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Fue también el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, patrona de la infantería española pero no de 1585 sino de 1941. Desde los gloriosos tiempos de los Tercios a raíz del milagro de Empel, en la guerra de Flandes, la Inmaculada Concepción ha sido y es venerada como Patrona del a Infantería española. Incluso en nuestros mismos días la Virgen, en la entrañable advocación del Pilar ha sido inspiración y esperanza de los agentes de la Guardia Civil en los momentos más difíciles del terrorismo en Vascongadas, como ellos mismos han explicado.
Esa devoción y esa relación tan especial entre la Inmaculada Concepción y el Ejército español se puso de manifiesto también en muchos momentos especialmente importantes de la historia de España como en la Guerra Civil o Cruzada Nacional de 1936-1939. Y se manifestó también en la gran aventura idealista de contenido patriótico, anticomunista y católico que fue la División Azul en Rusia, entre 1941 y 1944.
Una batalla fundamental de la División Azul en Rusia a los pocos meses de su llegada al frente fue la de la cabeza de puente del río Voljov, dentro de las operaciones del sitio alemán de Leningrado (San Petersburgo). El centro neurálgico de esa batalla fue la lucha por la población de Possad entre noviembre y diciembre de 1941.
Possad era una posición aislada a 13 kms de las líneas españolas donde durante el citado mes se desarrolló una batalla muy dura entre el Regimiento 269 de la División Azul y fuerzas rusas superiores en número. La posición que formaban Possad y otras aldeas de la zona fue asaltada por fuerzas soviéticas con empleo de aviones, tanques, lanzallamas y artillería pesada. Los soldados españoles respondieron luchando con gran coraje a temperaturas medias de casi 30 grados bajo cero logrando rechazar todos los ataques rusos, algunos de los cuales llegaron a ocupar parte de la posición hasta ser expulsados por los contraataques de los soldados españoles.
Además, el camino de 13 kms hasta el resto de las posiciones españolas al otro lado del río era constantemente minado y atacado por los rusos con amenaza de ser cortado. Esta batalla, sobre todo durante sus últimas fases, a partir de diciembre de 1941, forma parte de lo que la historiografía militar alemana conoce como batalla del saliente de Tikhvin, donde la División Azul y la vecina división alemana 126 jugaban un papel fundamental para frenar una gran ofensiva soviética para liberar Leningrado, puesta en marcha a partir del 3 de diciembre. La División Azul se enfrentaba a 2 divisiones soviéticas y la 126 alemana a otras cinco.
En Possad murieron unos 500 soldados españoles y el doble de rusos, más de 1000. Pero pese al heroísmo de los soldados españoles, la situación se volvía crítica para la División Azul. Sus bajas estaban siendo muy altas, los heridos se contaban por miles y la superioridad numérica rusa era muy clara. En realidad, todo el frente alemán en Rusia se tambaleaba en aquellos momentos, bajo el contraataque de fuerzas rusas numéricamente superiores, a temperaturas polares.
El general Muñoz Grandes que mandaba la División se dió cuenta de que, si la cabeza de puente del Voljov, cuyo núcleo era Possad cedía, se perdería de golpe la mitad de la División Azul. A partir de diciembre los soldados españoles ya solo podían mantener abierta la carretera que conectaba Possad y el resto de la cabeza de puente del Voljov con el resto de las líneas españolas al otro lado del río, con gran esfuerzo y sufriendo grandes bajas.
Pero lo más grave de todo era que si la cabeza de puente, que ya estaba muy presionada, cedía, podía perderse toda la División Azul, si los rusos seguían avanzando y llegaban a Novgorod, lo que parecía posible ante la falta de reservas. El 7 de diciembre el general Muñoz Grandes fue informado de que las posiciones españolas en la cabeza de puente estaban ya casi totalmente cercadas por fuerzas rusas muy superiores y que era imprescindible una inmediata retirada al otro lado del río para evitar una catastrófica rendición de la mitad de la División Azul a las fuerzas rusas.
Si la retirada se aplazaba solo 24 horas más tarde sería ya tarde. Así pues, el general Muñoz Grandes se decidió a ordenar la evacuación de la cabeza de puente hacia el otro lado del río Voljov ante el riesgo inminente de que la División fuera cercada y envuelta por los rusos. Las fuerzas alemanas de la zona también se retiraron.
Fue una sabia decisión tomada justo a tiempo. De esta forma la División pudo recuperarse, restablecer un frente sólido y prepararse para las duras batallas del año 1942. Se dio la circunstancia de que el día que se llevó a cabo la retirada táctica fue el 8 de diciembre, dia de la Inmaculada Concepción, Patrona de la Infantería española. Concretamente empezó en la noche del día 7 pero fue durante la madrugada del ya día 8 cuando se llevó a cabo toda la fase principal del repliegue. Fue un éxito táctico. Los rusos se vieron sorprendidos y la retirada se completó sin apenas bajas españolas.
Quien no tenga Fe lo considerará una casualidad, pero para el Cielo no hay casualidades. El hecho fue que el día de la Inmaculada Concepción, patrona de la Infantería española la División Azul se salvó en el último momento de un destino que podría haber sido fatal. Tal vez no sea de extrañar, teniendo en cuenta que muchos de aquellos soldados de la División Azul también honraban a la Virgen en ocasiones, rezando el Rosario cuando podían y teniendo en cuenta también que sobre su religiosidad hay numerosos testimonios.
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