24/11/2024 21:10
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Memoria. Desmemoria. Memoria, muy, pero que muy selectiva. Histórica, histérica. Hogaño, democrática. Despótica. Tiránica. Todos tapándose mutuamente las comunes vergüenzas: narcotráfico, tráfico de armas, proxenetismo, falsas banderas, engaños durante medio siglo a todo el pueblo español. Ains, el irunés bar hostal Faisán. Culmen, 11-M. Prolongándose hasta hoy, carnavalada OTAN (Organización Terrorista de América del Norte) mediante.

El garbancito Conesa es ETA, el FRAP y, sobre todo, el GRAPO

Retorno a los años 80, después del autogolpe del 23-F, operación apadrinada por la CIA, el CESID, el mismo Rey Elefante y buena parte de la plana política española del momento, además del Vaticoño, vulgo Vaticano. Y brota salerosa Marbella que se convierte en el centro internacional de vendedores de armas. Irangate, desde luego (Sokoa en lontananza).

Y los sospechosos habituales. Paesa y otros capos de interior como San Cristobal, Sáenz de Santamaría y Rafael del Río. Y junio del 81, guerra de clanes dentro de las alcantarillas cuando empiezan a «desactivarse» las antiguas y franquistas tramas terroristas de la policía española. Clanes-mafias de Estado que controlaban la guerra de cloacas en los setenta/ochenta (Matar al Nani/Eliminar a Josu Muguruza, tanto da).

El jefe de esta siniestra camorra, a la sazón, el comisario Roberto Conesa (ains, la barcelonesa sala de fiestas Scala). Él es ETA, es el FRAP y, sobre todo, es el GRAPO. Aunque por encima se hallen San Dios (Cassinello) o el hombre del Papa en Cáritas, Rafael del Río, que la más potente argamas del maderamen patrio ochentero. Y el reputado torturador Antonio González Pacheco, “Billy el Niño”, un pintoresco y elemental elemento cada vez más «amortizado».

 

Rolando y California 47, dos falsas banderas de manual

Además del superagente Conesa, el inspector Medina o el comisario José Sainz (a mediados de los setenta, director general de los maderos españoles), que es quien manejaba, a la vez, al topo El Lobo y al jefe de ETA Militar durante el juicio de Burgos (e inventor del “impuesto revolucionario”), Juan José Echave. Roberto Conesa y José Sainz, pues, creadores de las pruebas falsas – tan semejantes a las del 11M – del atentado de la calle Correo y el de la California 47. Concurrirán ambos con el coronel del CESID, Juan Alberto Perote, en la voladura controlada del GAL “oficial”.

Recordemos, no está de más, que las masacres terroristas contra esas dos cafeterías madrileñas, Rolando, de la calle Correo, en 1974 (13 muertos y decenas de heridos), y California 47 (9 muertos, decenas de heridos), en 1979, fueron dos falsas banderas (encuadradas en la estrategia de tensión del Gladio español), que se atribuyeron a ETA (junto a varios comunistas) y al GRAPO, respectivamente ( Otrosí: ¿Pero fue realmente ETA la que asesinó a otro ilustre policía torturador, Melitón Manzanas?).

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La “idea” de organizar la falsa bandera de Rolando fue obra del SECED y los albañales del citado supercomisario Conesa, aunque la ejecución material corrió a cargo de un grupo de tontos útiles de la banda asesina ETA (más un grupo de militantes comunistas). Lidia Falcón,  hoy líder del Partido Feminista (anti transpolladas variadas, por cierto), e implicada en aquel atentado, acusó hace años a la miembro del “comando” de ETA, “autor” del atentado contra Rolando, Genoveva Forest, de ser una de las infiltradas. Forest también había participado un año antes, dentro del “comando” Txikia, en el atentado de encargo contra Carrero Blanco, cinceladamente diseñado por la CIA.

 

1983…y la matanza de Atocha

Llegamos al año 1983, arbitraria (¿sí?) fecha limes (31 de diciembre, ya principiada oficialmente la banda asesina GAL), conradiada línea de sombra, ya con los sociatas en el poder. Tenemos al ex falangista (en el PSOE ochentero, plétora de camisas azules) José Barrionuevo y Rafael Vera en el cloaquero Ministerio del Interior.

Bajo las órdenes del subcomisario Mariano Baniandrés (dirigente de la bautizada como Brigada Antigolpe), “asombroso” giro de guion, el inspector de policía Juan José Medina Lozano sigue la pista de tres armas Marietta Ingram, al menos dos de ellas utilizadas en el atentado terrorista contra los abogados laboralistas de Atocha, ocurrido en enero de 1977: integrando en el sistema al PCE. Ambos policías son cesados antes de que puedan concluir su investigación sobre el Gladio español, pero llegan a reconstruir el itinerario de las tres “Mariettas”.

Las “Mariettas” eran metralletas de tipo Ingram, modelo M-19, de 9 milímetros Parabellum, pertenecientes al Servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno, entonces dirigido por el coronel Andrés Cassinello Pérez (“San Dios”,  ubicuo y omnipotente), el hombre clave de la CIA en España. Las Mariettas, compradas por el comisario Roberto Conesa a la fábrica de Atlanta Military Armament Corporation.

El inspector Medina es relevado de su cargo justo cuando va a viajar a Roma para mostrarle al terrorista fascista Pier Luigi Concutelli fotos de varios miembros del servicio de inteligencia español, CESID (CNI), con la intención de que el ultraderechista reconozca a la persona que le había dado el arma. Concutelli fue el asesino que acribilló al juez italiano Vittorio Occorsio, en 1976, y cuando fue detenido por la policía italiana en febrero de 1977 se encontró en su poder una de esas metralletas. Concutelli fue el cuarto hombre del Gladio italiano presente en la masacre de la calle Atocha de enero de 1977, en la que fueron asesinados cinco abogados laboralistas.

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Según el testimonio del arrepentido fascista Angelo Izzo, Concutelli también participó en el secuestro y desaparición del dirigente de ETA-PM, Eduardo Moreno Bergareche, Pertur (¿enterrado en Rentería?) , bajo la dirección de otro célebre terrorista internacional que estuvo a sueldo del Ministerio del Interior español, CESID mediante: Stefano Delle Chiae, jefe de la organización terrorista italiana Ordine Nuovo. Cuando se iba a reabrir el caso “Pertur” (tan sepultado como Naparra/Bakunin,  José Miguel Echevarría Álvarez, ¿en  Las Landas?) con el testimonio clave de un testigo “protegido” (sic) italiano, Sergio Calore, éste fue asesinado en su celda italiana y se cerró definitivamente el caso. Las sentinas estatales “entendieron” el mensaje a la perfección y pusieron fuera de la circulación a Calore. Ejemplos a vuela teclado: El Papus. Y la legitimación dinástica del Rey Sin Mérito, Montejurra 1976. Idénticos protagonistas…

Narco y armas, los “enemigos” unidos

…Narco y armas, claves. Los “buenos contactos” mediante los cuales ETA obtenía su arsenal de armas: por ejemplo, el “aristocrático” Carl Magnus Torsten Von Armfelt, acreditado agente de la CIA. En próximas entregas, abundaremos para desmemoriados de las dos trincheras. De las dos Españas. Y de la Anti-Bozalistán. En fin. 

 

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Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.