22/11/2024 06:48
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Este martes día 12 de julio de 2022 es realmente el momento para rendirte un homenaje, a ti, al héroe; no es que piense que esté mal lo que llevo leyendo y viendo en varios medios desde hace días, yo mismo estuve a punto de anticiparme. En realidad mi opinión es que deberíamos recordaros a diario y de una forma digna, cierto. Incluso mucho “más dignamente” y de una forma “más honrosa”, y también a todos.

   Pero también es cierto que he visto a mucha gente oportunista, entusiastas sin duda de su propio ego, y entre estos tengo que citar de forma “poco digna” y “poco honrosa” a algunos como nuestro presidente, que nos hizo ver hace unas jornadas el doble papel que juega haciéndote un homenaje y estrechando ese mismo día la mano de quien te asesinó. No sé si lo ves desde donde estás, pero me consta que tus padres antes de dejarnos lo han comprobado.

   Estas letras que te dedico en los párrafos siguientes se refieren exclusivamente al día de tu secuestro, el día 10, y suenan así:

   Ocurrió hoy hace 25 años, pero a nadie le importaba, ocurrió hay hace 25 años, pero nadie sabía tu nombre, ocurrió hoy hace 25 años y la gente no sabía que lo mismo ocurría desde 1968.

   Tampoco sabía nadie que tus asesinos llevaban varios años ejecutando inocentes, ni que entre los cuatro culpables que citaremos más adelante; de los que también estoy seguro que hasta ese momento tampoco nadie sabía nada, estaban apoyados por otros que se ocultaban detrás de unas siglas.

   También estoy seguro, y vosotros también, que nadie sabía que faltaban otros autores y que con la misma intención se ocultaron detrás de una cortina, pero también son responsables.

   De lo que estoy seguro, y no hay duda, es que a día de hoy todos sabemos tu nombre, y si hay alguien que lo ignore aquí estamos para recordarte. Te llamaste Miguel Ángel Blanco Garrido y en tu vida no hiciste nada más que pensar en los demás. Serviste a tus vecinos hasta el final, para tus padres un hijo ejemplar, para quienes te conocieron un ejemplo a imitar; y para los criminales que te mataron un enemigo. Pero este adjetivo de la frase anterior no debe quedar ahí y debería ir más allá, saldrán del talego dentro de dos años, pero espero que lo dicho les acompañe de por vida; no tendréis otro nombre en lo que os queda de vuestra existencia. ¡Canallas! ¡Sinvergüenzas!.

   Yo sin duda te hago un homenaje hoy a ti, te lo mereces. A tus asesinos estoy seguro de que el día que alcancen injustamente su libertad, sus acólitos se lo querrán hacer igualmente, pero será espurio y malicioso. El héroe fuiste tú y ellos únicamente unos malhechores.

   Hubo uno que ya lo tuvo, incluso se jactó de su actuación, en prisión llegó escribir un libro, estamos hablando del chivato, el que dio los datos para tu asesinato. Nunca lo supiste, pero fue un concejal en el ayuntamiento de Eibar. ¿De qué partido?, eso ya lo sabes tú, lo sospechabas, Ibon Muñoa Arizmendarreta concejal de un partido que ya no existe y que se llamaba Herri Batasuna, ¿O sí que existe?.

   Pasadas las tres de la tarde de aquel 10 de julio, nuestro concejal tomaba el tren para dirigirse como cada día a la empresa “Eman Consulting”, donde trabajaba como oficinista, actividad que simultaneaba con su presencia en el consistorio; es interceptado por la terrorista Irantzu Gallastegui Sodupe, (alias Amaia), que le amenaza y le obliga a introducirse en un vehículo estacionado a pocos metros donde ya le esperaban otros dos de su estofa, Francisco Javier García Gaztelu, (alias Txapote), y José Luis Geresta Mújica, (alias Oker y Totto), abandonando la zona en dirección a un lugar que nunca fue determinado y que sirvió para el cautiverio en los dos días posteriores.

 

Fuimos unos ilusos, no nos sirvió de nada, algunos pensamos que ibas a volver.

 

     Sus asesinos ya lo intentaron el día 9 de julio, Miguel Ángel cambió de planes y se desplazó a otra localidad para dar la entrada de un coche nuevo que le gustaba y que nunca llegaría a estrenar, pero los canallas lo culminaron al día siguiente.

   Fue antes de que anocheciera cuando la banda de asesinos emite un comunicado por la radio de los “gudaris” del diario “Egin”, en el que manifiesta su intención de asesinar al concejal si antes de las cuatro de la tarde del sábado día 12 no se acercaba a las cárceles del País Vasco a los presos que cumplían condena en otros lugares más alejados en virtud de aquella doctrina que se conocía como “Política de Dispersión” que en esos momentos se seguía desde que fuera implantada por el gobierno de Felipe González, a mediados de los años 80.

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   El gobierno, con José María Aznar a la cabeza no cede al chantaje, si es cierto que toma en serio la amenaza, todos recordaban en esos momentos lo ocurrido anteriormente en un caso similar con el secuestro de “José María Ryan”, la central nuclear de Lemóniz y la mujer del mismo pidiendo entre sollozos por televisión que liberaran a su marido, con sus hijos rodeándola.

   En todo caso previa entrevista con los padres del secuestrado y en comparecencia pública junto con el por entonces ministro del interior Jaime Mayor Oreja manifiesta la no disposición por parte de las fuerzas democráticas a concesiones de esa naturaleza y en esas circunstancias. Bien es cierto que aunque hubieran querido tomar otra decisión la misma sería imposible por cuestiones de plazos.

   El propio José María Aznar había de comentar años después cuando ya se encontraba fuera de la política el trance que pasó aquel día al decirle a los padres de Miguel Ángel que no habría concesiones, calificando su reacción como “impecable”. Lo entendieron en aquel momento y lo entendieron hasta el día de su muerte.t

   Por primera vez en la historia se cambiaron los papeles, y los acosadores que hasta ahora cometían sus fechorías de forma impune pasaron a ser acosados y a sufrir en sus carnes el empeño de los hasta aquel momento “acosados”. Miles de manifestaciones en todas las ciudades, concentraciones delante de sus sedes, las políticas y las sociales.

   Fueron célebres aquellas imágenes de la policía protegiendo a las personas que daban apoyo a la banda y a aquellos que militaban en su “cantera juvenil”, también tuvo notoriedad mediática aquella secuencia en la que los agentes de la Policía Autónoma decidieron quitarse los pasamontañas sin temor a ser “reconocidos” y aquella otra en la que el propio alcalde de Ermua Carlos Totorica por PSE-EE, llama a la calma mientras apaga un pequeño conato de incendio en una sede de Herri Batasuna después de que un vecino intentara pegarle fuego.

   En un ejercicio de cinismo, insolencia y descaro, los canallas de HB piden tranquilidad y sosiego, y hacen una llamada a la serenidad, y tras ponerse en “el papel de víctimas”, ya hemos hablado del papel jugado por uno de sus concejales en Eibar, con una mano a dios y otra al diablo, convocan contramanifestaciones de los suyos frente a los que pacíficamente pedían el fin del secuestro. Estas fueron un rotundo fracaso y pese al escaso número en sus convocatorias contribuyeron a que el clima de tensión imperante se volviera más en su contra dándose la circunstancia de que desde muchas partes de España se desplazó una multitud de gente para participar en las concentraciones de los que legítimamente pedían la liberación del encierro.

   Tan célebres como lo anterior fueron las apariciones en televisión y prensa escrita de la hermana y la novia del edil, que por activa y por pasiva pedían su liberación, mientras sus padres permanecían en un segundo plano, fue especialmente emotiva una vigilia que se organizó la noche anterior antes de que expirara el plazo en muchas localidades de toda España.

   Aunque desde el primer momento se movilizó a todos los agentes disponibles de las fuerzas del orden, que desde el primer momento se afanaron en la búsqueda sin descanso y sin tregua, el esfuerzo fue inútil. El joven de veintinueve años es hallado el 12 de julio, apenas cincuenta minutos después de que expirara el plazo dado por los criminales en un camino de la localidad de Lasarte, (Guipúzcoa), con dos tiros del calibre “22” en la cabeza. Dos personas lo encontraron aún con vida y, aunque es trasladado por una Uvi móvil a la residencia sanitario Nuestra Señora de Aránzazu de la capital guipuzcoana, los médicos observan dos orificios de entrada pero no de salida, por lo que tras practicar un escáner desaconsejan la realización de cualquier intervención por ser estas lesiones en todo caso incompatibles con la vida.

   El parte médico fue demoledor y sin fisuras y el óbito se acaba produciendo sin remedio en la madrugada de aquel 13 de julio que por su vileza pasó a la historia de nuestro país como uno de los días más negros de nuestra historia reciente.

 

¿Qué contarás en tu libro?

 

   Desde el día once de octubre de 2020 pasea libre por las calles de su pueblo el concejal de Herri Batasuna en aquel 1997 Ibon Muñoa Arizmendarreta, tuvo su homenaje al ritmo de “Txalaparta”, e incluso se permitió el lujo de escribir un libro como si de un héroe se tratara. Pero lo cierto es que sin apretar el gatillo es tan culpable o más que los perros que si lo hicieron. Hablábamos unos párrafos más arriba del cinismo, insolencia, descaro y la ignominia con los que en ese partido se hacían las víctimas en aquellas fechas sabiendo que fue su concejal en el ayuntamiento de Eibar el que por tener su negocio familiar enfrente de las oficinas donde trabajaba y fue secuestrado Miguel Ángel Banco, el que pasó al comando los datos necesarios para la acción, y no solo eso, si no que desde la noche anterior a la acción fallida del día nueve tenía alojados a los miembros del comando en su propio domicilio, quedando también acreditado en el juicio que les facilitó además un vehículo con el depósito lleno y diez juegos de matrículas falsas hechas en la troqueladora de su negocio, y que además estaba presente en el momento en que estos limpiaban y engrasaban sus armas, entre ellas aquella “Beretta” con la que finalmente perpetraron el crimen. Fue condenado en 2003 a la pena de “catorce años de prisión”.

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   El verdugo que valientemente apretó el gatillo sobre una víctima obligada a arrodillarse y con las manos atadas a la espalda fue Javier García Gaztelu y el que con un golpe le obligó a ponerse de rodillas fue José Luis Geresta Mújica. En el juicio que se celebró en junio de 2006 fueron condenados el mencionado Txapote e Irantzu Gallastegui Sodupe, que como habíamos dicho es quien le obligó a punta de pistola a introducirse en el vehículo utilizado para el secuestro a ”cincuenta” años de prisión por el secuestro y asesinato, no así José Luis Geresta Mújica, que se suicida dos años después de los hechos.

 

             Este se suicidó dos años después                                          Estos salen del talego en 2024

 

 

   Los familiares de Miguel Ángel Blanco Garrido fueron expulsados de la sala por interrumpir la vista tras no poder soportar el desprecio y prepotencia de los autores del crimen a la vida de su hijo y a sus propias personas. Entre estos estaban los propios padres del edil que hasta ese momento habían dado muestras de una entereza y discreción difíciles de encontrar, no acabó para ellos ahí la humillación si no que su agonía continuó hasta el año 2007, diez años después de los hechos, en que tras constantes profanaciones al lugar donde su hijo descansaba deciden abrir la sepultura y trasladar sus restos a la localidad natal de ambos en Faramontaos en Orense, desde donde habían partido ambos hacia Ermua hace seis décadas.

   El 12 de marzo de 2020 fallece en Vitoria Miguel Blanco, y quince días después lo hacía en Madrid y de coronavirus su esposa Consuelo Garrido, decidiendo ambos descansar también en compañía de su hijo compartiendo sepultura. No vivieron lo suficiente para ver como en marzo del año siguiente el ministro Grande Marlaska acercaba a sus localidades de origen a los asesinos lo que hubiera constituido para ellos una nueva humillación, quizás la penúltima, ya que en noviembre de 2024 ambos cumplirán las tres cuartas partes de su condena, que es también por otros muchos asesinatos. Veremos lo que pasa para entonces.

   Si por mi parte fuera omitiría este párrafo, pero me veo obligado a incluirlo, todos hemos visto desde hace meses que hay esperanzas y hasta es probable que haya nuevos imputados. Hablo de los jefazos de la banda José Javier Arizcuren Ruiz, “Kantauri”, en una prisión francesa, Mikel Albisu, “Mikel Antza”, y Soledad Iparraguirre, “Anboto”, por si pudieran ser imputados por ordenar el asesinato o por ser los autores intelectuales. A día de hoy soy escéptico y dudo del recorrido judicial que pueda tener el asunto, en todo caso de la primera actuación judicial ya se ha caído “Iñaqui de Rentería”.

   Este párrafo si es necesario, me solidarizo de forma total con “Dignidad y Justicia” que es una de la asociaciones que lucha de forma efectiva y eficaz contra el olvido, responsable además de muchas reaperturas de sumarios que llevaban tiempo cerrados, y que contribuye a que fechas como estas hagan más dignas a las víctimas, que en nuestro país andan escasas.

 

Autor

REDACCIÓN