19/09/2024 23:15
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Moción – 1: los Impuestos 
 
Es mi intención realizar esta semana una serie de cinco monográficos sobre algunos de los asuntos que creo más relevantes en la sociedad española y que deberían ser tenidos en cuenta, no ya en la próxima moción de censura, sino ante cualquier cita electoral sea ésta local,  autonomíca o general. 
 
Normalmente el personal suele identificar como temas importantes: el paro,  los políticos, la economía, el medio ambiente, etc. No es que no lo sean, pero considero que las preguntas condicionan las respuestas y que existen otras cuestiones tan relevantes, y en algunos casos más, que se omiten con una clara intencionalidad. Es por eso que voy a tratar de» repescar» algunos de esos asuntos en mis monográficos para tratar de ilustrar de que pie cojean nuestros políticos. 
 
El primer asunto van a ser los impuestos, por considerarlo el más sangrante de todos. El bipartidismo PSOE-PP echa tierra encima, continuamente, sobre esta cuestión para minimizar su visualización. Anestesian a la sociedad con noticias estúpidas y vacuas sobre la farándula, el fútbol,  amoríos y prostituciones de personajillos intrascendentes, el racismo hacia los negros y chorradas de todo tipo para alejar del pensamiento de la población la percepción del sistema tributario-fiscal vampirico, confiscatorio y esquilmador que padecemos. ¿Cuantas horas de televisión (y páginas en medios escritos) se dedican a la bazofia irrelevante antes citada? Y ¿cuantas horas a informar, y explicar, cómo, a pesar de los elevadisimos impuestos que pagamos, estos sarnosos de políticos han llevado a España a la quiebra? 
 
Aunque ya lo he mencionado en alguna de mis Cartas, siempre es bueno recordarlo porque siempre hay personas que no conocen los hechos. A la muerte de Franco NO había impuestos directos en España, el nefasto I.R.P.F. (Impuesto Rendimiento Personas Físicas); y los indirectos eran muy inferiores a los actuales (son los aplicados al consumo, el desgraciadamente «familiar» I.V.A. -Impuesto Valor Añadido-).
 
Es decir, esta maldita democracia nos ha traído, como uno de sus más funestos legados, un régimen saqueador sin precedentes, incluso comparándolo con los países de nuestro entorno. Los más beneficiados han sido el contubernio PP-PSOE y sus redes de acólitos, amén de esa sacamantecas estructura autonómica (principalmente Cataluña y el País Vasco). Cualquier palabra de toda esa canallesca sobre la necesidad de los impuestos, y sus «utilidades» ofende a cualquier contribuyente versado, aunque sea minimamente, en esta cuestión. Pero si hay palabras especialmente ofensivas son las procedentes de los malnacidos del PP, esos «paladines» que, con sus engaños sobre la gestión, bajada de impuestos y patrañas parecidas, han sido, a la hora de la verdad, los más sanguinarios de todos. 
 
Cristóbal Montoro a quien los tormentos que sufrirá en el averno son poca cosa para lo que se merece violo el único espacio virgen que aun quedaba en España (algo a lo que nadie se había atrevido en toda nuestra historia): los premios de la lotería y similares (que conste que no he sido perjudicado por esa medida); pero no contento con el ultraje introdujo impuestos lacerantes a la recuperación de los planes de pensiones y realizó una subida tan sistemática, salvaje y generalizada que superó, con creces,  los delirantes y lascivos sueños tributarios de los comunistas. Sólo su figura, y la de su amo Rajoy, son suficientes para que ese partido fuese objeto de una desinfección integral con Zotal en todas sus dependencias y que nunca volviera a recibir voto alguno de sus víctimas (cosa que por desgracia no sucederá,… de momento). 
 
Malisimas esas sanguijuelas, e igualmente malisimos todos los invertebrados socialpodemitas. En este asunto, a estos últimos, se les llena la boca sobre las bondades de los impuestos y que el dinero público no es de nadie. Les tenían que salir llagas en la boca y en la lengua a toda esta ralea que les impidieran articular palabra alguna el resto de sus vidas. Ahí tenemos a Zapatones con su reguero de corrupciones y saqueo. El día que acompañe a Montoro y Rajoy, puede que Satanás deje las llaves a alumnos tan aventajados y se vaya de vacaciones unos días (el regocijo a su vuelta, entre el resto de los condenados, seguro que lo conmovera). 
 
Los impuestos son el eje vertebrador del feroz latrocinio con que los políticos zahieren a todos los españoles. A través de ellos pagamos desde las más delirantes majaderias orquestadas por toda la chusma gubernamental, hasta el mantenimiento de una extensisima red de inútiles cobijada bajo el paraguas del dinero público. El sistema político cuenta también con la colaboración contingente de importantes empresas de este país que a través de regulaciones privilegiadas se lucran igualmente. Por cuestiones de espacio no puedo entrar en más detalle pero a través del recibo de la luz, o del teléfono, estamos pagando las meteduras de pata del criminal de Zapatones con sus renovables o la eliminación de publicidad en televisión española.
 
Como residente en Canarias pondré un ejemplo «doméstico»: esta pandemia del virus chino ha ampliado enormemente las compras directas de los clientes a los productores. En península el sistema es perfectamente fluido pero si el pedido se realiza desde aquí a un proveedor peninsular, el crujido fiscal vía Tasas Portuarias, Despacho de Aduanas,  Canon e I.G.I.C., es brutal. En mi caso, analice al azar un pedido a península y los impuestos ascendieron a un 43,74 % del coste de los productos. Pero no contentas las autoridades tributarias han preparado un nuevo protocolo para los envíos comunitarios y extra-comunitarios hacia Canarias auténticamente lacerante asociado a una burrocracia absurda y draconiana que penaliza al infortunado residente canario que efectúa uno de estos pedidos.
 
Otra «anécdota» fiscal: como muy bien ha explicado D. Julio Ariza en Intereconomia TV, los «bozales» de obligado uso impuestos por este malgobierno tributan un 21 % de I.V.A. Mucha palabrería la de estos hijos de Lucifer socialpodemitas, pero los impuestos…  ni tocarlos (por lo menos a la baja).
 
En definitiva dándonos, o no, cuenta sufragamos a todo tipo de gentuza cuyo nexo de unión es el de ser descendientes directos del Conde Dracula. 
 
El dinero tiene un poder corruptor descomunal, y su lumbre calienta a los más perversos seres para la realización de sus espurios fines. Como no existe control sobre los impuestos y sus destinos, los malgobiernos democráticos, a través de la Agencia Tributaria, han convertido a la cueva de Ali-Baba en un sitio honorable. 
 
Porque los impuestos son la gangrena de este país,  ese factor que esguaza las economías domésticas y mtila las de las pequeñas empresas y autónomos.  Han institucionalizado, a través de un sistema de robo indisimulado y pertinaz, el saqueo de nuestros recursos para malfurnirlo en beneficio exclusivamente de los políticos y sus lamelibranquios.
 
Un estado autonómico ruinoso, la Seguridad Social quebrada, un empleo público superior en 2.000.000 de funcionarios al millón y poco que había hace 40 años. Esos son los destinos de nuestros dineros y hasta que no se apliquen principios de honradez y respeto sobre el dinero que aportamos los contribuyentes nada se podrá arreglar en este país.
 
P.D.: Por si algún estadounidense lee esta Carta: Vote for TRUMP (Vote a TRUMP si es hispanohablante)

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REDACCIÓN
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Moción – 1: los Impuestos 
 
Es mi intención realizar esta semana una serie de cinco monográficos sobre algunos de los asuntos que creo más relevantes en la sociedad española y que deberían ser tenidos en cuenta, no ya en la próxima moción de censura, sino ante cualquier cita electoral sea ésta local,  autonomíca o general. 
 
Normalmente el personal suele identificar como temas importantes: el paro,  los políticos, la economía, el medio ambiente, etc. No es que no lo sean, pero considero que las preguntas condicionan las respuestas y que existen otras cuestiones tan relevantes, y en algunos casos más, que se omiten con una clara intencionalidad. Es por eso que voy a tratar de» repescar» algunos de esos asuntos en mis monográficos para tratar de ilustrar de que pie cojean nuestros políticos. 
 
El primer asunto van a ser los impuestos, por considerarlo el más sangrante de todos. El bipartidismo PSOE-PP echa tierra encima, continuamente, sobre esta cuestión para minimizar su visualización. Anestesian a la sociedad con noticias estúpidas y vacuas sobre la farándula, el fútbol,  amoríos y prostituciones de personajillos intrascendentes, el racismo hacia los negros y chorradas de todo tipo para alejar del pensamiento de la población la percepción del sistema tributario-fiscal vampirico, confiscatorio y esquilmador que padecemos. ¿Cuantas horas de televisión (y páginas en medios escritos) se dedican a la bazofia irrelevante antes citada? Y ¿cuantas horas a informar, y explicar, cómo, a pesar de los elevadisimos impuestos que pagamos, estos sarnosos de políticos han llevado a España a la quiebra? 
 
Aunque ya lo he mencionado en alguna de mis Cartas, siempre es bueno recordarlo porque siempre hay personas que no conocen los hechos. A la muerte de Franco NO había impuestos directos en España, el nefasto I.R.P.F. (Impuesto Rendimiento Personas Físicas); y los indirectos eran muy inferiores a los actuales (son los aplicados al consumo, el desgraciadamente «familiar» I.V.A. -Impuesto Valor Añadido-).
 
Es decir, esta maldita democracia nos ha traído, como uno de sus más funestos legados, un régimen saqueador sin precedentes, incluso comparándolo con los países de nuestro entorno. Los más beneficiados han sido el contubernio PP-PSOE y sus redes de acólitos, amén de esa sacamantecas estructura autonómica (principalmente Cataluña y el País Vasco). Cualquier palabra de toda esa canallesca sobre la necesidad de los impuestos, y sus «utilidades» ofende a cualquier contribuyente versado, aunque sea minimamente, en esta cuestión. Pero si hay palabras especialmente ofensivas son las procedentes de los malnacidos del PP, esos «paladines» que, con sus engaños sobre la gestión, bajada de impuestos y patrañas parecidas, han sido, a la hora de la verdad, los más sanguinarios de todos. 
 
Cristóbal Montoro a quien los tormentos que sufrirá en el averno son poca cosa para lo que se merece violo el único espacio virgen que aun quedaba en España (algo a lo que nadie se había atrevido en toda nuestra historia): los premios de la lotería y similares (que conste que no he sido perjudicado por esa medida); pero no contento con el ultraje introdujo impuestos lacerantes a la recuperación de los planes de pensiones y realizó una subida tan sistemática, salvaje y generalizada que superó, con creces,  los delirantes y lascivos sueños tributarios de los comunistas. Sólo su figura, y la de su amo Rajoy, son suficientes para que ese partido fuese objeto de una desinfección integral con Zotal en todas sus dependencias y que nunca volviera a recibir voto alguno de sus víctimas (cosa que por desgracia no sucederá,… de momento). 
 
Malisimas esas sanguijuelas, e igualmente malisimos todos los invertebrados socialpodemitas. En este asunto, a estos últimos, se les llena la boca sobre las bondades de los impuestos y que el dinero público no es de nadie. Les tenían que salir llagas en la boca y en la lengua a toda esta ralea que les impidieran articular palabra alguna el resto de sus vidas. Ahí tenemos a Zapatones con su reguero de corrupciones y saqueo. El día que acompañe a Montoro y Rajoy, puede que Satanás deje las llaves a alumnos tan aventajados y se vaya de vacaciones unos días (el regocijo a su vuelta, entre el resto de los condenados, seguro que lo conmovera). 
 
Los impuestos son el eje vertebrador del feroz latrocinio con que los políticos zahieren a todos los españoles. A través de ellos pagamos desde las más delirantes majaderias orquestadas por toda la chusma gubernamental, hasta el mantenimiento de una extensisima red de inútiles cobijada bajo el paraguas del dinero público. El sistema político cuenta también con la colaboración contingente de importantes empresas de este país que a través de regulaciones privilegiadas se lucran igualmente. Por cuestiones de espacio no puedo entrar en más detalle pero a través del recibo de la luz, o del teléfono, estamos pagando las meteduras de pata del criminal de Zapatones con sus renovables o la eliminación de publicidad en televisión española.
 
Como residente en Canarias pondré un ejemplo «doméstico»: esta pandemia del virus chino ha ampliado enormemente las compras directas de los clientes a los productores. En península el sistema es perfectamente fluido pero si el pedido se realiza desde aquí a un proveedor peninsular, el crujido fiscal vía Tasas Portuarias, Despacho de Aduanas,  Canon e I.G.I.C., es brutal. En mi caso, analice al azar un pedido a península y los impuestos ascendieron a un 43,74 % del coste de los productos. Pero no contentas las autoridades tributarias han preparado un nuevo protocolo para los envíos comunitarios y extra-comunitarios hacia Canarias auténticamente lacerante asociado a una burrocracia absurda y draconiana que penaliza al infortunado residente canario que efectúa uno de estos pedidos.
 
Otra «anécdota» fiscal: como muy bien ha explicado D. Julio Ariza en Intereconomia TV, los «bozales» de obligado uso impuestos por este malgobierno tributan un 21 % de I.V.A. Mucha palabrería la de estos hijos de Lucifer socialpodemitas, pero los impuestos…  ni tocarlos (por lo menos a la baja).
 
En definitiva dándonos, o no, cuenta sufragamos a todo tipo de gentuza cuyo nexo de unión es el de ser descendientes directos del Conde Dracula. 
 
El dinero tiene un poder corruptor descomunal, y su lumbre calienta a los más perversos seres para la realización de sus espurios fines. Como no existe control sobre los impuestos y sus destinos, los malgobiernos democráticos, a través de la Agencia Tributaria, han convertido a la cueva de Ali-Baba en un sitio honorable. 
 
Porque los impuestos son la gangrena de este país,  ese factor que esguaza las economías domésticas y mtila las de las pequeñas empresas y autónomos.  Han institucionalizado, a través de un sistema de robo indisimulado y pertinaz, el saqueo de nuestros recursos para malfurnirlo en beneficio exclusivamente de los políticos y sus lamelibranquios.
 
Un estado autonómico ruinoso, la Seguridad Social quebrada, un empleo público superior en 2.000.000 de funcionarios al millón y poco que había hace 40 años. Esos son los destinos de nuestros dineros y hasta que no se apliquen principios de honradez y respeto sobre el dinero que aportamos los contribuyentes nada se podrá arreglar en este país.
 
P.D.: Por si algún estadounidense lee esta Carta: Vote for TRUMP (Vote a TRUMP si es hispanohablante)

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