24/11/2024 20:08
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Vaya por delante que no se trata de defender a Trump ni a los EEUU como gran potencia sino sólo de analizar su mandato y el por qué todo el establishment ha estado en contra de este “outsider” que se les había colado en la Casa Blanca. 

 

Lo que Trump ha demostrado es que las políticas de desglobalización favorecen a los trabajadores, pero por eso mismo, ¿creíais que el capitalismo iba a permitir que Trump demostrase que la desglobalización favorece a los trabajadores? Obviamente, no lo podía permitir.

 

Repasemos algunos hechos e hipótesis…. 

 

Trump ha demostrado que la desglobalización favorece a las clases trabajadoras, llevando la tasa de paro a su mínimo histórico y haciendo que los salarios de los trabajadores empiecen a recuperar poder adquisitivo tras tiempo sin hacerlo.

 

El capitalismo global, en el que se incluye destacadamente a China, no iba a permitir que este mensaje quedase en el ambiente y por eso se ha movilizado para destruir a Trump. ¿Cómo?:

 

Pandemia. Tres equipos independientes de virólogos han sugerido que el coronavirus puede haber sido fabricado. Por eso no podemos descartar la hipótesis de que China haya desatado esta pandemia ya que solo ha beneficiado a China, único país que crece económicamente. La presidencia de Trump había significado una enorme derrota geopolítica y comercial para China. Trump había construido junto con Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda un frente para detener el robo de datos, tecnología y empleos por parte de China. China sabía que podía manejar la epidemia mucho mejor que sus competidores de Occidente, dado que los chinos están acostumbrados a medidas de disciplina social que los occidentales llevan muy mal,  y ha obtenido enormes beneficios comerciales y geopolíticos de la pandemia. Y China sabía que solo una pandemia podía acabar con Trump.

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Clima de terror. En dos ocasiones y poco antes de las elecciones, grupos antiblancos como “Black Lives Matter” y otros grupos progres radicales impusieron un clima social de terror en los EEUU. Es significativo que las encuestas se hayan equivocado aún más que en 2016 porque grandes errores en las encuestas suelen evidenciar falta de libertad social, miedo de la gente a decir lo que piensa.

 

Mentiras en los medios. Casi todo lo que se ha oído sobre Trump desde 2016 ha resultado ser falso bajo escrutinio, como el famoso bulo de que aconsejó beber lejía. Casi todo lo que los medios dicen que Trump ha dicho, no lo ha dicho.

 

Elecciones sucias. La pandemia ha permitido que el porcentaje de voto por correo pase del 50%. Es más difícil controlar la validez o legalidad de ese tipo de voto. Al menos cuatro Estados han realizado las elecciones con procedimientos electorales aprobados de manera inconstitucional (es decir, sin pasar por el poder legislativo del Estado, como manda la Constitución), procedimientos que han favorecido el voto por correo, que a su vez ha favorecido inmensamente a Biden. ¿De verdad puede alguien pensar que habiendo Biden prometido regularizar a 11 millones de inmigrantes ilegales y habiéndose emitido por correo la mayor parte del voto, las elecciones pueden haber sido limpias? Naturalmente ningún tribunal ha entrado en materia: sabían que de haberlo hecho hubieran desatado de nuevo el terror antifascista y antiblanco de la chusma de BLM.

 

En conclusión, Trump ha demostrado que las políticas de desglobalización favorecen a los trabajadores, y el pánico del capitalismo global demuestra que ese capitalismo global está históricamente acabado. Si no, ¿por qué se les pudo colar un “outsider” como Trump?, ¿por qué el Brexit?, ¿por qué la crisis del 2008?, ¿y por qué la pandemia?, ….

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Saldrán Trumps por todas partes, y esperemos que en adelante sean con un poco más de estilo, menos sionistas y más socialistas que Donald Trump.

Autor

REDACCIÓN