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En 20 años hemos hecho el trabajo que no hicieron veinte generaciones
“El movimiento se hizo con la voluntad firme de abolir privilegios y de asegurar a los españoles la justicia, la paz social, el acceso a la cultura y el bienestar económico”
La democracia no es votar cada cuatro años. La Democracia es libertad, sí, pero una libertad con orden, con autoridad y en la que haya trabajo para todos.

 

 

TRAS un intenso repaso a todos los escritos del Generalísimo Franco, al fin, hemos podido entresacar para este número «extra de agosto» lo que nosotros llamamos «las profecías de Franco». Es decir, las previsiones que a lo largo de su vida hiciera el Caudillo con respecto al futuro que se iniciaría en el momento de su desaparición.

 

Y resulta verdaderamente revelador, y a veces hasta sorprendente, la capacidad de «visión de futuro» que muestra en algunas de sus previsiones. Porque es increíble el conocimiento de los españoles y de la situación política que podría plantearse a su muerte y porque, desgraciadamente, todo cuanto ha ocurrido desde aquel triste 20 de noviembre de 1975 ha venido a darle la razón.

 

Francisco Franco no sólo supo ser el hombre clarividente en la encrucijada de la historia de España, el artífice de la paz y del desarrollo, sino el hombre de Estado capaz de adivinar los derroteros que habría de seguir España en su ausencia y los peligros que nos acecharían en el camino. Lo que demuestra que, contra los ataques de sus enemigos, fue siempre a lo largo de su vida un gran conocedor del complicado espíritu español y de la no menos complicada idiosincrasia política de la sociedad española.

 

Ya es sintomático que un artículo publicado en «La Revue Belge» el 15 de agosto de 1937 el joven generalísimo se preguntase: ¿Y mañana? ¿Cómo será la España del futuro, para la cual trabajamos nosotros con todo fervor? Y es que, contra lo que piensen sus enemigos, a Franco siempre le preocupó el futuro. Porque como estadista que era sabía perfectamente que nada se gana hoy si se pierde el mañana. De ahí su preocupación continua y perenne de sembrar. Porque nunca será suficiente resaltar que Franco se pasó su vida «sembrando» para el mañana.

 

 

A lo largo de este «Documento» usted lector podrá encontrar lo que, sin duda, pueden considerarse como verdaderas «profecías». En primer lugar parte del texto de aquel artículo de 1937 en el que ya se preguntaba ¿cómo será la España del futuro, para la cual trabajamos nosotros con todo fervor? En segundo lugar, una selección de textos en el que se hace referencia a «el asalto comunista a España» (que «cuando el comunismo echa su garra sobre una nación no la suelta jamás»). En tercer lugar, el texto íntegro, casi inédito, del discurso que pronunció con motivo de la inauguración del Valle de los Caídos: «La anti-España no ha muerto y tomará formas nuevas de acuerdo con los tiempos». En cuarto lugar, párrafos de sus discursos más destacados bajo el denominador común de un título totalmente actual: «la democracia que interesa a España». Y en quinto lugar, la solución que España necesitaba, o sea: «ni marxismo ni capitalismo, LA TERCERA ESPAÑA.

 

 

LA TERCERA ESPAÑA (ni marxismo ni capitalismo)

NO queremos a España dominada por un solo grupo, sea éste o el otro, ni el de los capitalistas ni el de los proletarios. España es para todos los españoles que la quieran y la sirvan en la disciplina política del Estado. Es de los que por su salvación cayeron aquí y allí, de las generaciones que forjaron su Historia y ganaron sus glorias. Porque es de todos estos, nadie puede llamarse a su exclusivo usufructo. Pecan y yerran por igual los que animan en torno de nuestra Cruzada ansias restauradoras de privilegios y abusos, y aquellos otros que, sólo preocupados por el aplauso fácil, quieren traer sonidos demagógicos. Yo, a este respecto, quiero recordar a las Juventudes de Falange Española Tradicionalista y de las JONS la honestidad de todos los discursos de José Antonio, aun habiéndose pronunciado en épocas en que la oposición al régimen de ignominia daba licitud a la licencia. Nuestro Movimiento restaura para todos el orden de la Patria y, en él y por él, tiene para todos los españoles al pan y la justicia.

(19-IV-1938: Zaragoza.- Aniversario de la Unificación.)

 

 

ESPAÑA, ENCONTRADA A SÍ MISMA

España se ha encontrado a sí misma. Un día la voz de FET y de las JONS, por boca de su noble precursor, proclamó que ser español era «una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo», y que «había que devolver a los españoles el orgullo de serlo». Y hoy, como vosotros, nos sentimos orgullosos de ser españoles.

España se ha asomado al mundo.

(17-IV-1939: Sevilla.)

 

 

UNIDAD SOBRE LA VARIEDAD

Nosotros sabemos mejor que nadie -porque nuestro pueblo español es vario­ que de la más rica variedad suele brotar la unidad más potente cuando por sobre aquella se eleva una fuerte conciencia unitaria de común destino histórico.

(20-II-1941: Madrid.)

PERFECCIONAMIENTO DE NUESTRA OBRA

Que nuestra obra necesita perfeccionamiento es evidente; en esto consiste nuestro afán de cada día: mejorarla y perfeccionarla en cuanto tenga de perfectible; pero juzgándola por sus frutos, por la forma firme y segura con que cumple y culmina sus distintas etapas.

(17-VII-1944: Consejo Nacional.)

  

LA REVOLUCIÓN NECESARIA

La Revolución española no puede comprenderse sin conocer el estado político, económico y social que la precedió, sin el análisis de un siglo de desdichas, que ya hace más de cuarenta y cinco años hacía exclamar a aquel gran patriota que se llamó don Antonio Maura aquellas frases de “que la revolución era de todo punto necesaria para la vida del país”.

(20-VI-1945: Madrid.- Radio Nacional.)

EL MOVIMIENTO Y LA ANHELADA REVOLUCIÓN

Toda guerra entraña una revolución y un avance hacia formas nuevas y esperanzadoras, pero no hacia las viejas y agotadas. Los que en España quisieron sacar de la victoria consecuencias de orden reaccionario están completamente equivocados. Los problemas políticos en sí solo interesan ya por lo que representan en el orden económico-social, y España lleva más de un siglo pendiente de su revolución. Los cambios políticos que en aquellos tiempos se sucedieron constituyeron sólo una sustitución de las personas, pero no fueron capaces de realizar la evolución que el pueblo anhelaba. Precisamente por haberse hurtado España, varias veces en un siglo, a realizar su revolución, se mantenía en un estado de atraso y de injusticia que hacía su situación insostenible. El acierto de nuestro Movimiento ha sido ese: que hayamos acertado a descubrir la era social que indefectiblemente se aproximaba, y también en la elección del camino que la nación necesitaba, sabiendo sacar de los errores ajenos experiencia y enseñanza.

(17-VIl-1945: Consejo Nacional del Movimiento.)

 

¿QUÉ ES NUESTRA REVOLUCIÓN?

¿Y, qué es nuestra Revolución? Nuestra Revolución es lo contrario de lo que por el mundo el vulgo entiende; nuestra Revolución son los brazos abiertos, no los puños cerrados; nuestra Revolución es la justicia; nuestra Revolución es la elevación moral de nuestros hijos; nuestra Revolución es el pan de cada día; nuestra Revolución es la justicia en los campos y en la ciudad; la extirpación de los parados; es la multiplicación de las fuentes del trabajo; la hermandad entre las clases; nuestra Revolución es la elevación moral y material de los españoles.

(9-11-1946: Segovia.)

 

LOS TRABAJADORES Y LA GUARDIA DE LA REVOLUCIÓN

Los trabajadores españoles tienen que ser el guardián más firme de la revolución., porque no es diferente para ellos el que la Patria sea más grande o más pequeña. Cuando vienen las crisis y las calamidades, sólo resisten los que tienen reservas; pero no los que viven al día, que tienen que ganarse el pan con el cotidiano esfuerzo; por tanto, está mucho más interesado el trabajador en la paz, en el progreso y en la grandeza de España que los demás. 

(19-V-1946: Oviedo.- Discurso ante los mineros asturianos.)

REDIMIR A LOS HOMBRES Y LAS TIERRAS

El Movimiento Nacional se ha propuesto redimir a los hombres y a las tierras de España, llevar la alegría y el sol a los hogares y el bienestar al campo. No es una obra de un día, es una obra de tenacidad, de trabajo, de constancia, de colaboración y de ayuda de todos.

(3-X-1946: Palencia.)

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REVOLUCIÓN CONSTRUCTIVA

Este es el Movimiento Nacional; no es una revolución que destruya, no es una revolución de dinamiteros, no es una revolución de holgazanes ni de parásitos, no es una revolución de trabajadores, de constructores, de hombres que levantan sobre las piedras y sobre el suelo español casas, viviendas higiénicas, y que ambicionan a repartirlas entre los trabajadores españoles. 

(11-VIII-1949: Eibar.- Guipúzcoa.)

LA REVOLUCIÓN NO ES UNA QUIMERA

La revolución no es una quimera, ni una palabra vacía, ni un simple símbolo en torno al cual nos congregamos. Es un quehacer completo, sagrado y excepcional que España necesitaba y que promovió la exaltación y la grandeza del 18 de julio de 1936, después de haber movido a los mayores riesgos y sacrificios a una juventud heroica que se sintió llamada al honor y a la lucha por el resurgimiento de la Patria. La revolución nacional nos pide restaurar los medios de la vida histórica de España en sus leyes e instituciones, porque se había roto la continuidad con imitaciones burdas bajo los efectos de una desazón nacional, cuyas causas habría que buscar en el interior con el debilitamiento producido por las dimensiones de la lucha y los trabajos de fundación y sostenimiento del Imperio, aprovechados por el exterior para introducirnos el germen de nuestra discordia. La revolución nacional exige que promovamos intensamente las fuentes de la riqueza nacional, que la Patria recobre las masas trabajadoras, haciendo que lleguen a ellas verdaderamente por sus Sindicatos, los derechos políticos, no sólo las cargas, sino también las ventajas, los honores y las satisfacciones de la prosperidad, como ya llegaban las dificultades y sacrificios.

(31-XII-1951: Mensaje de fin de año.)

EL DOLOR DE ESPAÑA Y LAS GRANDES OBRAS

Nos dolía España por su sequedad, por su miseria, por las necesidades de nuestros pueblos y de nuestras aldeas, y todo ese dolor de España se redime con estas grandes obras hidráulicas nacionales, con este pantano del Ebro y con los demás que en todas las cuencas de nuestros ríos van creándose, embelleciendo su paisaje y creando ese oro líquido que es la base de nuestra independencia. Sí, señores, de nuestra independencia, porque no hay independencia económica si no hay bienestar en nuestros hogares.

(6-VIII-1952: Inauguración del Pantano del Ebro.) 

DOS FORMAS DE HACER LA REVOLUCIÓN

Hay dos formas de hacer la revolución: una, la violenta de los irresponsables, desmontando hasta sus cimientos el sistema levantado a través de los años para sustituirlo por la quimera de un ideal teórico sin base económica en que poder asentarse; otra, es la de la verdad y las realidades, que reconociendo que un orden económico es obra de generaciones, que no se construye en un día ni puede improvisarse, se mueve en el campo de lo posible, y fomentando el progreso económico, amplía considerablemente los horizontes que la justicia social puede alcanzar. Hay dos maneras de engañar al pueblo: una, la del capitalismo, que trata de ocultarle lo que verdaderamente se le debe y se puede hacer, y otra, es la de deslumbrarle con lo que a todos gustaría, pero que es imposible lograr.

(17-V-1955: Madrid.- Cortes Españolas.)

 

REVOLUCIÓN CREADORA

Nosotros hemos llevado a los hombres a la guerra para hacer una revolución, pero una revolución constructiva y creadora. No nos gustaba la España anterior ni tampoco los sistemas que la aprisionaban, que venían destruyendo toda la potencia creadora de nuestra Patria, aquella potencia creadora de los antiguos tiempos, cuando los reyes eran caudillos defensores del interés del pueblo y de la justicia, en los que habían una cabeza que dirigía y una disciplina y un espíritu elevado. Todo eso sucumbió bajo el liberalismo con el «dejar hacer»; nadie hizo por la Patria ni por el bien común y hemos perdido el siglo más importante de nuestra Historia en luchas internas y banderías, abandonándonos a nuestras miserias.

La provincia de Badajoz constituye en este orden un ejemplo. Y por ello fue para nosotros, desde los primeros tiempos de la Cruzada, una gran preocupación, y quisimos transformarla, cambiando su suerte, para que sirva de ejemplo de lo que puede hacerse en la Nación, pues siendo tan extensa como la nación belga y teniendo grandes posibilidades, la gente vivía miserablemente y se contaban por muchas decenas de miles los parados.

(7-X-1956: Inauguración del nuevo pueblo de Valdelacalzada, Badajoz.)

 

VIGILIA TENSA

La Revolución es como una gran batalla que hay que mantener. No es un combate en que se venza para disfrutar tras él de reposo y descanso; es una lucha continua, necesita de un celo, de una continuidad, de una vigilia permanente; y esta vigilia tensa y permanente no surge de sí misma, la mantiene sólo los que poseen amor al servicio y al sacrificio, esa minoría inasequible al desaliento a la que antes me refería, que si a algunos parezca no interesarle, es decisiva para nuestro porvenir, para el pueblo y para la Nación entera.

(7-X-1956: Valdelacalzada, Badajoz.)

 

TRANSFORMACIÓN DEL ESPÍRITU PÚBLICO 

Evidentemente, el Régimen conserva la misma actualidad. No se trata de corregir causas accidentales, sino permanentes. No era un paréntesis que se abría en la vida de la Nación, sino una transformación completa del espíritu público, una revolución profunda de la sociedad, demandada por la Nación desde hacía muchos años. En veinte años hemos hecho el trabajo que no hicieron veinte generaciones. No se puede olvidar el aplauso con que el pueblo recibió la Dictadura del General Primo de Rivera, las ilusiones que más tarde puso en el advenimiento de la República, la desesperación en que se sumió al verse por ésta traicionado y defraudado y el espíritu, tesón y sacrificios que prodigó en nuestra Cruzada para el logro de la España actual. 

(2-X-1957: Declaraciones al Director de la Agencia EFE.)

 

ABOLIR PRIVILEGIOS Y ASEGURAR LA JUSTICIA

El movimiento se hizo con la voluntad firma de abolir privilegios y de asegurar a los españoles la justicia, la paz social, el acceso a la cultura, a la seguridad y al bienestar económico. De aquí el respeto a la propiedad privada, subordinada al bien común, y la protección a la empresa entendida como asociación de capital, la técnica y el trabajo al servicio de la economía de la nación.

(18-V-1958: Madrid.- Cortes Españolas.)

EL ASCO POLÍTICO DE LOS VIEJOS SISTEMAS

Nosotros entendemos la política de otra manera; queremos curar a España de aquel asco político que los viejos sistemas la produjeron; la explotación la sustituimos nosotros por el servicio. La política la convertimos en un acto de servicio a España. No nos bastaba que una vez cada tres años hiciéramos una consulta al pueblo. Era necesario vivir la angustia de los pueblos, los anhelos de la Nación, llegar a la entrada de la misma para conocer sus imperiosos deseos, conocer la fatiga de nuestros hombres cuando se inclinan sobre el arado o descubrir las distintas realidades de la Nación y servir con soluciones sus propios anhelos. Y para ello hemos vuelto por los fueros de la verdadera democracia; no la inorgánica y falsa que por ahí fuera se lleva, sino la que se alimenta e inspira en las ansias del pueblo.

(15-VI-1958: Castellón de la Plana.)

REDENCIÓN DE VIEJAS TARAS

Uno de los puntos más trascendentales de nuestra política es el de la redención del campo, y no podía ser de otro modo cuando el Movimiento Nacional vino a redimir a España de sus viejas taras, de sus vicios y de sus miserias.

(7-IX-1958: Valle de Barcala, Galicia.)

ANHELOS CONTENIDOS DURANTE MÁS DE UN SIGLO

Todo esto representa nuestro Movimiento, la realización de unos anhelos contenidos durante más de un siglo. Lo que prueba que el Movimiento Nacional ha echado raíces en esta tierra como en todas las provincias de España, que garantiza su vida y permanencia como algo consustancial con el progreso de la Nación y el porvenir de las futuras generaciones.

(8-IX-1958: Feria Provincial de Lugo.)

 

 

AFÁN DE PERFECCIÓN Y ESPÍRITU DE SERVICIO

Esta inquietud política de nuestro Régimen por la perfección de nuestros hombres, por la formación y encauzamiento de nuestras juventudes, en que basar una España mejor, es esencial para el futuro de la Patria. No basta la obra fría de la Administración; hace falta ejecutarlo con gracia y calor, y ese calor sólo lo puede dar el espíritu de servicio de una minoría inasequible al desaliento, con fe en España y que cree en los españoles.

(20-X-1958: Madrid. -Concursos Nacionales de Formación Profesional.) 

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LA POLÍTICA NO COMO PODER, SINO COMO SERVICIO

La política ha de ser entendida no como poder, sino como servicio, como misión, y ha de ser realizada y servida con entereza, sencillez y humildad. Quien gobierna ha de saber renunciar a la vanidad y ha de conducir el navío del bien común a buen puerto, buscando y preparando la adhesión y el asentimiento, aunque para ello tenga que frenar y tomar en determinadas coyunturas rumbos distintos a aquellos que, por falta de datos o desorientación, pudieran considerar algunos como más convenientes. Es más cómodo situarse a favor de los instintos, como es sumamente fácil el gesto teatral de cara a la galería. Pero la política no es el carro de la farándula, la política no es teatro, sino la acción prudente sobre la completa realidad de un pueblo con sus virtudes y sus pasiones. Siempre hemos confiado en la rectitud insobornable del hombre español, en la nobleza con que termina respondiendo ante la presencia de lo auténtico, en la sinceridad y gallardía con que reconoce la pureza de intención y los aciertos. Nunca se vio fallida esta confianza.

(31-XII-1958: Mensaje de fin de año.)

LA OBRA DE UNA GENERACIÓN

Yo quiero recordaros que la obra que hemos empezado y que comenzáis a disfrutar de ella es un trozo de la obra de una generación. No es una obra rápida que se termine en dos o tres años; es una obra que comprende a nuestras generaciones, a mi generación y a la vuestra, y esto requiere que España viva en una continuidad política, en una seguridad absoluta en la mañana, que está en vosotros el sostenerla y mantenerla si queremos que no se tuerzan estos grandes proyectos. Sólo así sostendréis la continuidad de este resurgimiento que no es beneficio para una comarca ni para un pueblo, sino que es beneficio para todos, beneficio para España entera. Porque de la riqueza y de la renta de las tierras regadas disfrutan todos los españoles: disfruta el comercio, disfruta la industria, disfrutan los transportes, se reparten bienes por toda la Nación que ayudan a alimentar a esta España que nosotros queremos hacerla muy grande con el esfuerzo aunado de todos vosotros; que, si habéis sido mis fieles soldados en la guerra, sabéis ser también mis fieles colaboradores en la paz.

(9-IV-1959: Egea de los Caballeros, Zaragoza.- Tierras de Aragón.)

 

 

SUPERAR ABANDONOS

 

Pero hemos de tener en cuenta que hemos de superar abandonos de cerca de un siglo, y para superar ese abandono se requiere tiempo y trabajo; hace falta que permanezcamos unidos; no podemos abandonarnos a las luchas intestinas pasadas, a las discusiones estériles y a la pérdida de tiempo; el atraso nos exige eficacia.

 

(20-IV-1961: La Carolina, Jaén.)

 

 

RESPUESTA A LOS TIEMPOS MODERNOS

 

Nosotros advinimos el Alzamiento Nacional para evitar que España se sumiese en el comunismo, pero no para volver a la base de partida, sino para construir y hacer una revolución nacional, una revolución constructiva, una revolución creadora; implantar un nuevo concepto político que respondiese a los tiempos modernos y abandonar para siempre un sistema indiferente a la explotación inicua del hombre.

 

(21-IV-1961: Marmolejo, Jaén.- Inauguración de Granja Escuela.)

 

 

 

 

RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO

 

Tenemos que recuperar el atraso de un siglo, y solamente podremos recuperarlo si ponemos todos un interés en servir y sabemos guardar esta política, porque esta política es la única que puede levantar al país.

En lo espiritual nadie podrá marchar más lejos de lo que nosotros pretendemos ir; en lo social, tampoco admitimos que nadie nos adelante, y en lo nacional, nosotros queremos una Patria resurgida y grande, una Patria que sea madre amorosa para todos los españoles, y que éstos puedan amarla con los más cálidos acentos de su alma.

 

(29-IV-1961: Granada.- Inauguración Escuela Profesional Sindical «Virgen de las Nieves».)

 

 

HACER UNA ESPAÑA NUEVA

 

Cuando hace veinte años, en este mismo mes de abril, terminada nuestra guerra de Liberación, me acerqué a vosotros, pesaban sobre mis espaldas todos los problemas de España: forjar la unidad entre los hombres y las tierras de España, traer agua a las tierras sedientas, aliviar las miserias acumuladas al correr del tiempo: cubrir la falta de viviendas, destruir las barracas, suprimir las cuevas, toda esa ingente lucha contra el analfabetismo, de extensión de la cultura, formación profesional, elevación del nivel de vida, justicia social, lucha contra las endemias; en pocas palabras, la responsabilidad de hacer una España nueva.

 

(29-IV-1961: Granada.)

 

 

RECTIFICACIÓN POLÍTICA

 

Nosotros venimos a rectificar una política de siglo y medio de abandono, no porque no tuvieran voluntad aquellos hombres que os gobernaron, que individualmente eran como nosotros y tendrían análogas ansias; pero lo que no lo permitía era el sistema político que imperaba, la política del dejar hacer, de la explotación del hombre por el hombre, de la permanencia de las injusticias sociales, del conformismo con la situación, del pesimismo y de la falta de fe. Y todo eso hemos venido a corregirlo, porque perseguimos el logro de una España mejor bajo el imperio de la ley de Dios, que sea más justa y más fraterna.

 

(4-V-1961: Córdoba.)

 

 

ASCENSIÓN DE GRANDES SECTORES POPULARES

 

En el mundo existen factores que tienen vitalidad pujante, que se abren paso hacia un orden distinto. Entre ellos, la ascensión cultural y política de los grandes sectores populares, los cada día más amplios y numerosos equipos técnicos insertos en las grandes explotaciones industriales y comerciales y la atención e interés que despierte -¿por qué no decirlo?- el fenómeno comunista, que, pese a su incompatibilidad con la dignidad de la persona humana y con cuanto el hombre más necesita, ha logrado, a través de la racionalización, alcanzar en órdenes, como es el de los avances científicos e industriales básicos, un potencial de primer orden. La influencia que estos factores han de tener en el futuro político del mundo es evidente.

 

(2-X-1961: Monasterio de las Huelgas, Burgos.- IX Congreso Nacional.)

 

 

BASES ECONÓMICAS DE UNA REVOLUCIÓN

 

Cuanto en el orden económico en una revolución intente hacerse, no puede realizarse destruyendo las bases en las que el complejo económico se asienta, sino todo lo contrario, mejorándolas y saneándolas y prescindiendo sólo de ellas cuando se hayan podido constituir otras más firmes y seguras. El descenso del nivel de vida y la agudización de los problemas en los pueblos en que demagógicamente obró la violencia, es hoy notorio en numerosos países, con la terrible agravante de que el fracaso económico les arrastrará indefectiblemente a nuevas convulsiones políticas.

 

(2-X-1961: Monasterio de las Huelgas, Burgos.)

 

 

REVOLUCIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICOSOCIAL

 

Esta es la causa principal de que nuestro Movimiento y nuestra Revolución hayan constituido una revolución sincera, que presenta dos ramas: una política y otra económicosocial. La política porque la política es el arte de gobernar a los pueblos bajo los principios de una doctrina que percibiendo el bien común los haga más felices. Otra, económicosocial, porque lo económicosocial caracteriza todos los movimientos políticos modernos y que aún bajo el antiguo tinglado de la farsa política se acusaba como una realidad que vosotros, como yo, conocisteis.

 

(10-III-1962: Madrid.- Clausura del III Congreso Sindical.)

 

 

ANSIAS DE REVOLUCIÓN

 

Y es que en España había ansias de revolución. Nadie estaba conforme con la España que padecíamos; la revolución estaba en todos los sectores; unos la querían para salvar los valores de la espiritualidad en trance de derrumbarse; otros, para asegurar el respeto de la conciencia; muchos, por la justicia social y para la elevación del nivel de vida; otros, porque las esencias de la Patria, esa Patria que a todos los cobija, estaban en trance de fraccionarse y desaparecer, y muchos otros para evitarnos la esclavitud del comunismo que nos amenaza. Unos y otros, todos, pugnaban por una revolución. Por eso se acogió con aquel calor a la República, que en pocos años nos defraudó, sumiéndonos en fango, sangre y lágrimas.

 

(17-VII-1962: Madrid.- Inauguración del Poblado del Gran San Blas.)

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