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El principal periódico izquierdista de Polonia, Gazeta Wyborcza, dedicó su portada del 12 de diciembre a un fondo pro-aborto para mujeres polacas. La operación está dirigida por la Abortion Support Network (ASN), una organización británica que ofrece asistencia a mujeres que quieren abortar, pero viven en países donde el aborto es ilegal. En su artículo de portada, el periódico ofrecía todos los detalles necesarios para que las mujeres polacas puedan abortar, junto con un número especial al que pueden llamar para conseguir información sobre cómo obtener píldoras abortivas o conseguir un aborto quirúrgico en otro país europeo en función del período de gestación. Según la Gazeta Wyborcza, junto a la ASN, otras seis organizaciones de cuatro países distintos se han unido en sus esfuerzos pro-aborto, en una iniciativa llamada “Aborto Sin Fronteras”. Dos organizaciones polacas están entre ellas, incluido el llamado “Dream Team del Aborto”.
La ley del aborto polaco, que data de 1993, es muy restrictiva para los estándares europeos. De acuerdo a la ley polaca, un bebe solo puede ser abortado en tres casos: cuando la vida o salud física de la madre está en peligro por el embarazo (sin límite de plazo), cuando el embarazo es consecuencia de violación o incesto (hasta las 12 semanas), o cuando un bebe es diagnosticado en el vientre materno con un defecto o enfermedad grave o incurable (hasta las 24 semanas). Cada año, se realizan poco más de 2000 abortos legales en los hospitales polacos, según los datos de la aseguradora nacional NFZ, aunque las estadísticas oficiales publicadas por el ministerio de salud solo muestran la mitad de ese número. Antes de 1993, la ley de la era comunista permitía el aborto libre hasta las 12 semanas.
En el número del 12 de diciembre de la Gazeta Wyborcza, un activista del “Dream Team del Aborto” polaco citaba a Alemania, Holanda y Gran Bretaña como los países en los que las mujeres con más de 12 semanas de embarazo podrían viajar para un aborto pagado por la ASN. Se prometía a las mujeres polacas una asistencia completa para sus visitas médicas, incluyendo un traductor y alojamiento. En el caso del aborto farmacéutico, las píldoras abortivas serían enviadas por un grupo holandés llamado Women Help Women, pese a que, como el propio diario admitía, es ilegal importar medicinas en Polonia por correo sin los permisos oficiales necesarios. Pero la Gazeta Wyborcza no solo dedicó la mayor parte de su portada del 12 de diciembre para publicitar la oferta de la ASN para las mujeres polacas — también publicó un editorial de apoyo en su segunda página, comparando la situación de Polonia con la de la República de Irlanda hasta hace poco, mientras que toda su página nueve era una entrevista con Mara Clarke, que fundó la ASN en 2009.
Clarke explicó a los lectores de la Gazeta Wyborcza que las mujeres podían abortar libremente hasta el final de semana 24 en Gran Bretaña y Holanda, y que pretendía que esos abortos también estuvieran disponibles para las mujeres polacas después de haberlo hecho para las mujeres irlandesas durante 10 años, antes de que el aborto se hiciera legal en la República de Irlanda el pasado diciembre. “Después del referéndum irlandés tenemos menos clientes de Irlanda”, explicó, “por lo que hemos llegado a la conclusión de que podemos transferir dinero a Polonia”. En la misma entrevista, Mara Clarke también afirmó que las píldoras abortivas son más seguras que drogas como la viagra o el paracetamol, y que las mujeres polacas no aptas para un aborto inducido químicamente serían informadas de en qué país pueden abortar su bebe, en función de su estado de gestación.
El defensor del niño polaco reaccionó el mismo día de la publicación de la Gazeta Wyborcza, anunciando en Twitter que haría un informe para denunciar a “Aborto Sin Fronteras”, puesto que fomentar, organizar y financiar el aborto ilegal es un delito en Polonia. Una organización judicial, el Instituto Ordo Iuris, también anunció el 12 de diciembre que presentaba un escrito a la fiscalía. Su presidente, Jerzy Kwaśniewski, escribió en Twitter que el escrito estaba listo y que se refería al “intolerable anuncio de asistencia para cometer un acto ilegal (el asesinato prenatal)”.
Además de anunciar que los servicios de la ASN estaban disponibles para las mujeres polacas, la Gazeta Wyborcza cifra en 100.000 el número abortos ilegales en Polonia cada año, como dicen las organizaciones feministas. Sin embargo, este número no se basa en ningún dato probado y ha sido usado durante años, junto con otra “estimación” del doble de ese número, para convencer a los polacos de que el aborto debería ser legal en el mismo grado que en otros países europeos.
En 1997, cuando el post-comunista SLD dominaba el gobierno, se añadió una enmienda a la ley del aborto de 1993 que permitía el aborto motivado por la situación socio-económica de la mujer embarazada. El tribunal constitucional la rechazó, determinando que iba demasiado lejos al violar el derecho a la vida contemplado en la constitución polaca. Durante el período de casi un año en el que estuvo en vigor, “solo” se realizaron 3,047 abortos, incluyendo 2,524 por situación socio-económica, abortos legales y sin ningún coste para la mujer. Uno podría preguntarse cómo es posible que el número de abortos pueda haberse disparado hasta el nivel altísimo de 100.000 o 200.000 al año justo después de que se convirtiera en ilegal, siendo además más difícil de acceder y mucho más caro.
Según una encuesta del IBRIS publicada el 9 de diciembre por el periódico Rzeczpospolita, el 49.9% de los polacos están a favor de dejar la actual ley del aborto como está, y un 14.9% preferiría que el aborto estuviese aún más restringido. Solo el 28.7% apoyan liberalizar la ley del aborto. En las elecciones parlamentarias del pasado octubre en Polonia, La Izquierda, una coalición de tres partidos de izquierda dirigidos por la SLD, fue la única en pedir una liberalización de la ley del aborto y obtuvo menos de un 13% de los votos.
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