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En los últimos días de febrero todo el mundo sabía, y mucho más los expertos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (el ínclito Simón) que el Covid ya estaba en Europa y que era cuestión de días que llegara con toda su fuerza destructora a España. Aunque el 1 de marzo en España se nos dijo que solo había 114 contagiados y todavía ningún fallecido, en Italia ya habían superado la barrera de los 1.000 contagiados y ya tenían 15 muertos … y seguía habiendo decenas de vuelos entre Italia y España cada día.

A pesar de esta evidencia nuestro gobierno de ineptos dejó pasar los días sin hacer nada, esperando a que se celebrara el aquelarre feminista del 8 de marzo, con declaraciones casi criminales de personajes como la Sra. Calvo Poyato (“mata más el machismo que el virus”) o del mencionado teleñeco, entre risas (“no hay razón para alarmarse con el coronavirus”, “si mi hijo me preguntara si va a la manifestación le diría que hiciera lo que le pareciera”) hasta que llegamos al famoso 8M.

Ese día, el 8 de marzo, y con los números suministrados por el Gobierno -que como todo el mundo sabe están manipulados a la baja- ya había oficialmente en España 1.374 contagiados (multiplíquenlo por 10 y acertarán) y 16 fallecidos (multiplíquenlo por 2). Esto ya no era ninguna broma, ya no eran los “3 o 4 casos aislados como máximo” que había dicho el majadero de Simón, la marioneta de Iván Redondo, y ya en esas fechas algunos gobiernos autonómicos, como el de la Comunidad de Madrid, estaban pidiendo angustiosamente materiales de emergencia y medidas para combatir lo que se nos venía encima. En Italia, que una semana antes todavía estaban más o menos como estábamos nosotros el 8M, el número de casos se había multiplicado por seis y habían fallecido más de 100 personas: era evidente lo que nos esperaba si no hacíamos nada, si dejábamos pasar esos días preciosos para no frustrar la orgía anual de las Calvos, Monteros, Begoñas, etc.

Lo que tenía que pasar, pasó: en los seis días que van entre el 8 y el 14 de marzo, cuando se decretó el Estado de Abuso, el número de contagiados en España se multiplicó también por seis (de 1.374 a 7.753, según las cifras oficiales) y había fallecido, que se supiera, 288 personas.

En cualquier epidemia de este tipo el número de contagiados crece según una progresión geométrica (afortunadamente no de forma “exponencial” como se dice y se escribe en muchos medios): si cada enfermo contagia, por ejemplo, a otra persona sana cada día, cada día el numero de contagiados se multiplica por dos, y así la progresión es 1-2-4-8-16-….. y, si esa fuera la ratio (1 nuevo contagiado al día por cada enfermo), al cabo de 21 días tendríamos UN MILLÓN de contagiados y en menos de un mes estaríamos contagiados los 47 millones de españoles. Afortunadamente, ni esa es la ratio real de contagios[1] ni nadie en su sano juicio permite que la enfermedad se propague sin ningún tipo de control o de medida, es decir, sin hacer nada para bajar la ratio de contagios[2].

He puesto ese ejemplo absolutamente exagerado para que se entienda que la única manera de luchar eficazmente para que la epidemia no se propague es (1) conseguir que el punto de partida, el número de enfermos activos en el momento en que se toman las medidas, sea el menor posible y (2) que las medidas que se tomen hagan que esa ratio baje lo más rápidamente posible. Para darse cuenta de esto no hay que ser “astrofísico”, ni “antropólogo social”, ni “profesor de filosofía del derecho”, como alguno de los expertos de pacotilla que asesoraron a estos mequetrefes: basta con saber contar con los dedos.

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Con las mismas medidas (sean más o menos acertadas), y con la misma respuesta de la ciudadanía a estas medidas, si el punto de partida (número de enfermos activos, que pueden contagiar a otro) es, por ejemplo, la mitad, todo lo que viene después es también la mitad. Así, en España, si no hubieran primado los criterios políticos cortoplacistas e ideológicos, podríamos -DEBERÍAMOS- haber empezado no en la mitad, sino en la sexta parte, como se ha dicho. En ese caso, en lugar de los 230 mil contagiados confirmados que dice el gobierno, o de los 3 millones de contagiados que ya indican algunos estudios (incluyendo asintomáticos, trastornos leves, etc.) tendríamos, respectivamente, 40 mil confirmados o medio millón totales. LA SEXTA PARTE.

Ahora vayamos a la parte más dramática y desde luego irreversible, los MUERTOS.

La tasa de mortalidad media entre los contagiados confirmados, esto es, entre los que han necesitado tratamiento más intenso o han tenido que ser hospitalizados, va a ser del orden del 16%, con una descomunal dispersión entre grupos de edad (135 entre los menores de 70 años y 5.000 entre los de 70 o más), o del 1,5% (aproximadamente) si lo calculamos sobre todos los que han sido infectados por el virus, aunque sean asintomáticos o con síntomas leves.

Esta tasa de mortandad, que es altísima la compares con la que lo compares, no solo se ha debido a que el virus sea muy agresivo, muy dañino, que lo es, se ha debido SOBRE TODO a que nuestro sistema sanitario se ha colapsado por el aluvión de enfermos que en el pico de la epidemia necesitaba atención hospitalaria o incluso una UCI: muchos enfermos, especialmente los más mayores, simplemente no han recibido la atención que necesitaban, bien sea porque no había medios suficientes o porque alguien ha decidido que no la merecían. Es evidente que si en España hubiéramos tenido una dotación de recursos sanitarios (camas de hospital, UCIs, personal sanitario, etc.) digamos del doble de los que hemos tenido la mortandad entre los contagiados no hubiera sido esa, habría sido mucho menor. No sabemos cuánto, pero no es descabellado pensar que en lugar de ese 16% (la tercera más alta de Europa, después de Francia y casi empatados con Bélgica) nos habríamos quedado en un 10%-11%, que es la media de los 44 países europeos[3] [4] excluida España (y soy muy generosos, pues por ejemplo Alemania ha tenido una mortandad entre los contagiados del 2,5%, en lugar de nuestro 16%).

¿Cuántos muertos habríamos tenido si las medidas se hubieran tomado una semana antes?: pues 40 mil contagiados (en lugar de 230 mil) multiplicado por el 11% (en lugar del 16%) resultan CUATRO MIL QUINIENTOS MUERTOS en lugar de 40 MIL.

¿SOLO 4.500?, no puede ser … o SI

Esos 4.500 fallecidos son, aproximadamente, CIEN (100) fallecidos por millón de habitantes (en lugar de los 850 que vamos a tener). El resto de los países europeos, excluyendo los cinco que peor lo hemos hecho con gran diferencia frente al resto (España, Italia, Bélgica, Francia y UK) tienen en media una ratio de muertos por millón de habitantes de SETENTA. Repito, SETENTA; Alemania tiene 56 muertos por millón de habitantes y nuestros vecinos de Portugal, con menos medios sanitarios, 115, por poner un par de ejemplos. Y no hablemos de países como Japón o Corea, con 6 muertos por millón de habitantes. Incluso los EE.UU., presentados interesadamente por los ‘bienpagados’ medios de comunicación españoles como el mayor desastre de gestión de la crisis en todo el planeta Tierra, tienen unos 280 muertos por millón de habitantes, ¡no los 850 de España!

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Es perfectamente posible, lo han conseguido la mayor parte del resto de los países de Europa, mantener una ratio de muertos por millón de habitantes por debajo de 100. Es más, eso es lo “normal”. Y probablemente nosotros también lo hubiéramos conseguido solo con haber tomado las medidas en el momento oportuno y con criterio exclusivamente técnico, no político.

La irresponsabilidad de esta pandilla de tarados bolivarianos, su negligencia criminal retrasando intencionadamente las medidas que todo el mundo sabía que había que tomar, nos ha costado del orden de 35.000 fallecidos que se podrían haber evitado. No estoy seguro de que estos deficientes sean conscientes de la salvajada de dolor y de muerte que supone ese número, pero quizás lo entiendan si se lo ponemos en unos términos muy familiares para ellos: eso es el equivalente a cinco Paracuellos, cinco veces el número de inocentes que sus abuelos políticos e ideológicos asesinaron a sangre fría en ese lugar en noviembre de 1936.

Nada más que añadir.

Tomás García Madrid
20 de mayo de 2020

 

 

 

[1] Aunque esa ratio de contagios (cada enfermo contagia a otra persona cada día) es exageradamente alta, no está tan lejos de lo que pasó en España en los primeros días de la epidemia: entre el 8 y el 14 de marzo cada enfermo contagió cada día a 0,64 personas sanas, esto es, cada enfermo contagiaba a otra persona un día y el siguiente, y al tercero “descansaba”, para volver a iniciar el ciclo. Si se hubiera mantenido ese ritmo de nuevos contagios el 3 de abril hubiéramos estado contagiados todos los españoles …

[2] Para que tengan una referencia, entre el fatídico 8M y el día que se produjo el famoso “pico” de nuevos contagios, el 31-M, la ratio media de nuevos contagios diarios por cada enfermo ha sido de 0,2, en lugar de 0,64 como entre el 8M y el 14M. Eso significa que durante esa quincena negra, cada día uno de cada cinco enfermos contagiaba a una persona sana. Y todavía el psicópata de Sánchez, en su deplorable mitin televisivo del 14-M para anunciar el Estado de Abuso, teniendo ya 7.700 contagiados a sus espaldas, dijo que “probablemente superemos los 10.000”: si, los superamos 48 horas después, y al final vamos a superar VENTICINCO veces 10.000. Yo creo que el problema es que en el ‘teleprompter’ le pusieron “100.000”, en número, y como este merluzo no sabe ni leer un número pensó que un 1 seguido de 5 ceros era diez mil. Así nos va.

[3] Todos los países al oeste de Rusia, sin incluir -obviamente- a Turquía. Incluye a Bielorrusia y a Ucrania, que no estoy seguro de que entren en lo que la mayoría consideramos Europa, pero su inclusión o no prácticamente no tiene impacto en los números. Incluye también a los “mini países”, como Andorra, Liechtenstein, Mónaco, San Marino, Islas Feroe, etc.

[4] Por cierto, un dato que demuestra una vez más la estulticia de nuestros gobernantes: en la información oficial que publica cada día el Ministerio de la Incompetencia y la Muerte, al informar del número de contagiados en cada país de Europa, incluyen como otro país de Europa a GIBRALTAR; hace falta ser muy cretino y muy traidor. Dentro de poco nuestro gobierno incluirá en esa lista a Cataluña como país independiente, tiempo al tiempo.

Autor

REDACCIÓN