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Nos han saturado de convicción en cuanto a que “el hombre es libre”, ¡algo tan viejo como su existencia! pero, hoy, los demócratas han descubierto el Mediterráneo y no se cansan de cacarearlo. Pero Cristo dejó muy claro su fundamento: “la Verdad o hará libres”…, cimiento que no suelen tener en cuenta los “demócratas” – especialmente los izquierdistas que se proclaman tales. Los católicos no presumimos pero somos los más libres de la Tierra, por la sencilla razón de que nos apoyamos en la verdad siempre.
Es muy crudo utilizar el adjetivo “satánico” pero muy verdadero y real. Solo una mente al servicio directo del Ángel caído, puede engendrar leyes como la salida del cacumen de Irene Montero, –ese inepto y caradura de “ministro florero”– “producto penevulvar” del líder podemita” – que diría Juan Manuel de Prada–.
Sólo el mismísimo Lucifer puede redactar leyes como las que salen como churros de la Moncloa vía B.O.E., cuyas páginas –desde que subió el Dr. Cumfraude al poder deberían quemarse en la Plaza Mayor de Madrid como homenaje reparación al borrego pueblo español que lo traga todo sin rechistar…. ¿Tendrá agallas Feijoo para hacerlo si llega a gobernar? No creo poder esperar nada que chirríe, del “moderado” gallego que regirá pronto nuestro destino, según parecer. De que Abascal no llegue al poder ya se encargarán los “moderados” de toda España….
La Democracia se fundamenta en el voto del “infinito número de tontos”, –los inteligentes son siempre minoría—y nunca pueden llegar al poder en este invento perfecto de Lucifer llamado “Democracia Partitocrática”. ¡Lo más!… podrá gobernar un “mediocre” no inteligente, pero si “listo”. Es lo que dice la Lógica más elemental. Me gustaría errar, pero no hay riesgo.
La Ley del aborto es el “súmmum” de la maldad. No deja un crimen suelto, los junta todos. Contra el individuo, contra la Sociedad en cuanto tal, contra la profesión médica, contra la dignidad humana, contra las virtudes fundamentales de la religión, contra la racionalidad, etc. todos, Es de una perfección realmente luciferina. Como ya la han viviseccionado otros escritores inteligentes en los medios de comunicación, no les voy a cansar haciéndolo yo también. Solo quiero hacerles unas consideraciones sobre cómo yo veo a Irene Montero –y a todos los legisladores que la ayudan en elaborar estos textos diabólicos–l.
Cuando aparece en televisión, sabiendo que han dejado a España inerme e impotente para frenar su actuación –entre otras razones porque la oposición no tiene caletre ni imaginación para contraatacar como debiera—este ya viejo “escribidor” se dedica a mirarle fijamente a la cara y, en especial, a los ojos, mientras digo para mis adentros: “¡Pobrecita chula! Tan segura de ti y tan pedante, ¿no sabes que los años pasan a velocidad de vértigo? Te estoy imaginando dentro de cincuenta años –si Dios te los concede—recordando lo que va a quedar de tu obra… ¡Humo, paja y olvido!…”
Y la sigo mirando y viendo dentro de cien años convertida en polvo y después de haber pasado el “juicio de Dios” y, claro, aquí no acabo de ver nada… No sé si Dios la habrá toca el corazón de madre y con el roce de sus hijos la ha devuelto a la sensatez y a pedir perdón a tiempo al Juez Supremo… No veo nada, pero me da cierto miedo que no lo haya hecho y que esté lamentando el haberse rodeado de mentira y crimen. Y vuelvo a decirme: “¡Pobrecita Irene, tan chula hoy y tan poca cosa mañana…!” Lo malo es que ella no puede ver mis pensamientos y seguirá metiendo la pata y apoyando el crimen más aborrecible, como es ver a las madres matar a sus hijos en el propio vientre.
¡Cuánto ha tenido que degenerar la Humanidad!, cuando si el Catolicísimo eleva a actas sublimes de bondad y de felicidad, para que haya caído en esta pocilga que es hoy el Mundo… inundado por la sangre corriendo a raudales por los millones de niños sacrificados a Moloc, y el pueblo imbécil ni piense ni se entera porque está ciego… Pero ¡sobre todo España! ¿Quién me iba decir a mi , hace setenta años que mi Patria se precipitaría en la sima donde hoy yace agonizando, cuando era la admiración y envidia del Mundo entero, con una vida llamativa, digna de ser vivida entre otras razones, gracias al Caudillo que había barrido de su suelo todo tipo de estiércol.
Desde Cuba enviaba yo a mis amigos incrédulos y volvían convencidos de que España era “otra cosa” y encantados de haberme escuchado. Pero hoy, somos el hazme reír del mundo cuando, en tiempo de Franco, podrían no querernos pero nos “respetaban” porque reconocían que era un pueblo con atributos y que sabía vivir como nadie. La gente venía de paso pero, si podía, volvía para quedarse… Hoy hasta los que amamos la tierra nos iríamos si pudiéramos, en vista de lo que nos espera a menos que el pueblo no se levanta como en 1936. ¡Algo imposible ya! porque nos han podrido, hasta el punto, que los actuales militares parecen castrados. Por supuesto que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres a ser ministros de Defensa, pero no deja de tener una sorna infinita, que los socialistas solo tienen mujeres donde elegir quien debe mandar a los militares.
En fin, a mí que me registren; ni creo en la Democracia, ni voto a los partidos, desde que nos borraron de la política a los que defendemos a España y sus valores, por lo que me veo libre de responsabilidad en lo que ocurre. Hice lo que debía y ahora me resigno a padecer la derrota, esperando que alguna futura generación ponga remedio a esto. Mientras tanto procurare que mi voz contra los criminales siga oyéndose.
Irene, ¡criminal!, “de Dios no se burla nadie”… Aunque tú no creas “¡no lo olvides!”; es mi caritativo consejo, como católico, que debe perdonar siempre.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.