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Para el nacionalismo vasco, la batalla de las Navas de Tolosa es un tema complicado. Por un lado no puede dejar de señalar, incluso con un cierto orgullo, que la participación vasca en la batalla fue importante pero por otro lado en la mayoría de las veces procura ignorar el tema dado que este simple dato supone una absoluta confirmación de la hispanidad de vascos y navarros.
 
 El 16 de julio de 1212 tuvo lugar la batalla de las Navas de Tolosa, la más importante de la historia de la Reconquista española. En ella un ejercito de unos 70.000 cristianos derrotó decisivamente al ejército marroquí almohade de entre 100 y 150.000 soldados, cerca de Úbeda, Jaén. En la batalla estuvieron presentes el rey de Castilla Alfonso VIII, el de Aragón, Pedro II y el de Navarra, Sancho el Fuerte. En ella la participación de soldados y caballeros vascos, dentro del contingente castellano fue importante en cantidad y calidad. Según autores vascos como Ibarguen o el historiador del siglo XIX Labayru en su clásica obra «Compendio de la historia de Bizcaya», el número de vizcaínos pasó de 2500.
 
Y en la batalla tuvo un papel muy importante el señor de Vizcaya, Diego López de Haro II, vasallo de Alfonso VIII y uno de los nobles más importantes de Castilla. El señor de Vizcaya dirigió el cuerpo central del ejército cristiano en la batalla, que se lanzó contra el ejército musulmán al que al principio hizo retroceder, pero al que luego el contraataque moro puso en graves dificultades.
 
La batalla estuvo entonces muy indecisa (incluso en un determinado momento Alfonso VIII llegó a verla perdida) hasta que finalmente el último ataque de los ejércitos cristianos de las alas izquierda y derecha consiguió penetrar y destruir al grueso de las tropas musulmanas. Según la tradición fue el rey de Navarra Sancho el Fuerte el que rompió las cadenas de la tienda fortificada del sultán musulmán y certificó la victoria. Desde entonces se incorporaron las cadenas al escudo de Navarra.
 
Caballeros de los principales linajes vizcaínos del momento participaron en la batalla. Según Labayru se hallaron en ella entre otros los de Mendoza, Avellaneda, Frúniz, Olaeta, Arratia, Aguirre, Ibarra, Aulestia, Zamudio, Bermeo, Artunduaga, Guevara, Bidaurre, Oteiza, Arázuri…, además de los dos hijos de D Diego, Lope y Pedro. Y eso sin contar la participación de los guipuzcoanos, que fue al menos de varios cientos de caballeros y soldados. También fue destacada la participación, también voluntaria, de los alaveses, al mando de Rodríguez de Mendarozqueta.
 
En su línea de negación y tergiversación flagrante de la historia, el nacionalismo vasco, sobretodo el radical para el cual Navarra (y no Vizcaya) es «el corazón de Euskal Herria», no duda en minimizar e incluso negar (o calificar de mito) el papel de vascos y navarros en la batalla. Por eso elimina siempre que puede las cadenas del escudo de Navarra, máximo símbolo histórico de Navarra (y a la vez, de su implicación en la Reconquista y por tanto de su hispanismo). Así se trata de ocultar la historia auténtica de Vascongadas y Navarra.

Autor

Rafael María Molina
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