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Entrevista con Angel Dzhambazki, eurodiputado y vicepresidente de IMRO (Movimiento Nacional Bulgaro), que forma parte del grupo ECR (Conservadores y Reformistas Europeos). El eurodiputado búlgaro elaboró el informe para el Parlamento Europeo sobre el suplicatorio del Tribunal Supremo español de levantar la inmunidad a los prófugos Puigdemont, Comín y Ponsatí. La Eurocámara voto a favor de la petición española el pasado 9 de marzo. Además de este tema, en esta entrevista hablamos de Europa, la imposición de la ideología de género, la agenda verde y la adhesión de Turquía a la UE.
¿Cuál es su opinión sobre el acuerdo alcanzado entre Hungría y Polonia y la UE sobre los presupuestos europeos?
Hungría y Polonia se opusieron a la idea de que la Comisión Europea gastara el dinero en el “acuerdo verde” y en la agenda digital. Lamentablemente, no recibieron un amplio apoyo en el Consejo de la Unión Europea. En el Parlamento hubo declaraciones instando al Consejo a adoptar el nuevo MFP (marco financiero plurianual) por mayoría cualificada. Esta es la razón por la que los gobiernos húngaro y polaco prefieren negociar en busca de unas mejores condiciones y quizás más dinero para la recuperación.
Las declaraciones de Vera Jourova, vicepresidente de la Comisión Europea, afirmando que ya sabe que el tribunal europeo les va a dar la razón en su disputa con estos dos países, ¿no deja en muy mal lugar a la justicia europea?
La justicia europea ha estado en un muy mal lugar durante mucho tiempo. El problema es que los tratados dan la oportunidad de enjuiciar a los estados miembros por casi todo. Esto destruye el modelo de una unión de estados soberanos. Como ya he mencionado, la ajustada mayoría liberal en el Parlamento Europeo quiere deshacerse del voto unánime en el Consejo. Esta será la muerte del sentido común y de la democracia en la UE. En definitiva, la Unión no es un país, a pesar de lo que los burócratas de la burbuja de Bruselas quieren hacer creer. Es una unión de naciones y pueblos soberanos y fue creada para fomentar la cooperación. Ciertamente no se creó para señalar con el dedo a los gobiernos con puntos de vista divergentes.
Bulgaria sufrió también una resolución del Parlamento Europeo el pasado octubre por este mecanismo del “Estado de Derecho”. Sin embargo, cuando en Francia aumentan las denuncias, desde la izquierda y la derecha, de que cada vez hay menos libertad de expresión, o cuando en España o Alemania se agrede sistemáticamente al tercer partido del país, no se plantean sus deficiencias democráticas. ¿Existe un doble rasero en la Unión Europa hacia los países de Europa Oriental?
Hay un doble rasero en la Unión Europea y es hacia todos los países que de alguna manera van en contra de la idea liberal dominante. Al principio, golpear a Polonia y Hungría se convirtió en la afición favorita de la Comisión Europea y de los liberales en el Parlamento Europeo. Luego agregaron a Rumania. Después vino nuestro turno y se puede ver que en la resolución del Estado de Derecho en Bulgaria hay llamamientos que no tienen nada que ver con el Estado de Derecho. Un buen ejemplo serían los llamamientos a la aceptación del Convenio de Estambul, las políticas hacia las minorías y la politización de nuestro sistema judicial. Lo curioso es que el sistema judicial más vinculado a la política está en Alemania. Una vez más, no se trata del Estado de Derecho, sino de promover ideas que van en contra de nuestro sistema de creencias. Escucharán a los liberales hablar de “valores de la UE”, sin embargo, parece que tenemos una idea muy diferente de cuáles son esos valores. Creo que los valores europeos son los que están basados en el derecho romano, la filosofía griega y lo más importante, el cristianismo.
Puede encontrar muchos ejemplos para este doble rasero. Creo que cuanto más se centralice la Unión, más se tratará a nuestros países como países de segunda clase.
Bulgaria no ha firmado el Convenio de Estambul, ¿cree que la ideología de género será la excusa para ejercer presión sobre Bulgaria?
Sí, como mencioné esta es una de las razones por las que Bulgaria es atacada por las instituciones de la UE. Tiene que entender que este tipo de actitud de mirarnos por encima del hombro no es nueva para nosotros en Europa del Este. Después de haber sido parte de la esfera de influencia soviética conocemos los riesgos de que alguien en una capital muy lejana te diga qué tienes que hacer. Por eso somos particularmente cuidadosos con una mayor integración europea, ya que creemos que nos obligarían a aceptar políticas como esta.
En la última sesión plenaria tenemos incluso un ejemplo de ello, los llamamientos a reconocer las uniones entre personas del mismo sexo en toda la Unión. Sin embargo, esa legislación contradecirá directamente la constitución búlgara y las constituciones de algunos otros estados miembros de la UE. Esto es obviamente inaceptable.
En el marco de ECR ha llevado a cabo actos conjuntos con VOX. ¿Cuál es su opinión de los eurodiputados españoles en su grupo?
Estoy muy satisfecho de trabajar con VOX y muy contento de que formen parte de ECR. Tengo buenas relaciones con todos los eurodiputados de la delegación española. El Sr. Buxadé Villalba y el Sr. Tertsch formaron parte de varios eventos organizados por mí en Bulgaria y estoy muy agradecido por su participación. Es un placer para mí trabajar con ellos.
El prófugo Puigdemont señaló que hay dos búlgaros en su vida, el futbolista Hristo Stoichkov y usted. Después le señaló como un “fascista y amigo de VOX que quiere que vaya a la cárcel”.
He sufrido una campaña inmunda por parte del entorno de la fuerza política del Sr. Puigdemont con toda clase de insultos y descalificaciones. No voy a contestar a ninguna de sus declaraciones, pero estará obligado a comparecer ante los tribunales y probar sus alegaciones porque voy a demandarlo.
La agenda verde es otro de los caballos de batalla de la Agenda 2030. ¿Cuánto hay de ideología y cuánto de realidad en esta agenda? ¿Cómo afectaría a Bulgaria la aplicación de estas políticas ecologistas?
La agenda verde ya no es una ideología, está más cerca de la religión o de un culto. Esta agenda verde, el llamado “green deal”, conducirá a más de una crisis. Será un suicidio económico para las naciones de Europa. Alemania, por ejemplo, ya está sintiendo los efectos de la llamada transición verde. Empezaron a cerrar sus centrales nucleares, pero ahora se enfrentan a la situación de tener que importar energía nuclear de Francia y Bélgica. Para países como Polonia y Bulgaria esto también es un problema. En mi país, las centrales de carbón equivalen a aproximadamente el 40% del suministro de electricidad y el otro 35 % de la red de energía es suministrada por nuestra central nuclear. La agenda verde estipula que tenemos que cerrarlas. Bueno, esto no es realista de ninguna manera.
A nivel europeo, esto conducirá a un éxodo masivo de la producción y de las empresas. Podemos ver que nuestra producción ya se encuentra en China o en algún lugar de Oriente. Literalmente estamos regalando nuestro negocio a competidores estratégicos. No es aceptable.
El 21 de enero, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, se reunió con la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Después de la reunión, Cavusoglu habló en redes sociales de reiniciar el proceso de adhesión de Turquía en la UE y von der Leyen señaló que el diálogo es necesario. Después de la intervención turca en Armenia y las amenazas contra Grecia y Chipre, ¿aún hay políticos en la UE que se plantean un acercamiento a Erdogan?
La UE sufre la falta de líderes políticos con voluntad política para detener a Erdogan. Lamentablemente, la Sra. von der Leyen y la coalición detrás de ella nunca admitirán que Turquía no puede ser nuestro socio. Turquía es una amenaza para la seguridad europea y debe ser tratada como tal. La política exterior turca en la era secular siempre fue reactiva: esperar a que algo sucediera y luego simplemente defender su propia posición. Desde el final de la guerra fría, sin embargo, ha comenzado un proceso de replanteamiento. Comenzó con el concepto propuesto por Ahmet Davutoglu de una “gran estrategia” para la política exterior turca, llamada “profundidad estratégica”. Esta doctrina es referida más comúnmente como neo-otomanismo. La premisa básica de Davutoglu es que Turquía debe trabajar para renovar la influencia política, militar y económica del Imperio Otomano. Cavusoglu simplemente está siguiendo esta gran estrategia.
Hoy, Turquía está trabajando activamente para lograr este objetivo. Creo que la UE tiene que emprender todas las medidas posibles para contrarrestar la influencia turca. No solo en el Mediterráneo, sino también en Oriente Medio y en los Balcanes. No podemos permitirnos el lujo de que una dictadura islamista intervenga a todos los niveles de nuestro territorio y, sin duda, no podemos haber dicho dictadura y luego insinuar que alguna vez puede llegar a ser miembro de la UE. Las amenazas contra Grecia y Chipre deberían haber sido utilizadas por la Comisión para mostrarnos una verdadera solidaridad europea, pero no había voluntad política para ello.
¿Qué opina de la salida de Viktor Orbán y Fidesz del Partido Popular Europeo? ¿Cree que se unirá a ECR?
Bueno, cualquier ampliación de nuestra familia política es muy bienvenida. El Sr. Orbán y su partido ciertamente tienen otras plataformas de cooperación con nuestro grupo, principalmente a través del marco del V4 y la cooperación entre los gobiernos de Polonia y Hungría. Queda por decidir si esta cooperación continuará en el Parlamento Europeo a través de la adhesión de Fidesz al ECR, pero le diré que las negociaciones están en marcha.
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