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¿Tienen miedo a irse de vacaciones por el coronavirus?
Yo estoy aquí, sin miedo a nada ni a nadie, frase originaria de Blas Piñar, frase que da título a un gran libro de un gran periodista y frase utilizada y copiada hasta la extenuación por la disidencia controlada y plagiadora sin reconocer a su autor como hace con otras muchas frases o lemas. Miedo, ninguno, y no es chulería. Es más, no me creo prácticamente nada de lo que nos cuentan sobre el coronavirus los dirigentes sanitarios, esos expertos voceros de los políticos, los otros políticos, los “con carné”, ni los periodistas, o la inmensa mayoría de ellos, entre otras cosas porque nos mienten en todo y no iba a ser esto una excepción y también porque este tema lo he seguido con bastante interés (he hecho una decena larga de programas de radio en Radio Ya y he escrito mucho sobre este asunto) y he estado leyendo y escuchando a unos y a otros, a los que están a favor de las teorías oficiales y a los que están en contra.
Y he llegado a la conclusión de que tan peligroso es el virus como el vivir con ese miedo paralizante que nos roba todo tipo de libertades, que nos roba la afectividad con nuestros familiares y amigos, que nos roba eficacia en nuestras ocupaciones, que nos roba inteligencia…ese miedo paralizante que parece que tienen millones de españoles y que les impide vivir. Puede ser normal y es lógico y humano, tener respeto a la enfermedad y al dolor, pero el ser humano debe acostumbrarse a vivir con la enfermedad y el dolor, no puede cambiar nuestras vidas el miedo a ellas, y mucho menos cuando aún no se padecen esa enfermedad y ese dolor, y mucho menos cuando ese miedo lo está utilizando el sistema para sus bastardos objetivos.
Miedo no tengo ninguno, lo que tengo es una indignación creciente,
Indignación porque todo parece indicar que se van a ir de rositas los culpables de las muertes de decenas de miles de españoles a los que se les ha abandonado mientras morían asfixiados y sin sus familiares cerca.
Indignación porque siguen en el poder viviendo muy bien y a nuestra costa, los culpables de una España destrozada socialmente, laboralmente, económicamente y ahora con los pantalones bajados a los pies de los burócratas de Bruselas, esos eurovagos de la Unión Europea que nos van a robar los pocos derechos sociales que nos quedaban a costa de un dinero que tampoco es suyo, sino de los ciudadanos.
Indignación porque antes de la llegada del coronavirus teníamos un gobierno frentepopulista con ideas y antecedentes criminales y asesinos, socio y aliado de separatistas de todo pelaje y aldea, terroristas incluidos, también con ideas y antecedentes criminales y asesinos, y además cuyo objetivo principal era el asesinato de España, esa nación milenaria que odian y quieren destrozar y de la que viven. Todo esto lo teníamos en el poder y marcando los designios de España antes de la llegada del virus, y varios meses después los tenemos a ellos,…y al virus.
Y es más, estos dirigentes políticos no sólo no han solventado los problemas gravísimos generados por su pésima y criminal gestión del corona virus, sino que además se han servido de la llegada del corona virus para cumplir otros muchos de sus objetivos para perpetuarse en el poder y para seguir destrozando España.
Sí, indignación mucha porque en España no existía oposición real al gobierno antes de la llegada del virus y ahora menos, de hecho, pocas veces lo ha tenido más fácil la oposición de un país para tumbar a un gobierno tras todo lo que ha ocurrido en España antes, y sobre todo durante y después del coronavirus y ahí los tenemos pactando con ellos, escondidos, y a menudo convirtiéndose en cómplices absolutos de esta trágica situación de nuestra Patria.
Sí, indignación mucha, mucha, porque el sistema que mima y subvenciona a separatistas y terroristas, este mismo sistema va a encarcelar durante casi tres años a los patriotas que hace 7 años ya, ante la complicidad de todo el régimen del 78 con los separatistas que estaban preparando un golpe de estado, golpe que luego se produjo, entraron a un aquelarre que se estaba perpetrando en la librería Blanquerna, lo que los separatistas llaman su embajada de Cataluña en Madrid, y reivindicaron algo tan obvio y al parecer tan prohibido y perseguido como el recordar que Cataluña es España. Esos 14 patriotas han sido condenados esta misma semana por ese Tribunal Supremo genuflexo con todo tipo de delincuentes a penas entre 2 años y 7 meses y 2 años y 9 meses de cárcel por defender su Patria sin herir a nadie y sus vacaciones pueden ser el entrar en prisión en los próximos días.
Esta tropelía judicial demuestra lo que es la España actual, así que miedo ninguno, pero indignación mucha. Y esa indignación es la que nos debe mantener vivos para luchar. Claro que “Volverá a reír la primavera”, claro que “Volverán Banderas Victoriosas”, pero depende de que cambiemos nuestra pasividad por combatividad, y el miedo hay que cambiarlo por ganas de vivir y, sobre todo, por ganas de vivir luchando en la búsqueda de la Patria, el Pan y la Justicia. Ahí sí que cambiarán nuestras vidas,
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