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CONOCIDO EN TODO EL MUNDO Y OCULTADO EN ESPAÑA
Empezaba el mes de agosto en Alicante con un calor sofocante.
José Antonio esa mañana había estado jugando con su hermano Miguel en el patio con una pelota que se habían fabricado con papel y telas.
Mientras peloteaba , hizo un repaso mental de todas las informaciones que recibía de fuera de la cárcel, que aunque eran muchas menos que antes, las encontraba suficientes para tener una visión general de lo que estaba ocurriendo en España.
Estaba convencido de que el alzamiento armado contra el gobierno republicano del Frente Popular, la «intervención quirúrgica» que él había apoyado con su Falange había fracasado, y se había convertido en una trágica Guerra Civil.
Rápido abandona el patio de la cárcel y se dirige a su celda, donde en la pequeña mesa que tenía, empieza a escribir esbozando un plan para parar de inmediato la guerra entre españoles.
Empieza a plasmar en el papel sus impresiones sobre la situación bélica, los motivos del alzamiento y lo que sospecha que va a ocurrir si ganan los sublevados, a los que denomina «un grupo de Generales de honrada intención, pero de desoladora mediocridad política».
A continuación, en el manifiesto que está confeccionando establece un ofrecimiento general que contiene hasta doce medidas, de las que enumeramos por su importancia las siguientes:
– Amnistía general.
– Disolución y desarme de todas las milicias.
– Alzamiento del Estado de Alarma.
– Implantación inmediata de la Ley de Reforma Agraria.
– Autorización de la enseñanza religiosa.
– Redacción de un programa de política nacional reconstructiva y pacificadora.
Al mismo tiempo, propone la formación de un nuevo Gobierno presidido por Diego Martínez Barrio ,junto con un grupo de ministros republicanos y socialistas moderados (Portela, Ruíz Funes, Indalecio Prieto), en el que también entrarían intelectuales de la talla de Ortega y Gasset y Marañón.
Lógicamente solicitaba al Gobierno republicano su excarcelación y su traslado a Burgos, para intentar mediar en el conflicto, dejando de rehenes en Alicante a su hermano, a su cuñada y a otros familiares que allí se encontraban.
Dicho ofrecimiento llegó a Martínez Barrio por medio de uno de sus subsecretarios, quien se entrevistó en la cárcel de Alicante con José Antonio, sin que por el gobierno republicano se aceptara la honrada proposición del Jefe de la Falange.
Pues bien, este último documento de índole política que redactó José Antonio antes de que fuera juzgado, condenado y fusilado, fue ocultado al conocimiento de lo que ya entonces empezaba a llamarse la «España Nacional».
Hasta hoy mismo la totalidad de los historiadores y estudiosos del tema venían admitiendo que dicho documento, junto con otros papeles personales de José Antonio, se entregaron a Indalecio Prieto por el Comandante militar de Alicante Coronel Sicardo, quien se hizo cargo de todos los efectos personales que había en la celda de José Antonio.
Prieto años después, el 24 de mayo de 1947, ya en su exilio mejicano, concedió una entrevista a la revista «Mañana» en la que daba todo lujo de detalles, no solo de este documento, sino también de otros papeles que contenía la maleta de José Antonio que le habían entregado.
Además, en 1968 Prieto escribe en México su libro «Convulsiones de España» donde transcribe literalmente la totalidad del documento que contenía el ofrecimiento de José Antonio para acabar con la guerra, así como otros papeles del mismo.
Ya en 1977 Víctor Salazar, cumpliendo el encargo de Prieto, entrega al sobrino del Jefe de la Falange ,Miguel Primo de Rivera, las llaves de una caja fuerte de un banco mejicano, donde se encontraba la ya entonces «famosa» maleta de José Antonio.
El conocido empresario y falangista Pepe Gárate, que mantenía diversos negocios en Méjico (Distrito Federal) se hace con la maleta y la trae a España entregándola con todos sus efectos a Miguel.
En la maleta había 131 documentos, de los que luego Miguel solo publicaría 77 en su ya conocido libro «Los papeles póstumos de José Antonio», esperando casi veinte años desde la entrega de la maleta hasta la publicación del libro.
Efectivamente, Miguelito Primo de Rivera no publica el libro de los papeles póstumos de José Antonio hasta el año 1996, alegando la importancia de los documentos y el interés de Franco por su conocimiento (curiosamente cuando recibió la maleta Franco ya estaba muerto).
Pues bien, después de una ardua labor investigadora, hemos descubierto que una vez más se manipuló y tergiversó uno de los hechos importantes de la historia de la Falange, como es el proyecto de su Jefe Nacional , José Antonio, para intentar acabar con la guerra en el mes de agosto de 1936, proyecto que se creía desconocido hasta que lo desveló Prieto en Méjico, cuando la realidad es que se conocía en toda Europa y obviamente también en la España nacional ya desde el verano de 1937, ocultándose a la opinión pública dicha propuesta de José Antonio.
Y esta afirmación en absoluto es gratuita, el que entonces era Secretario General de la Falange, Raimundo Fernández Cuesta, que desde antes del 18 de julio estaba preso en la cárcel Modelo de Madrid, por iniciativa de Indalecio Prieto fue canjeado en agosto de 1937, y el propio Raimundo en sus memorias reconoce que Prieto le entregó una serie de documentos:
«Me entregó la fotocopia del testamento de José Antonio así como de otros papeles existentes en su celda, entre ellos, un manifiesto enjuiciando la situación creada por la guerra y proponiendo un programa de solución y dos listas de gobierno en las que figuraban los nombres de Martínez Barrio para Presidencia, Sánchez Román para Estado, Melquiades Álvarez para Justicia, Miguel Maura Marina, Portela Gobernación, Ruíz Funes Agricultura, Ventosa Hacienda, Ortega y Gasset para Instrucción Pública, Prieto para Obras Públicas, Viñuales Industria y Comercio y Marañón Trabajo y Sanidad».
Es decir, el propio Fernández Cuesta reconoce años después en su libro de memorias que antes de ser canjeado recibe de manos de Indalecio Prieto el testamento de José Antonio (del que ya hablaremos en una futura reseña) y el manifiesto propuesta para acabar con la guerra con nombramiento de nuevo gobierno.
Pero curiosamente Raimundo nos sigue contando, para disculpar su responsabilidad y la del Régimen del General Franco en la ocultación de este último manifiesto de José Antonio, lo siguiente:
«No obstante y dado lo avanzado de la hora acordamos pasar la noche en Biarritz, en el Hotel Du Palais. Dejé en mi habitación la maletita que contenía los documentos que Prieto me entregó y el salvoconducto de Giral, bajé al comedor y al volver a la habitación tuve la sorpresa de que la maleta, con todo su contenido, había desaparecido.»
Casualmente, los papeles que le entrega Prieto a Fernández Cuesta le son ¿robados? en su propio hotel, lo que en todo caso no le exime de responsabilidad, pues lógicamente en la primera entrevista que tuviera con el General Franco no dudamos en absoluto que le explicaría el contenido de los documentos recibidos de Prieto, y ante el peligro que tenía la publicación o conocimiento general de éstos, el Régimen decidió ocultarlos.
Pero en un alarde dialéctico, incluso podríamos dar por buena la versión de Raimundo, y hasta pensar que el propio Fernández Cuesta ocultó a Franco el contenido de los documentos de los que había sido depositario, pero lo que no podemos obviar, y este es el importante descubrimiento realizado, es que el periódico oficial del partido nacionalsocialista alemán «Völkischer Beobachter», en su edición del 26 de julio de 1938, fecha en la cual todavía en la llamada España nacional no se había reconocido ni siquiera la muerte y fusilamiento de José Antonio ocurrida casi dos años antes, publicaba un artículo refiriéndose claramente al manifiesto-propuesta de parar la guerra realizado por José Antonio en agosto de 1936.
Efectivamente, el citado periódico nazi publicaba un artículo denominado «Falsificación de un testamento por los rojos españoles», enviado por el corresponsal del periódico en San Sebastián, del que entresacamos por su importancia los siguientes párrafos:
«Recientemente, los rojos han intentado que se dé crédito a un testamento del líder falangista, en el que de manera temeraria no se reflejan más que las propias intenciones de ellos. A la usual manera judía, en ese testamento las mentiras se mezclan con verdades para darle al conjunto una apariencia de verosimilitud.»
«Sin embargo, aparte del testamento, se dice que José Antonio Primo de Rivera dejó otro documento. Se trata de apuntes, por así decirlo, del esbozo de un trabajo a realizar posteriormente.
En estas notas y aquí está el quid de la cuestión, él mismo propone el fin de la guerra. Exigiría una amnistía general. Propondría la creación de un gobierno formado por personalidades liberales. El primer ministro que José Antonio Primo de Rivera quería, debería ser nada menos que Diego Martínez Barrio … «
«El descaro judío que se muestra en este asunto solo es superado por la estupidez con la que se ha llevado a cabo. Barrio, como todo el mundo sabe en España, ha sido el más alto francmasón de España, y es posible que lo siga siendo en la actualidad. Que José Antonio lo hubiera elegido como presidente de España es una insinuación tan impertinente que revela desde el principio toda la mendacidad de la maniobra de los rojos españoles».
Es decir, el periódico oficial del partido nazi alemán, en su edición del 26 de julio de 1938, publicaba la noticia remitida por su corresponsal en San Sebastián, de lo que ellos entendían que era una maniobra del Gobierno rojo español falsificando un manifiesto de José Antonio para perjudicar al Gobierno de la España nacional.
Es claro por tanto, que en círculos de poder de la entonces España nacional, se conocía en el verano de 1938 la existencia del manifiesto de José Antonio, y para ocultarlo a la opinión pública, incluso inventaron el bulo de que era un documento falsificado por los rojos para mermar obviamente la moral de la España nacional.
Pero más aún, al final de la primavera de 1938, el Juez Federico Enjuto, que había instruido la causa penal contra José Antonio en Alicante y que había dictado su Auto de procesamiento, cuando había huido de España ante el incumplimiento de las promesas que había recibido de Prieto y otros gerifaltes socialistas de entregarle una cuantiosa cantidad de dinero a cambio de haber procesado a José Antonio, en Toulouse realiza unas declaraciones ante un nutrido grupo de periodistas en las que revela:
«Que tenía en su poder varios documentos de José Antonio, entre ellos uno en el que pedía amnistía general y el fin de la guerra.»
Esto mismo volvió a declararlo poco tiempo después cuando se estableció en San Juan de Puerto Rico.
Por todo ello y en contra de lo creído hasta ahora, es falso que el manifiesto o propuesta de José Antonio de agosto del 36 para intentar acabar con la Guerra Civil fuera totalmente desconocido en España como mínimo hasta el año 1947, fecha en la que Prieto alude a dicho documento en la revista mejicana «Mañana», y que muchos años después fue divulgado por el sobrino de José Antonio en 1996, en su libro «Papeles póstumos de José Antonio».
Como decimos, en Francia, Alemania, América y por supuesto en la entonces llamada «España Nacional», se conocía
el contenido del manifiesto de José Antonio, siendo arteramente ocultado para que no se conociera la verdadera voluntad del Jefe de la Falange de parar de inmediato la guerra y mediante la formación de un gobierno provisional acabar con aquella lucha fratricida.
Hoy ponemos luz a otro de los episodios oscuros de la biografía de José Antonio y por tanto, de la historia de la Falange, descubriendo que el manifiesto político realizado por José Antonio a principios de agosto en la cárcel de Alicante, en el que proponía el fin inmediato de las hostilidades, la amnistía general y la formación de un nuevo gobierno, fue ocultado al conocimiento de los falangistas y de todos los españoles en general de la zona nacional, iniciando ya desde entonces la tergiversación y manipulación de la figura política de José Antonio.
(En la fotografía que publicamos se encuentra la cabecera del periódico nazi que dio la noticia en julio de 1938, la lista del gobierno propuesto por José Antonio y una de las páginas del manifiesto, todas ellas del Archivo de los Guardianes de la Memoria Azul).

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REDACCIÓN
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