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No voy a caer en el error, como otros muchos han hecho, de alabar a la reina británica fallecida, simple y llanamente, porque soy español y esa reina lo era como reina de la Pérfida Albión, nuestro enemigo de siempre.

Los políticos, los politicastros de un Partido u otro, aquí en esta España desconocida, en su fe y en su honor patrio, se deshacen en elogios sobre la reina Isabel II, fallecida a sus 96 años (21-04-1926/08-09-2022), que ya son años. Aunque lo principal de la cuestión, no es esa, sino que durante 70 años ha estado con la corona británica en su cabeza y dedicada por entero a su pueblo y colonias de allende los mares.

Si yo fuera inglés, que afortunadamente no lo soy, ¡Dios me libre!, estaría muy orgulloso de su reinado, pues su dedicación leal, honrada, honesta y fiel a su pueblo ha sido absoluta.

Una mujer que de jovencita y con solo 18 años, ya demostró su apoyo a su País en Guerra con Alemania, no escatimando en esfuerzos, se puso al frente de los suyos y lo mismo conducía una ambulancia, que un camión o se ponía arreglar una avería, aún siendo la Princesa destinada a regir a su pueblo en el futuro. No tuvo reparos en ser una componente más del ejército en lucha.

Una dama, que aunque prepotente, rígida, fría y malhumorada, siempre defendió la Corona que representaba a su pueblo, contra todos los que consideraba enemigos y que lo eran, no contra ella, sino contra su País, como digna representante del mismo.

Tuvo un marido, solo uno y serian felices a su manera, con sus altos y bajos, como en toda pareja y en toda vivencia.

Isabel II, no tuvo ni un solo incidente, achacable a ella, a su matrimonio o a su reinado. Muy al contrario, que sus hijos, que han causado atropellos e indignidades, nada asumibles, como parte de la familia real. Ninguna culpa tuvo ella, pues las vidas de sus allegados, eran suyas y en ella muy en desacuerdo, nada pudo hacer para evitar los escándalos. 

Si yo fuera inglés, sería pirata, corsario, pero fiel y servidor a mi País y sin duda, gritaría con entusiasmo, con los ojos llorosos y con la mano en el corazón.

¡¡Dios, salve a la Reina!!

Sin embargo, soy español y a mucha honra, pero como tal, no puedo decir:

¡¡Dios, salve al Rey!!

Pues, ese Rey, que durante más de 40 años, nunca ha estado con el pueblo, nunca ha estado con la Nación, nunca ha sido honesto, leal, valiente y con dedicación plena a sus quehaceres, para lo que por la desgracia y decisión de su mentor, fue nombrado Rey, para dirigir los destinos de España, como monarca, parlamentario o no. Pues fue rey parlamentario, pero antes absolutista, para destruir el Régimen, que le coronó y traicionar a su Mentor. Solo a partir de 1978 “Annus horribilis”, en el que se redactó, se promulgó y se instituyó un folletín, folletinesco, al que yo siempre he llamado: “El Panfleto del 78”. El mismo, que puso los cimientos, para destruir, la Nación española, a corto, a medio o a largo plazo.

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La Historia, la verdadera historia, la vivida, la que figura escrita, porque existió, no la que unos y otros se inventan, nos confirma el vil Legado, que El Caudillo, sin saberlo, sin quererlo, nos dejó, para deshacer toda una Guerra de Liberación, como vencedores de Dios y de la Patria, los años de penuria, …., los años de trabajo y de lucha, la España admirada por todos, como “El Milagro Español”, como escribieron los japoneses y otros pueblos callados, lo asumieron.

Éste maldito reyezuelo, que hemos padecido y que aún con su presencia, a mí, me hace vomitar, tiene una vida, en la que ha hecho de todo, menos servir a la Patria.

Éste vil canalla, que por ahí, protegido por sus emires, goza de espléndidos hoteles, grandes festines, con sus harenes y su mochila de viagras, de una maravillosa vejez, que es más de lo mismo, durante toda su lamentable existencia.

Éste maldito personajillo, antes de la muerte de El Caudillo, ya hacia sus grandes pinitos, como ESPÍA, de los Gringos, contra su mentor. Y ya barruntaba y admitía, que tenía que regalar una tercera parte de España, porque así, se lo reclamaron sus adorables gringos, con el judeo-masón de Henry Kinsinger, el pajarraco que siempre ha odiado a España, promotor intelectual del crimen de nuestro glorioso Almirante y Presidente del Gobierno, D. Luis Carrero Blanco, q.e.d., que el apoyo de la “sangre azul” española.

Éste asalvajado vividorzuelo, ha cometido todas la tropelías vistas y por ver, empezando por el Perjurio contra Dios, seguido de Alta Traición contra la Patria, follador a destajo, como el mayor crápula de la Maldita Dinastía francesa y afrancesada. 

Éste miserable vividor, se ha reído de todos, con esa cara de imbécil y falso idiota:

“Lo siento, lo siento mucho, ya no volverá a ocurrir”

Éste ladrón de guante blanco, ha robado a España en comisiones de petróleo, con los pujoles, con todos los que le han puesto un billete a su alcance. Y su fortuna, calculada en más de 3.000 millones de euros, por ahí anda en sus paraísos fiscales.

Éste criminal, llamémosle “presunto”, ha asesinado directamente o por encargo a unos cuantos, pero todos esos crímenes, han sido “accidentes”.

Éste canalla, abrazó al mayor criminal español del siglo XX y trajo el comunismo radical, para que destruyera aún más, la España del Movimiento Nacional del 18 de Julio, que él perjuro, había jurado defender, ante los Santos Evangelios, con una Biblia y un Cristo crucificado.

Porque al estar en un País, sin justicia, ni honor, ni pundonor, todo vale, mientras el Panfleto siga vivo, porque con él, estos mediocres, analfabetos, herejes, talibanes, profanadores e hijos de Satanás, que aún no han encontrado a su verdadero padre y lo siguen buscando, seguirán llenándose los bolsillos, los de ellos, los de sus familiares, los de sus amigos y los de sus sicarios.

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Lo triste, lo verdaderamente triste, es que millones de españolitos, le defienden y tanto es así, que a sus putas de alto burdel, se les llama “amigas” y se le encubre sus vergüenzas, que son las mismas, de los que sin enrojecerse le apoyan, le rinden pleitesía y les besan su seboso y maloliente culo.

Ahora en España, se pone la Enseña Nacional a media asta, por la muerte de la Reina de la Pérfida Albión, pero cuando este tiparraco Cobarde, Traidor y Perjuro, se vaya de una Santa vez al infierno, tendremos que soportar, los infinitos días con la Bandera a media asta y con todos los medios de incomunicación, “Los Mamporreros”, como yo siempre les he llamado, lavándonos el coco y diciendo que ha sido el mejor Rey de toda la Historia y que mi Reina madre S.A.R. Dª Ysabel, era a su lado una aprendiz.

Y como queda suficientemente claro que soy español y a mucha honra, digo y grito:

¡¡Maldito seas por toda la eternidad Juan Carlos, primero en todo tipo de delincuencia!!

¡¡AMÉN!

 

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.