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«Cum crimen non punitur, confirmatur» ¿Por qué se quitó el latín, o las asignaturas Humanísticas? Esas disciplinas que estudian el comportamiento, la condición, y el desempeño del ser humano, vinculadas a la cultura, religión, arte, comunicación e historia. Son las Humanidades, y fueron liquidadas poco a poco en los planes de enseñanza que cada dos por tres protagoniza la izquierda. Ahora se empieza a eliminar la asignatura de Filosofía. El gobierno quiere que las generaciones inmediatas sean de burrines que no tengan capacidad de pensar, de discernir ni de protestar. Y menos de criticar al Ejecutivo con sus maniobras y mentiras. Están eliminando las asignaturas troncales, como hicieron con el español, quitándolo de ser el idioma vehicular. Ahora quitan asignaturas como la historia y hasta los números romanos, la regla de tres, los dictados, etc., Y hasta la Filosofía, es decir, la reflexión, el razonamiento, la crítica y la argumentación. Esas que nos acercan a los principios del ser, del bien, de la verdad y de la belleza. Adiós a Platón, y los grandes filósofos, lo mismo que a Montesquieu, y su doctrina de la separación de poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, base de la democracia. «Montesquieu ha muerto», dijo Alfonso Guerra en 1985, cuando el partido socialista aprobó la Reforma de la ley Orgánica del Poder Judicial. En ese momento se cargaron la independencia del Poder Judicial y se jactaban de ello, celebrando el entierro de Montesquieu, que en 1748 había consagrado la separación de los tres poderes, con su obra «El espíritu de las Leyes»; ya vimos desde entonces cual es el espíritu de las leyes de los socialistas, ahora «progresistas». Pero los detractores de la filosofía dicen que no vale para nada, invirtiendo los términos como es su natural. Los que no valen nada son ellos, excepto para traer el mal.

La ley Celaá, (LOMLOE) que es la que rige en la actualidad, sin embargo reivindica las brujas, todo lo de la «perspectiva de género», y sobre todo mucho sexo. Las siglas quieren decir: Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación. Para enrevesar las cosas y que nadie les entienda, estos depravados «progresistas», son unos artistas. Es una técnica más de su diabólico credo marxista. La señora Isabel Celaá, ex ministra de educación, tras dejarnos este bodrio de ley de enseñanza, ya tomó posesión como embajadora del Vaticano, ante el Papa. Pero según El Español: Pablo Iglesias ha confesado que el nuevo puesto de Celaá, es el que habría querido él; cerca del camarada Bergoglio».  (Como para mear y no echar gota) Entre putas anda el juego en esta situación surrealista con el demonio dentro de la iglesia. La subida del fenómeno de «okupas», que cuenta con redes organizadas a las que la ley no sólo no ataca, si no defiende, se debe a este falso profeta, hijo de un terrorista, que animaba a sus huestes, diciendo: Hay que ocupar, ocupar viviendas… La propiedad privada no existe, salvo la de ellos. Es del primer ladrón que llega.

No se puede limpiar la calle de delincuentes cuando los principales están en el gobierno. Habría que empezar por allí. Pero la casta política se blinda, porque sabe que en justicia debe desaparecer, mejor, ser eliminada. Y mientras no sea así, no habremos hecho nada. Los delitos avanzan casi en progresión geométrica porque no se castigan. Se excarcelan a los terroristas y a los delincuentes, o se indulta a los separatistas catalanes. En definitiva, se les premia. Los delitos aumentan en todos los órdenes sociales, por esa causa. Muchos empiezan en la escuela y terminan en la cárcel, o aún peor, fuera de ella. La mala enseñanza de la juventud, logró que así fuera. Detrás de todo está la voluntad maligna de conseguirlo. Todo esto es el cáncer de la nación, al que no se le pone remedio, y crece más.

El volumen de internos en España -nos dicen- se ha reducido progresivamente desde 2010. La tendencia hace que las prisiones, exceptuando las de Cataluña, que tiene la competencia penitenciaria transferida, desde 1984, tenga hoy 27.000 presos menos que hace doce años, con un descenso del 38%. Según los expertos, hay varias razones. No obedecen al descenso de la criminalidad en España, si no a las políticas penitenciarias, reformas, o variables temporales, como la pandemia. Las cárceles españolas acogían a finales del pasado año, 46.053 presos. (42.741 hombres y 3.312 mujeres)

Los revolucionarios comunistas quieren vaciar las cárceles. Son izquierdistas, viven de la revolución, y nunca trabajaron ni van a trabajar. Encuentran en el sistema carcelario una pieza fundamental para sus fines. Lo primero librándose de él, metiéndose en política, para llegar al poder comunista. La democracia se ve inerme para luchar contra tanto mal. Ellos la destruyen desde dentro una vez utilizada al conseguir el poder. Harto repitieron que los socialistas no quieren democracia. Quieren el poder de por vida para dar paso al comunismo, trayendo el mal. Son los primeros en no respetar la ley, en adulterarla. Por no respetar no respetan ni a los muertos. Ellos se creen dioses y con el derecho a matar a todo el que no entre por donde ellos dicen: su dictadura criminal. De ahí la intención de vaciar las cárceles. En la otra excarcelación general, cuando Dolores, la Pasionaria, a los excarcelados les dieron puestos políticos; igual que hacen hoy con los etarras, tras el homenaje público para más humillación. La venganza según la Pasionaria, duraría 40 años, cuarenta veces.

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REDACCIÓN