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Artículo de Olivier Bault para Remix News del pasado 24 de mayo sobre las manifestaciones policiales en Francia que unen su malestar al expresado por muchos militares franceses.

En un movimiento poco común en Francia, todos los sindicatos policiales, 14 organizaciones en total, acordaron realizar una manifestación conjunta el miércoles 19 de mayo frente a la Asamblea Nacional francesa para protestar contra la violencia y los asesinatos de policías. También dirigieron su ira contra la excesiva indulgencia de los jueces y la inacción de los líderes políticos. Muchos ciudadanos se unieron a la manifestación para apoyarlos, lo que resultó en protestas que ascendieron a decenas de miles de personas. También estuvieron representados la mayoría de los partidos políticos, salvo la extrema izquierda, y también acudieron varias personalidades, como el actor Gérard Lanvin o el periodista y escritor Éric Zemmour. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, intentó unirse a la policía en la protesta para expresarles su apoyo, pero fue silbado y abucheado.

La gota que colmó el vaso fue el reciente asesinato de un policía tiroteado a quemarropa por un narcotraficante durante un control en la ciudad sureña de Aviñón, y el asesinato de una empleada administrativa en la comisaría de Rambouillet, cerca de París, por un yihadista tunecino. Uno de los muchos inmigrantes ilegales cuya estancia finalmente se había regularizado. El terrorista musulmán le cortó la garganta a la mujer a la entrada de la comisaría. Las recientes sentencias judiciales también han conmocionado a los agentes de policía y al público en general, como  las sentencias dictadas en el caso contra los 13 jóvenes que atacaron y quemaron vivos a unos policías en su automóvil en Viry-Châtillon, en los suburbios de París, en 2016. El sistema de justicia en Francia está dominado por un sindicato muy izquierdista, el Syndicat de la Magistrature, cuyos miembros fomentan una cultura de justificación e indulgencia hasta el extremo y consideran que la prisión no suele ser la solución. El otro problema es la falta de espacio en las cárceles, ya que la construcción de nuevas cárceles se suspendió bajo la presidencia del predecesor y mentor de Macron, François Hollande, por razones ideológicas, lo que significa que las sentencias solo se ejecutan parcialmente o no se ejecutan en absoluto.

Algunos policías comparten plenamente el diagnóstico realizado por varios militares que, en una serie de cartas abiertas, advirtieron recientemente a la clase política sobre el riesgo de una guerra civil en Francia. Después de la primera carta publicada el 14 de abril y firmada por cientos de oficiales retirados, incluidos 60 generales, el 11 de mayo se publicó otra firmada por oficiales militares en activo en la página web del semanario Valeurs Actuelles. Comparando la situación en Francia con lo que esos oficiales habían visto en Afganistán, Malí, la República Centroafricana y otros lugares. Los oficiales explicaban que dejaron atrás a compañeros que “ofrecieron su vida para destruir el mismo islamismo al que están haciendo concesiones en nuestro suelo”. Y continúan diciendo: “Vemos violencia en nuestros pueblos y aldeas. Vemos que el comunitarismo se está afianzando en la arena pública, en el debate público. Vemos que el odio a Francia y su historia se convierte en la norma … Hemos visto este declive en muchos países en crisis. Precede al colapso. Presagia caos y violencia y, contrariamente a lo que ustedes afirman aquí y allá, este caos y violencia no vendrán de un ‘pronunciamiento militar’ sino de una insurrección civil”.

Manifestación de los sindicatos policiales.

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Preguntado por Remix News por teléfono, el capitán Jean-Pierre Fabre-Bernadac, el oficial de Gendarmería retirado que fue el iniciador de la primera carta del 14 de abril, llamada la “carta de los generales” en los medios, nos comentó lo siguiente: “Esta es una llamada de aviso. Obviamente, todavía no hemos llegado a eso, pero estamos llegando. Nuestros compañeros en las fuerzas activas están tratando de ser visionarios, como lo intentamos en esta carta abierta que publicamos y que escribí para que el gobierno tenga en cuenta estas realidades. ¿Tendrán finalmente en cuenta estas realidades? Francia debe salvarse hoy. Debemos salvar a los franceses que no aguantan más, que están llegando al punto de saturación. Lo que tenemos que hacer ahora es decidir juntos que enfrentaremos al enemigo y que lucharemos contra él. Este enemigo tiene dos formas: una forma ideológica, con el ‘deconstructismo’ y el ‘racismo’, y una forma agresiva con el islamismo y con estas bandas de escoria suburbana que muy a menudo tienen vínculos comunes”.

Muchos en la policía parecen estar de acuerdo con esta observación hecha por los militares. Noventa y dos policías retirados enviaron una carta abierta al presidente Emmanuel Macron el 13 de mayo. Si bien la carta de los oficiales activos también ha sido firmada por unos 300.000 franceses, la escrita por los policías retirados ha alcanzado más de 45.000 firmas, incluyendo, según sus promotores, las firmas de muchos policías aún en activo. En esta carta, los policías piden al presidente Macron “hacer todo lo posible para poner fin a la grave situación que atraviesa Francia en materia de seguridad y paz pública”, porque, “hoy, la autoridad del Estado está siendo socavada por minorías violentas. Las leyes ya no se aplican en los territorios perdidos de la República”.

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La carta de estos policías también advierte de los riesgos de una guerra civil en Francia y lo hace en términos muy claros: “El creciente número de ataques y asaltos violentos contra nuestros agentes del orden público demuestra un rechazo de nuestros valores republicanos, nuestras costumbres y nuestro modelo de sociedad en sectores enteros de nuestra nación. El salvaje asesinato en Aviñón de uno de nuestros policías es un trágico ejemplo de esto. Los ataques a las comisarías, llevadas a cabo por hordas de individuos armados y encapuchados, se están extendiendo por nuestro territorio con impunidad y la violencia contra las personas se está extendiendo a la privacidad de los hogares familiares, y la única respuesta a estos delitos contra las fuerzas de la ley son encantamientos compasivos que no tienen efecto en la vida cotidiana de los franceses. Como señaló un ministro del Interior al dejar el cargo, el país se ha fragmentado en enclaves y, donde antes la gente vivía junta, ahora vive enfrentada en una confrontación que alimenta el comunitarismo y amenaza la paz civil”.

Anteriormente, el 6 de mayo, el sindicato de policías France Police – Policiers en colère – también había enviado una advertencia al presidente francés  pidiendo el uso de refuerzos del ejército para “acordonar los 600 territorios perdidos de la República… controlando y limitando las entradas y salidas de estas zonas con puestos de control según el modelo israelí de separación establecido con los territorios palestinos”. El sindicato policial también recomendó al presidente francés que se inspirase en “el modelo brasileño y filipino en la lucha contra el narcoterrorismo” porque, “los presidentes Bolsonaro y Duterte están obteniendo grandes resultados al haber dado carta blanca a la policía para recuperar el control de las zonas sin ley. …No puede haber ningún compromiso con los terroristas y los traficantes de drogas. La vacilación, la indecisión política y otras dilaciones benefician a los narcoterroristas”. A menos que actúe, advierte el sindicato, Macron terminará su mandato “con el peor historial de seguridad en la historia moderna”.

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Álvaro Peñas