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Al hilo de mi artículo de Heliogábalo y el hecho de que su madre y su abuela fuesen nombradas senadoras, voy a hablar de una de las curiosas obras de este emperador, la creación de un senado femenino romano. Ambas mujeres no se conformaron con ser senadoras en el senado masculino e instigaron a Heliogábalo a que crease una nueva institución, el senado femenino romano, con facultad de emitir senadoconsultos.
La verdad es que el tipo de leyes que crearon estas matronas romanas fueron tomadas a pitorreo por los chistosos, pues regulaban cosas de como vestir y que tipo de transportes usar según el rango social del sujeto en cuestión. Cosa que ya había hecho Octavio, por cierto. También sacaron un senado consulto que decía que la mujer que se casase con un hombre de rango inferior no podría bajar de su rango social por ello. Esto dio cierta libertad a las romanas a la hora de elegir matrimonio y muchas pudieron al fin casarse por amor y no por conveniencia social.
Pero poco duró el invento. A la muerte de Heliogábalo, asesinado como vimos por la guardia pretoriana, debido a sus excesos, el senado femenino fue disuelto por su sucesor de 13 años, Alejandro Severo.
Su abuela y su madre gobernaron a través de este niño y ya no les hacía falta un senado de mujeres. Alejandro y su madre fueron asesinados pronto también por las legiones debido a su cobardía a la hora de combatir a los bárbaros.
El caso es que muchos años más tarde, el emperador Aureliano, un emperador serio y victorioso, volvió a abrir el senado femenino. Algo le vería de positivo este emperador tan capacitado.
Pero el invento duró lo que duró este nuevo emperador y el senaculum se disolvió definitivamente.
Y escribo todo esto para decirle a las feministas que sus inventos de los últimos años ya fueron puestos en práctica en la Roma de los Césares.
La mujer alcanzó grandes cuotas de libertad en la desarrollada civilización romana, y eso lo sabemos todos, hasta el punto de haber senadoras mujeres y el senaculum como hemos dicho.
Todos conocemos historias de adúlteras romanas, matronas dionisiacas, y de lascivas emperatrices incluso como Agripina y Mesalina. Las leyes, a pesar de la represión Octaviana, fueron dándole mucha libertad al género femenino a medida que pasaban los años y los siglos.
Pero como no podemos confundir progreso y decadencia, hay que decir que dos siglos después las matronas romanas fueron violadas por los bárbaros de Genserico,Alarico y Atila por haber concebido unas generaciones de hijos débiles que nada querían saber de hacer el servicio militar.
Por eso vuelvo a insistir en lo que ya he dicho en muchos artículos, que no hay que confundir progreso con decadencia. La laxitud moral de nuestros días no es un avance. No son derechos conquistados las fiestas del orgullo gay. Son síntomas de decadencia. Al igual que la moda de los cocineros estrella.
Están bien las conquistas de las mujeres. Pero poder abortar a los 16 años sin el permiso de los padres es una barbaridad. Y también que hayan dejado de tener hijos blancos, cristianos y occidentales.
Y lo estamos pagando ya con la ola de violaciones grupales que venimos sufriendo por parte de nuestros invasores ilegales. Esto es solo el preludio de lo que puede pasar.
Así que estemos atentos. No somos como los moros y nos alegramos del grado de libertad que tienen las mujeres occidentales. Pero no todo son derechos, ellas también tienen la obligación de dar hijos bravos a sus patrias y a nuestro continente que sufre el terrible acontecimiento de un tenaz invierno demográfico.
Por la patria y por la civilización las mujeres deben pasar a tener tres hijos al menos y no el 1.12 que tienen ahora.
Una mujer como Esperanza Aguirre ha sacado adelante cuatro hijos a la par que una estupenda carrera en el derecho y en la política. Esto es lo que pedimos a nuestras féminas. Que no olviden sus obligaciones.
Mujeres hubo muchas en Roma que tuvieron poder. Unas a través de sus maridos como Livia, Popea o Julia. Otras directamente como las Julias Mesas y demás mujeres de esta familia. Pero todas cumplieron con su obligación de darles hijos a la patria.
En cuanto a lo del senado femenino me parece una tontería. No creo que sirviera para mucho. Si me parece más importante que la madre y la abuela de Heliogábalo fuesen senadoras en el senado masculino.
Ya tenemos bastantes leyes que no nos dejan fumar, comer o beber lo que queramos como que ahora vengan las féminas a decirnos cómo tenemos que vestir o que coche podemos tener.
Y cierro ya el artículo sobre esta curiosidad histórica, que es raro que sea tan desconocida en estos tiempos de feminismo galopante. Síntoma de que el imperio de los cantamañanas va tomando fuerza y acabaremos todos analfabetos y afeminados.
Y recordarles mi sueño de ver a la España vacía repoblada gracias a mujeres que den al menos tres hijos a Dios y al César.
Hoy ni estoy en la biblioteca ni estoy en mis campos. Hoy estoy escribiendo este artículo tomándome una caña. Tengo ganas de relajarme después de días de trabajo y de artículos tan intensos como el de los chisgarabises. Ojalá tengamos un día a una presidenta de gobierno como Ayuso o Macarena Olona. Tienen todo el derecho del mundo a ello. Nosotros no somos mahometanos. Pero que no se olviden que tienen que tener hijos también. Por la supervivencia de la raza blanca y de la civilización cristiana occidental.
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