Cuando una sociedad pierde la ética y la moral. Por Iván Lazarte

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La sociedad actual agoniza, los valores, la ética, la ley y la vida ordenada – mecanismos que aún nos sostienen – se ven postergadas por gente bárbara, que son dominadas por una ilusión engañosa, que pretende crear una civilización aparentemente igualitaria, pero que solamente nos está dividiendo. Cuando se pierde la ética de mínimos aparece en nuestra sociedad un revés de modelo de conducta donde no existe respeto a las estructuras jerárquicas democráticas. Por eso la importancia en la relación entre la ética con las reglas y comportamientos mínimos de convivencia, no importando en que parte del mundo nos encontremos. Según Adela Cortina refiere “que no se trata de recabar de la ética una respuesta material. Se trata de dilucidar desde que actitud podemos hacer frente a estas cuestiones, si es que deseamos comportarnos como seres humanos”. De ahí la pregunta, que pasa si la sociedad pierde la ética y la moral, se observa la corrupción – sin indignación y aceptándola -, apreciamos la destrucción de bienes públicos, profanación de lugares sagrados y la relativización de la realidad.

Para finalizar, es necesario puntualizar, que la formación en valores de los ciudadanos aporta beneficios que van desde la armonía social hasta salvaguardar la seguridad pública. Con la formación en valores se previene a la juventud para que no se sienta atraído por las dudas morales, en las que se plantea un problema ético y a su vez la alternativa de un valor y un contravalor, en los casos en que el profesional o autoridad pública no tiene conciencia ética, le cuesta mucho trabajo decidir, toda vez que se ha creado una falsa conciencia en su intelecto al resolver su conflicto con el lema tan usado popularmente “el fin justifica los medios”. Una conciencia verdadera no duda en decidir por el valor, evitando así, caer en actos de corrupción.

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