heces en la tradición catalana casi obsesiva. Vean, si no, los dirigentes que les gustan. Lógicamente, al pajarito no le pasará nada porque, según TV3, eso es “libertad de expresión”. El gobierno de Aragonés ha dicho a través de Patricia Plaja, a instancias de una pregunta formulada por mi amigo Xavier Rius, que no hacen ninguna valoración. Eso sí, como no hay buena obra sin castigo ni mala obra sin premio, al amiguito Díaz le han encomendado que reciba las cartas dirigidas a los Reyes Magos de Oriente en el programa especial que Cataluña Radio dedica a la fiesta del seis de enero. Lo hará en la puerta de la emisora e ignoramos si dirá también eso de puta España a la chiquillería o si soltará otra genialidad surgida de su caletre privilegiado.

¿Qué pasaría si desde un medio público de ámbito nacional alguien empezara su programa diario con un “Puta Cataluña”?

Ahora bien, yo les propongo que hagan ustedes un ejercicio que Rius proponía a la tartavoz de la generalidad: ¿qué pasaría si desde un medo público de ámbito nacional alguien empezara su programa diario con un “Puta Cataluña”? Se lo digo yo: los aullidos se escucharían desde Vladivostok y la ANC, Ómnium y otras chicas del montón organizarían manifestaciones, sentadas, protestas y, ¡oh cielos!, incluso animarían a Lluís Llach a cantar algo. Visto lo cual, y como a la autoridad competente le importa un higo todo, soy partidario de no decir nada, no sea que estos del lacito amarillo se nos enfaden y Sánchez levante la ceja. Les dejo, eso sí, con unos versos del inmortal Josep María de Sagarra a propósito del asunto. Y dicen “ …que en aquest món del sàtrapa i del xai, les putes tenen sempre la raó i els accionistas no la tenen mai!”, o sea, que en este mundo del sátrapa y del cordero, las putas tienen siempre la razón y los accionistas no la tienen nunca.

LEER MÁS:  No son ministros, son jodíos enanos. Por Eduardo García Serrano

Y ahora que me digan que soy “facha” y de “Extrema Derecha.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Proby

¡Menudo hijo de la gran puta!

Última edición: 1 año hace por Proby
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