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El pasado 10 diez de marzo Eslovenia se unió al club de los malditos de la Unión Europea cuando fue acusada, junto con los de siempre, Polonia y Hungría, de socavar la libertad de los medios de comunicación y de lanzar ataques personales contra periodistas en el marco de la pandemia. “El COVID-19 ha demostrado más que nunca el papel esencial de los periodistas para informar a los ciudadanos”, acusaba la máxima responsable del Estado de Derecho de la Comisión Europea, Vera Jourova, la comisaria que se hace fotos con George y Alexander Soros y que defiende que los valores europeos son los de la sociedad abierta. El primer ministro esloveno, Janez Jansa, fue señalado en el Parlamento Europeo por criticar a un periodista que denunció que la libertad de los medios de comunicación sometida a presión en Eslovenia.

Lo cierto es que Janez Jansa y su partido el Partido Democrático Esloveno (SDS) llevan tiempo en el punto de mira. Jansa fue un disidente contra el régimen comunista de Yugoslavia y mantiene una relación muy estrecha con Orbán. Su elección como primer ministro de una coalición de centroderecha en marzo de 2020, tras la caída del gobierno de la coalición liberal de Marjan Sarec, fue recibida con entusiasmo en Hungría y con recelo por los medios occidentales, que temían que “importase el Orbanismo a Eslovenia”. En su año al frente del país balcánico, la política eslovena ha virado hacia el modelo húngaro con una política de asilo estricta y de refuerzo de las fronteras, acompañada de ayudas a la familia. Asimismo, durante la crisis interna del Partido Popular Europeo que llevó a la suspensión del partido de Orbán, el SDS se mantuvo como un fiel aliado de Fidesz y uno de sus diputados, Branko Grims, llegó a afirmar que si Orbán era expulsado ellos también tendrían que irse.     

El ataque contra Eslovenia parte de la supuesta situación de indefensión de los medios “libres” ante el gobierno. Estas acusaciones han sorprendido al periodista Joze Biscak, presidente de la Asociación de Periodistas Patrióticos de Eslovenia (SZDN) y redactor jefe del semanario de centroderecha Demokracija, que en esta interesante entrevista con Mariann Őry para el periódico húngaro Magyar Hírlap (www.magyarhirlap.hu), nos habla de la situación de los medios de comunicación en Eslovenia y del Partido Popular Europeo.

El Parlamento Europeo incluyó recientemente en su agenda la situación de la libertad de prensa en Eslovenia, Polonia y Hungría y acaba de publicar un informe sobre la situación en Polonia y Eslovenia. ¿Cómo ve la situación en su país?

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Me sorprendieron las acusaciones. La libertad de los medios de comunicación significa que todo el mundo puede publicar, difundir y expresar su opinión sin ser restringido. Las autoridades eslovenas no han impedido a ningún medio de comunicación publicar nada. Los medios de comunicación en Eslovenia son libres, informan de todo y nadie está amenazado. Si alguien ha amenazado a los medios de comunicación ha sido el gobierno de izquierdas de Marjan Sarec, cuando hace tres años pidió a las empresas estatales que no se anunciaran en los medios conservadores que según él difundían el odio. Pero el gobierno [conservador] de Janez Jansa no ha interferido en absoluto en los asuntos de los medios de comunicación.

Entonces, ¿por qué afirman en Bruselas que los medios de comunicación eslovenos no son libres?

Nuestro panorama mediático está muy desequilibrado. Cerca del ochenta y cinco por ciento está en manos de magnates y oligarcas más o menos abiertamente izquierdistas. Estos medios de comunicación controlan todas las organizaciones importantes asociadas a la prensa, y detrás de ellos están prácticamente todas las organizaciones no gubernamentales, especialmente las ONG respaldadas por George Soros, que, al menos en mi opinión, es una de las mayores plagas políticas. Además, todas las grandes organizaciones periodísticas internacionales están bajo la influencia de la izquierda. Cuando se suma todo, el mensaje que llega a Bruselas es que aquí hay algo muy malo, pero no lo hay.

Janos Jansa y Viktor Orbán

Nunca se ha dado un caso de despido de un periodista en Eslovenia por no estar de acuerdo con el gobierno de Jansa, pero sí ha habido muchos casos de magnates de los medios de comunicación que han despedido a sus periodistas y los han dejado sin nada. Entonces los medios de comunicación de izquierdas guardan silencio y dejan de lado su colegialidad. No ha habido ni un sólo caso de un periodista que haya sido juzgado, agredido o amenazado por las autoridades por criticar al gobierno. Sin embargo, como redactor jefe de Demokracija, me he enfrentado a varios casos judiciales en el pasado por mis opiniones conservadoras debido a las quejas de las ONG o de las organizaciones de periodistas de izquierdas.

Cuando piensa en estos ataques desde Bruselas, ¿siente cierta frustración hacia la Unión Europea?

No digo que esté decepcionado, pero hay que dejar claro que Eslovenia entró en la UE creyendo que la adhesión significaba el acceso a los mercados en términos económicos, porque el libre comercio trae prosperidad y progreso. Pero, por desgracia, la UE se ha convertido en un caldo de cultivo para una élite globalista y burocrática que quiere dictar a los países soberanos qué gobiernos y qué ideologías están bien o mal.

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La semana pasada, en un debate en el Parlamento Europeo, la eurodiputada liberal holandesa Sophie in ‘t Veld se negó a mostrar al primer ministro Janez Jansa un vídeo sobre la situación real y con datos de los medios de comunicación eslovenos. ¿Quién es el autócrata en estos tiempos? Desde luego, no Janez Jansa, sino Sophie in ‘t Veld, que quería utilizar el debate para justificar sus propias opiniones. Estoy orgulloso de que el primer ministro haya abandonado el debate. Ningún burócrata bien pagado debería darnos lecciones sobre la libertad y la democracia, y menos los que nunca han vivido una dictadura real. Luchamos por nuestra democracia y no debemos nada a personas como Sophie in ‘t Veld. Ni a ella ni a la UE.

El Partido Popular Europeo no ha adoptado una posición unida respecto al Partido Democrático Esloveno. ¿Es posible que el SDS también siga los pasos de Fidesz?

A corto plazo no lo creo, pero si algunos políticos del PPE continúan con sus ataques, no descartaría nada. Me temo que el Partido Popular Europeo se está alejando de los valores que una vez defendió y de la democracia liberal.

En Bruselas se habla constantemente del Estado de Derecho y de los valores fundamentales. ¿Cuáles son estos valores para usted?

La izquierda inventa nuevos supuestos valores que luego Bruselas quiere imponer a los países conservadores y a sus gobiernos legítimos y democráticamente elegidos. Los valores fundamentales de Europa son la familia tradicional, la nación, la conservación de la cultura y la identidad nacionales, el cristianismo, la tradición y la libertad. Las élites liberales de izquierda, en cambio, quieren borrar nuestras raíces, quieren cortar los lazos con el glorioso pasado de Europa, quieren destruir todo en lo que hemos crecido, todo lo que consideramos sagrado. Están realizando experimentos con el arcoíris, promoviendo la migración ilegal y la cultura de la muerte. Gracias a Dios, en Europa hay personas como Janez Jansa y Viktor Orbán, que son fieles a los valores de la nación que los eligió.

Autor

Álvaro Peñas