07/10/2024 05:26
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Esta semana se tienen entre manos dos asuntos graves en España. Y uno, desde luego no es nuevo. Por un lado, la quiebra técnica de la economía española. Una deuda pública que ya supera el 125% por mucho que se maquille y donde algunos expertos indican que se acerca al 130%; por otro, la plandemia como hilo conductor de esta quiebra. Y los que pueden movilizar a los españoles (los partidos de la oposición), no lo hacen. Entretenidos en demandas con su ejército de abogados sin ir a la raíz del problema.

España ha dejado de producir PIB y además, ya no es capaz

Ante esta situación, la amenaza de la ley de seguridad nacional, (a buen seguro que debe ser un producto del ya extinto vicepresidente del gobierno), que podría estar relacionada con la reciente ley de expropiaciones, ¿verdad? ¿O es que ya se ha olvidado? Y desde luego, esta nueva ley de seguridad nacional tiene un significado principal que revelar: la quiebra absoluta del sistema económico español. España ha dejado de producir PIB y además, ya no es capaz. Su turismo, como principal motor ha caído hasta un 65%. Y el sector primario, ahora recibe el ataque directo del ministro de consumo.

Cuánto daño han hecho esos progresistas de extrema izquierda que se reían del término PIB y que decían que había que dejar de producir e ir a un decrecimiento. ¿Pero qué gilipollez verdad? ¿Entonces qué es lo que se produce? Esa extrema izquierda social, ahora representada por el señor Errejón que defendía la utopía (cada vez menos, es verdad) del abastecimiento mutuo. Y que esa idea, lo digo bien claro, convertiría a este país llamado España, tan insolidario, es una anarquía absoluta. Porque… ¿Qué coño es el autoabastecimiento sino es la verdadera soberanía económica para los españoles?

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¿A que espera el pueblo español para reaccionar?

Y paralelamente, seguimos con la continuidad de la farsa de la emergencia sanitaria. O más bien, de la dictadura sanitaria. Con un baile de datos y con la amenaza del cierre perimetral, ocio y en definitiva, de la libertad. ¿A que espera el pueblo español para reaccionar?

Desgraciadamente, la TV se ha convertido ya en un altavoz de la dictadura globalista. La TV ha conseguido normalizar la inmigración masiva y ha conseguido además, que un grupo de estudiantes seas más alarmante que decenas de miles de africanos sin control sanitario alguno. España está perdida.

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REDACCIÓN