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Los Juegos ya nunca volvieron a ser lo mismo desde aquel 5 de septiembre de 1972, en Munich, cuando un grupo terrorista palestino ingresó en la Villa Olímpica, asesinó a dos miembros de la delegación israelí y tomó como rehenes a nueve más, para que todo terminara horas después con una masacre de deportistas jamás vista.
Hasta las 3.30 de ese día, todo transcurrió con normalidad en los Juegos. Pero a esa hora, un grupo de ocho terroristas de la agrupación Septiembre Negro (una escisión radicalizada de la organización Al Fatah, de Yasser Arafat) ingresó en la Villa, vestido con ropas deportivas y cargando bolsos de gimnasia. A nadie le llamó la atención el celo que tenía ante cada mirada ni la hora del ingreso; tampoco fue requisado.
Con esa libertad, los terroristas ingresaron en el pabellón de la delegación israelí y mataron a Moshe Weinberg, entrenador del equipo de lucha, y al pesista Josef Romano. Y tomaron por rehenes a buena parte del conjunto asiático. La policía se enteró del hecho sólo 120 minutos después y, a partir de allí, comenzaron varias horas de negociaciones.
En la Villa Olímpica, los secuestradores exigían la liberación de prisioneros palestinos en poder de Israel, y le demandaban al gobierno alemán la intermediación. Pidieron, además, escape libre asegurado. En cambio, les propusieron canjear a los rehenes israelíes por altos funcionarios alemanes. No aceptaron; tampoco el dinero que se les ofreció.
Negociaron que les enviarían dos helicópteros para trasladarlos junto con los rehenes a un aeropuerto, donde dispondrían de un avión para viajar a El Cairo (secuestradores y víctimas). Cerca de las 22.20, emprendieron el viaje hacia el aeropuerto de Fuertstenfeldbruck.
Cuando llegaron, los esperaba una emboscada: la policía comenzó a disparar y todo fue un caos. En el fuego cruzado, cayeron muertos algunos de los rehenes y, hacia el final, uno de los terroristas hizo detonar una granada de mano en uno de los helicópteros. Todo terminó cerca de la medianoche, con los nueve rehenes muertos, así como cinco de los terroristas, uno de los pilotos y un policía. Los otros tres secuestradores fueron apresados. El operativo de liberación había fracasado.
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