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El matrimonio de ‘Fernando de Aragón e Isabel de Castilla tendría luego unas consecuencias impensables para España y la Humanidad. Con la Reina castellana se consumaría la Reconquista y con la unión de los dos reinos volvería a ser España una y poderosa.
Castilla descubriría America y Aragón domesticaría a Europa y, mediante las bodas de sus hijos, los monarcas — Isabel especialmente–, sentarían las bases del Imperio; luego, su nieto el emperador Carlos, salvaría a Europa de ser presa total del Luteranismo y propiciaría la Contrarreforma. Fue, sin duda, una bendición para Europa pero también para la Iglesia que vio compensar la pérdida de fieles por culpa del Protestantismo, con los miles y miles de indios convertidos en nuevos cristianaos gracias al apostolado incansable de los religiosos: franciscanos, donanticos, jesuitas, etc. y también, al celo de los propios conquistadores, Sin España, la Sinagoga de Satanás le habría causado al Catolicismo un golpe muy peligroso. Pero nuestra Patria bastó — ella sola–, para compensar el daño causado por los sajones con sus herejías o apostasías.
De todos modos hemos de reconocer que, al tiempo que nuestra Patria alcanzaba la cima de su gloria y poder en la Edad de Oro, la Sinagoga de Satanás iniciaba su marcha triunfal hacia el control de los gobiernos de mundo por medio del espíritu revolucionario que sembró con Lutero.
Fuero revoluciones de todo tipo, religiosas, culturales, sociales, económicas las que pondrían el mundo a los pies de Poder Supremo sin rostro después de quinientos años de éxitos diabólicos, mediante la Ilustración, los enciclopedistas, la salida de sus guaridas de los masones, la revolución francesa, el socialismos, el marxismo, y el resto de los “ismos”, que provocaron sangre a raudales durante todo ese período. Entrar en detalles nos harían interminables…
Los servicios de España a Cristo y a su Iglesia provocaron la guerra a muerte de la sinagoga de Satanás contra ella. Han sido quinientos años de Leyenda Negra, pero sobre todo de intrigas internacionales contra nuestro Imperio hasta que logró destruirlo contando con la colaboración de los traidores de dentro de la Península y de sus Provincias de ultramar. Quedó demostrada una vez más la sentencia del divino Maestro: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”. Nuestra Patria no supo reaccionar como debiera y ha sido derrotada por la estupidez de unos gobernantes y la traición de otros.
Pero, esto, ya no tiene remedio; de ahí mi interés, en primer lugar, por dar a conocer el mal y, al mismo tiempo, por intentar abrir los ojos de nuestro pueblo para que supiera a qué atenerse, pues no podía seguir pasivo, ni atontado. Y esto mismo es lo que pretendo ahora con mis escritos. No me cansaré de repetir que si no logramos entender que es la Sinagoga de Satanás quien dirige la guerra contra nuestra Patria, es una prueba de que seguimos en las Batuecas. Sin este primer paso no saldremos nunca de la ruina moral y material.
Es una pena que José Antonio y Franco lo vieran y España volviera a entrar en una nueva ·Edad de Oro para, tan pronto nos dejó el Caudillo, inmediatamente los españoles nos volviéramos a suicidar políticamente con la Transición y la Democracia, cayendo más bajos que nunca, al cabo de cuarenta años… Y llegar a la sima en la que nos han sumido Zapatero y Sánchez.
Después de estos cinco artículos –como “Preludio”–, entraré de lleno en los próximo artículos para aclarar qué es el Poder supremo sin rostro, cómo trabaja, cómo nos controla y cómo nos anula…Por supuesto me entenderían mejor si antes hubieren leído el libro “La piedra Roseta de la ciencia apolítica” donde –como ya lo insinúa el título– doy la clave para entender eso tan fácil de comprender sino fuera porque la ceguera mental que sufre el Pueblo, fruto de la genial actuación de la Sinagoga de Satanás que lo ha enredado todo de tal manera que no sabe a qué atenerse. Pero es algo tan sencillo como las “cuatro reglas” de las matemáticas elementales.
Pido disculpas, a quienes me leen desde hace treinta años, por ser tan pesado, repitiendo una y mil veces unas pocas ideas y en forma machacona, pero es que quienes amamos las matemática y las hemos estudiado con cierta asiduidad, sabemos que cuanto más perfecta es una fórmula menos elementos cuenta. Si lográsemos halar la fórmula que lo explica todo –y que solo tiene Dios–, estoy convencido de que sería algo maravillosamente simple.
Aun los menos expertos en ciencia conoce la fórmula de la energía: “el resultado de multiplicar la masa por la velocidad elevada al cuadrado”. ¡Qué cosa más simple de expresar! Pues aún más sencillo explicar por qué Satanás toma el pelo a los hombres y estos no se dan por enterados y, así, podemos ver en España cómo las riendas del Gobierno están en manaos de unos cerebros de mosquito –mejor dicho de mosquita– e irresponsables en grado sumo.
¿Alguien me pude explicar cómo ha sido posible que Pedro Sánchez haya podido ser en primer lugar el capo del PSOE, y en segundo lugar, Jefe del Gobierno de España? ¡Si hasta metafísicamente parece imposible!… pero es una realidad.
Solarmente es lograremos entender algo, conociendo cómo funciona el mundo de la política. De ahí mi insistencia en que lean el citado libro donde el propio “Poder Supremo sin rostro” nos lo aclara.
Salió al mercado hace catorce años y se sigue vendiendo sin publicidad, simplemente el “boba a boca” mantiene la difusión. Por algo será.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.