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El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 30 de Madrid ha estimado la medida cautelar formulada de UGT para suspender la retirada del nombre de las calles dedicadas a Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto,  aprobado por el Ayuntamiento de Madrid, mientras se tramita el procedimiento judicial.

Los motivos aducidos por el auto son absolutamente lógicos: impedir el daño a los residentes de esas calles, que resultarían perjudicados por el cambio de nombre, y evitar el que la credibilidad de los políticos se deteriore por el vaivén de nombres de esas calles.

Motivos lógicos y tan válidos hoy como hace un par de años, cuando la «tricoteuse» Carmena y sus alegres analfabetos municipales cambiaron el nombre de decenas de calles, entre ellas varias que los tribunales han anulado, sentenciando que deben recobrar su nombre anterior, como es el caso de la actual calle de la Institución Libre de Enseñanza, que previamente se llamó de los Hermanos García Noblejas y -de obedecer la sentencia judicial- deberá volver a denominarse así.

Por su parte, UGT afirma que es “una indecencia y un sarcasmo” que el Ayuntamiento aprobara una propuesta de “la extrema derecha” basándose en la Ley de Memoria Histórica, “cuando es evidente que ni Largo Caballero ni Prieto se sublevaron contra la República, ni apoyaron ni exaltaron la sublevación militar”.

UGT, evidentemente, no tiene ni puta idea de lo que habla. En principio, muestra su sectarismo al afirmar que es indecente que el Ayuntamiento apruebe una propuesta de la «extrema derecha», quizá porque para ellos sólo se pueden aprobar las de la extrema izquierda.

En segundo lugar, UGT demuestra su ignorancia, porque de todos las personas medianamente cultas es conocido que la UGT, sus líderes, jefes, jefecillos y pistoleros a sueldo se sublevaron contra la II República en Octubre de 1934.

Por otro lado, el citado juzgado de lo Contencioso-Administrativo ordena al Ayuntamiento de Madrid que conserve una placa dedicada a Largo Caballero en la Plaza de Chamberí al considerarla un bien de carácter histórico.

¡Coño! ¡Pues con mucho más motivo la estatua ecuestre del Generalísimo Franco en los Nuevos Ministerios, que el psicópata Zapatero mandó retirar con nocturnidad, alevosía y dedicatoria al genocida Santiago Carrillo!

Autor

Rafael C. Estremera