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El Invincible: perfil, planta y vista posterior (como vieron sus atacantes)
Ante el éxito de los ataques con misil Exocet, Inglaterra diseñó la “Operación Mikado”, una acción de ‘comandos’ del Escuadrón ‘B’ del Servicio Especial Aéreo (SAS), la cual consistiría en llevarlos por vía aérea hasta la Base Aeronaval Río Grande, destruir aviones y misiles, matar los pilotos y refugiarse en Chile con la excusa de un desperfecto técnico. La misión fracasó por diversas causas.
En sus memorias, el Almirante Sandy Woodward aseguró que con más misiles Exocet “probablemente nos hubieran obligado a abandonar toda la operación”.
Ataque al ‘Invencible’
El último Exocet aire-mar empleado en Malvinas, primicia como los anteriores en el mundo, fue contra el portaviones ligero HMS Invincible (R-5).
El 30 de mayo, Argentina, después de haber localizado el área donde se situaban los portaviones ingleses, mediante una paciente labor de seguimiento por sus radares situados en Malvinas, especialmente el AN/TPS-43 artillero, de los Harrier que despegaban y aterrizaban en ellos, lanzó su ataque más discutido por sus enemigos. Al respecto, hay que constatar que, así como los satélites norteamericanos suministraban constante información a los ingleses, Argentina estuvo prácticamente ciega a ese tipo de información, aunque se rumoreó de supuestas ayudas soviéticas, siempre puestas en cuarentena por una Junta Militar profundamente anticomunista.
El blanco se situó a unos 160 km al este de Puerto Argentino, a unos 800 km de Río Grande. El ataque se planificó para ser efectuado tras un gran rodeo por el Sur (400 km al Sudeste de la posición habitual de los portaviones), al objeto de lograr la sorpresa, en lo posible, ante lo inusual de aquella dirección de aproximación. Esta ruta impuso un casi continuo reabastecimiento en vuelo por parte de dos KC-130 H Hercules, apodados ‘Chanchas’ por los argentinos.
Binomio mortal: Eténdart y Exocet
El último misil
La misión fue realizada por dos Super-Eténdard (SUE) de la Aviación Naval, uno de ellos armado con el último Exocet, y cuatro veteranos Douglas A-4C Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina, que únicamente llevaban tres bombas convencionales cada uno (más dos tanques externos de combustible); estos aviones, al carecer de radar, fueron guiados por los anteriores, que, además, contaban con navegadores inerciales, y, tras el lanzamiento del Exocet, por la estela del mismo. Las bombas eran las españolas Expal de 250 kg y estaban dotadas de varias espoletas para asegurar su explosión (se emplearon también contra el Coventry y el Sir Galahad). Los pilotos de los SUE fueron Capitán de Corbeta Alejandro Francisco (con el misil) y el Teniente de Navío Luis Collavino (apoyo en navegación y comunicaciones), y los de los Skyhawk los Tenientes 1º Ernesto Ureta y José “Pepe” Vázquez, el Teniente Omar Jesús Castillo y el Alférez Gerardo Isaac.
A poco menos de 300 km del blanco, Vázquez y Castillo formaron a la izquierda y un poco atrás de los Eténdard (pilotados por Francisco y Collavino), con Ureta e Isaac a la derecha, y descendieron progresivamente a vuelo rasante (20/30 m). A unos 60 km de la prevista situación del portaviones fijada días antes, los Eténdard ganaron altura un par de veces hasta los 100 m y encendieron su radar de búsqueda, el cual confirmó las predicciones que tenían (por algún imperdonable error, los ingleses no se habían movido). En ese momento el destructor HMS Exeter (D-89, Tipo 42) los detectó. Poco después el avión portador del misil hizo el lanzamiento, avisando a los cuatro Skyhawks: “al frente, 20 millas (casi 40 km)”. El Exocet pareció caer a plomo, pero finalmente encendió su motor y avanzó hacia el Invincible con cerca de la velocidad del sonido (1.200 km/h). A casi 900 km/h (480 nudos/hora), por su carga de bombas, le siguió la tétrada de cazabombarderos.
Eténdard y Skyhawk en vuelo hacia el Invencible
Transcribo (en cursiva), a continuación la versión argentina (Revista General de Marina, nº. 266, marzo 2014), para evitar personalismos, añadiendo unos comentarios entre paréntesis en letra normal:
«Al poco tiempo divisaron una mancha oscura, borrosa por el efecto de la bruma. Poco a poco la silueta del portaaviones (visto desde babor-popa) se fue haciendo más clara y se pudo distinguir la cubierta de vuelo, la isla a estribor, las chimeneas y los dos radomos, uno en proa y otro en popa. De la base de la isla salía una columna de humo (¿producida por el Exocet?). A los pocos segundos, cuando estaban a unas siete millas del buque, el número tres (de la formación ‘Zenda’ formada por los cuatro A-4C), Primer Teniente Ureta, vio que el avión del líder (número uno de la formación) hacía explosión alcanzado por un misil Sea Dart (misil que procedía del destructor HMS Exeter, según fuentes británicas). El resto de la formación siguió a rumbo acercándose hacia el blanco.
Ataque al Invencible
Cuando se hallaban a algo menos de dos millas del buque, el número cuatro, Alférez Isaac, observó cómo el avión del número dos, Primer Teniente Castillo, hacía explosión y se desintegraba (a unos 500 m del blanco). El impacto podría haber sido causado por un proyectil de 4’5 pulgadas (101’6 mm) procedente de un escolta que no estaba a la vista (según fuentes británicas procedía de la fragata HMS Avenger, aunque las mismas fuentes indican que existe la posibilidad de que fuera un segundo Sea Dart que disparó el Exeter).
El Primer Teniente Ureta fue el primero en atacar al portaaviones, aproximándose por la aleta de babor, a ras del agua. Disparó sus cañones sobre el barco y lanzó las bombas, elevándose para evitar el buque (volaban a la altura de la pista del portaviones) y volviendo a descender para volar a poca altura sobre las olas y poner rumbo hacia el punto de rendez-vous con el Hércules cisterna (Ureta no tuvo dudas: sus bombas fueron efectivas. “Todo era ya una nube de humo que envolvía al Invencible. Habían pegado y habían explotado”).
A continuación atacó el Alférez Isaac disparando sus cañones y lanzando sus bombas hacia la isla del portaaviones, virando a la derecha para evitar el barco y descendiendo a su vez a ras del agua y poniendo rumbo hacia los ‘Chanchas’. “A medida que se alejaba, pudo observar que el portaaviones
había quedado totalmente oculto detrás de capas de humo negro”».
Los atacantes del Invencible
El resultado del ataque
Llamativamente, hay hasta tres distintas versiones británicas, todas negando ningún impacto.
El plazo de 50 años, habitual en los secretos de guerra ingleses, fue posteriormente ampliado a 99 años para la Guerra de Malvinas
Los dos pilotos argentinos, testigos presenciales, interrogados por separado e inmediatamente después de aterrizar, coincidieron en sus declaraciones sin ninguna contradicción, empezando porque atacaron un portaviones y no una fragata/destructor.
Aquel mismo día el General Moore trasladó la sede de su estado mayor a la bahía de San Carlos.
Al día siguiente de la misión el radar AN/TPS-43 de Puerto Argentino comprobó que la actividad aérea ingles en la zona de los portaviones había disminuido considerablemente.
Australia renunció a su prevista compra el 1 de junio inmediato al ataque. Aquel día se adaptaron los buques logísticos Fearless e Intrepid para poder reaprovisionar a los cazabombarderos Harriers.
Las armas nucleares (bombas y antisubmarinas) del Invincible se trasladaron al barco auxiliar al Fort Austin los días 2 y 3 de junio.
Las tres últimas bombas
El Príncipe Andrew, destinado en el portaviones como piloto de helicópteros, dijo en una muy posterior entrevista: … “Un día estábamos bajo ataque de misiles y un amigo y yo tratábamos de terminar el cubo Rubik. Y justo cuando tuvo lugar el ataque de misil, lo completamos. Nos ordenaron acostarnos sobre la cubierta y lo hicimos con el cubo terminado entre nosotros… Me hizo pensar que frágiles somos los seres humanos”. Algo similar se desprende de las declaraciones (diario Clarín, 20-XI-2002) del luego transexual Ana Gerschenson, en la guerra enfermero del Invincible, quien «aseguró haber sufrido un trauma por haber tenido que tratar “terribles heridas” en el departamento de enfermería del Invincible, debido a los feroces ataques de los aviones argentinos durante los días del conflicto».
El 20 de junio el portaviones Illustrious zarpó de Gran Bretaña para hacer pruebas de mar, pero se sospecha que luego se dirigió a Malvinas.
Supuestamente, días después del alto el fuego se cambiaron dos turbinas al HMS Invincible en alta mar, pero sin dar explicaciones.
Según fuentes argentinas, aviones de patrulla marítima Orión P-3C de la Armada Española siguieron la retirada de toda la flota británica a su paso cerca de las costas españolas, excepto este portaviones. Su llegada a Inglaterra se retrasó hasta el 17 de septiembre de 1982 (los demás llegaron entre junio y agosto), y su bien pintado aspecto externo contrastaba con el óxido que mostraba el HMS Hermes y otros navíos a su regreso; parecía totalmente remozado y con cambios en su superestructura, los cuales coincidían con la del portaviones HMS Ilustrious, cuasi gemelo suyo.
Según un artículo de nuestra Revista General de Marina, parece ser que fuentes diplomáticas informaron que el Invincible fue reparado en un astillero militar norteamericano.
Hubo rumores de que Usa cedió a Inglaterra un buque portahelicópteros clase Iwo Jima, capacitado para operar con Harriers, y que este pudo ser o bien el atacado o bien un sustituto inicial al Invincible, al que se parecía por tamaño y forma.
El famoso piloto Pablo Carballo, que combatió toda la guerra, declaró que:
Transcurrida una hora del ataque, el radar de Malvinas detectó que todos los Harriers en vuelo se elevaron a gran altura, lo demuestra que se habían quedado sin pista de aterrizaje y se elevaron para ahorrar combustible mientras se habilitaban otras superficies en tierra u otros barcos.
Un oficial de la fuerza aérea argentina asistió en Canadá a la proyección de una película del ataque al Invencible.
Inmediatamente partió de Portsmouth sale un barco con dos turbinas de repuesto a bordo para reemplazar las dañadas. Y También se enviaron otros barcos de reparación al Atlántico Sur.
Oficiales venezolanos declararon que Inglaterra hizo a Venezuela una petición oficial para reparar allí un portaviones, la cual fue rechazada.
Un español en una conferencia relató que asistió al ingreso del Invencible en Gibraltar y que la reparación en la borda atacada era ostensible
Oficialmente fue el portaviones convencional que más tiempo estuvo en altamar, sin entrar a ningún puerto, de toda la historia.
Incluso no puede descartarse totalmente que fuera hundido y sustituido por otro en construcción, el Ark Royal, al que se modificaría su superestructura y otros detalles para asemejarlo más al Invincible. De ello hay indicios fotográficos, aunque no concluyentes.
Saquen sus propias conclusiones.
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