11/10/2024 04:20
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He sido uno de los militares firmante de todos los “manifiestos” publicados hasta la fecha a los que usted, en su pueril discurso, ha mentado. “Manifiestos” que lo han sido siempre no sólo en el ejercicio de un derecho constitucional que su mentalidad totalitaria y antidemocrática pretende negar e intenta impedir, sino también por obligación moral y patriótica. “Manifiestos” que, si se leen sin orejeras ideológicas de ninguna clase, menos aún de las marxistas-leninistas, o sea, frentepopulistas, que usted profesa y que la tienen sumida en tan penosa como patética condición, son certeros, adecuados, justos y necesarios en todos sus términos. El artículo 8º de la Carta Magna forma parte de ella, no lo olvide, y es mandato directo del pueblo a sus FF.AA.

Por uno de ellos, el que lo fue en defensa de la figura del Generalísimo, intentó usted meterme mano… pero qué más quiso, porque no tuvo ni la mínima posibilidad, ni aunque se vistiera de rojo, su color preferido, cómo no, a pesar del cual no levanta usted nada… ni pasiones.

Su discurso en esta Pascua Militar, más si cabe aún que en las anteriores, ha estado repleto de demagogia y falsedades propias de su ideología; por cierto, la más degenerada que ha inventado el hombre, criminal hasta la saciedad y siempre fracasada entre toneladas de miseria y ríos de sangre allá donde tuvieron la desgracia de probarla y de la que España se libró por quienes ya sabemos todos.

Se le llena a usted la boca, como a los suyos, de la palabra Constitución, que en la suya apesta… la boca también, por cierto. Igual que apestaba y apestan las de democracia, libertad, derechos, separación de poderes, justicia, paz, reconciliación, España y otras más. Igual que apestaban cuando sus tan admirados antecesores ideológicos monopolizaron la de República hasta destruirla, y ahora los suyos, porque la querían socialista-soviética y revolucionaria, o sea, antidemocrática, como hoy destruyen nuestra democracia porque sólo la entienden frentepopulista y bolivariana.

Los militares de verdad –los hay que sólo visten de ello–, que los somos aun en la reserva como yo, o retirados, y hasta en pelota picada, algo que usted no puede entender, siempre estamos en activo y de servicio, el juramento hecho a la patria, a España, nos obliga a ello.

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Que décadas de adoctrinamiento y agit-prop hayan castrado a nuestras FF.AA., a base de imponer un concepto de la disciplina y obediencia que es en realidad penosa sumisión, y de neutralidad que lo es de inhibición, no significa, ni impide, ni impedirá, que el honor, para los que lo conservan, que está por encima de ambos eufemismos, y el amor a la patria, nos haga callar por mucho que con el dedo totalitario marxista-leninista nos señale usted… y los suyos.

Alardean, usted y los suyos, de lo que carecen. Son el lumpen de una nación y de un pueblo que, por desgracia, ha vuelto a negarse a aprender de su historia, en este caso de la más reciente –y documentada hasta la saciedad–, por lo que va a repetir lo peor de ella… en realidad ya lo está haciendo; usted y los suyos son la prueba.

Quienes vulneran la Constitución, quienes prácticamente ya se la han cargado, pues lo vienen haciendo desde hace décadas (“Montesquieu ha muerto”) son usted y los suyos. Quienes no nos representan, quienes sólo se representan a ustedes mismos, quienes representan sólo a lo peor de nuestra nación, son usted y los suyos. No olvide que forma parte de un des-Gobierno manifiestamente antidemocrático, totalitario, vulgar, blasfemo, sectario, traidor, corrupto y, además, y como siempre, inepto hasta cotas increíbles, que un día tendrá que rendir cuentas, porque se le van a exigir, ya lo verá, y no podrá porque las pruebas incriminatorias son patentes.

No es la primera vez que España pasa por momentos de desvarío, pero siempre ha salido de ellos y además reforzada, y a los causantes de su desastre los pone siempre en su sitio.

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REDACCIÓN