22/11/2024 22:40
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ACODAP sigue denunciando en los juzgados el entramado de «los papeles de Mena», esta vez contra Fernando Grande Marlaska quien presuntamente obtuvo cuarenta pagos de 600.000 euros en paraísos fiscales. Se ha trasladado denuncia también a la Agencia Tributaria. La soberbia con la que actúa este desgobierno puede llevar implícito el comportamiento de los delincuentes con poder que desprecian supeditarse a las leyes. Soberbia criminal y generalizada. Suma y sigue, de escándalo en escándalo aunque los medios de comunicación prostituidos lo silencien. En España urge desmantelar la mafia social comunista y parece que la Justicia empieza a encargarse de ello. Dolores Delgado; Margarita Robles; Salvador Illa; José Luis Ábalos; Nadia Calviño; Marlaska; el fugitivo Iglesias; la cajera de Galapagar… sanchistas, comunistas. Son interminables las listas de presunta responsabilidad criminal originada en el propio comportamiento del culpable en La Moncloa dispuesto a eternizarse. 

Como dice el refrán, de casta le viene el galgo, nótese en la cara de sus padres la bajeza heredada del hijo. El caso Playbol pringa a los oportunistas que engendraron a uno de los peores traidores de nuestra Historia. ¿Hay algún dirigente del puño y la rosa que se libre, por no hablar de la jeta conjunta de lo podemita? Un Pedro Sánchez miserable en lo moral y carente de dignidad debió aprender bien en el inframundo familiar donde se forjó su  carácter de vergüenza ajena con permisiva y corrupta estulticia. Disponer arbitrariamente de los recursos del Estado encubre la imbecilidad de los haraganes. Lo de la corrupción se mantenía en los genes aunque la eclosión llegó cuando el ilegítimo, a la par que mendaz, monclovita se surtió de los recursos para untar a la siniestra carroña, comprar votos a cambio de sopaboba y emponzoñar la sociedad con voluntad de empobrecerla, lubricando la maquinaria sectaria que arruina España, probablemente para ya largos años de infructuosa recuperación cuando la putrefacción institucional garantiza la fetidez del rastro sanchista in saecula saeculorum. 

 
Estando así el percal de corruptelas grupales y personales del desgobierno social comunista, algo parece cambiar desde que Casado y Egea desaparecieron. Con la convocatoria de elecciones en Andalucía la atención se centra en el posible paradigma de alianza con VOX que, una vez vencidos los complejos del Partido Popular, puede normalizar el devenir político frente a las manipulaciones que han anatematizado cualquier tipo de oposición frente a la mafia concluyente con origen en La Moncloa. No hay ya sospechas sino que se comprueba día a día el carácter delictivo de este desgobierno cuajado de estafadores, imputados en firme como la prostituida fiscal del Estado junto al oscuro Zapatero. Ahora la Justicia podría llamar al canallesco Marlaska bajo sospecha por supuesto blanqueamiento de veinte millones de euros en paraísos fiscales. La nefasta Colau acabará en un centro penitenciario ante las abrumadoras pruebas un proceder delictivo. Y ahí siguen apoltronados unos y otros no dándose por aludidos, acaso en espera de un giro benefactor que los libre de dar cuentas penales. De nada serviría la caída de este circo criminal si Pedro Sánchez compareciese ante los tribunales, los que hoy coacciona, por los desmanes infinitos de su gestión autócrata al margen de la ley y todavía encubierto por el sucio gregarismo institucional, cuya credibilidad se ha extraviado como cómplice evidente de múltiples delitos que irán asomando, no obstante La Moncloa hiede incapaz de tapar los trapos sucios que afloran con la pretensión de eternizarse un déspota en la presidencia; de nada servirá porque el brutal daño está afianzado desde el yugo del presente a las nulas expectativas de esperanza para retornar a la normalidad, antes de que esta mamarrachada de malintencionados e inútiles irrumpiera para endeudar España por generaciones. Y en el colmo de la bajeza el desquiciado, diagnosticado públicamente de psicopatía, posee en su haber tremebundo entregar los secretos de Estado a los enemigos del colectivo nacional que se debate con las miserias impuestas por un grupúsculo delicuescente bajo sospecha permanente. 
 
Aviados estamos si creemos que en buena lid política esta panda de desalmados-que exterminó protocolariamente a toda una generación de ancianos, nuestros padres, con el adelanto de una genocida eutanasia aplicada masiva y encubiertamente-, entregarán las llaves del poder si las urnas lo decidiesen. Este enquistamiento de criminalidad ha llegado para quedarse, con tal intoxicación institucional que será muy difícil librarse de sus efectos si no se procede a una profunda depuración de la intención golpista que ha caracterizado la adulterada presidencia, en las garras de un mafioso que ha usado el Estado para su propio beneficio y el de sus comprados secuaces: todos  enemigos de la mayoría de ciudadanos que a duras penas, agonizantes para muchos, todavía los soportan. 

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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