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El 20 de abril de 1483 tuvo lugar una de las batallas decisivas del período final de la Reconquista, durante la guerra por la conquista de Granada, junto a Lucena, Córdoba. En esta gran victoria cristiana fue capturado el rey de Granada Abd Allah Muhammad Ibn Abi il Hassan, más conocido por los cristianos como Boabdil. Este hecho facilitaría notablemente la posterior conquista del reino musulmán nazarí de Granada por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.

Boabdil, de 24 años entonces, hijo del rey Muley Hacen, se había puesto al frente de un ejército de 3000 soldados con el objetivo de tomar por sorpresa la estratégica villa de Lucena. Boabdil, que se había apoderado del trono que detentaba su padre, Muley Hacen, viejo y enfermo, trató de obtener un importante éxito que le consolidase en el trono como un héroe para su pueblo y que tal vez hiciese que los Reyes Católicos desistiesen de su empeño por conquistar definitivamente el reino de Granada. No hay que olvidar que un año antes, en 1482, las fuerzas cristianas habían sufrido una gran derrota en tierras de Málaga, en lo que se conoce como Desastre de la Axarquía.

Boabdil, ayudado por su suegro Aliatar, gran guerrero, veterano de numerosas incursiones en territorio cristiano, se adentró con su ejército en los campos de Lucena, pero no logró la sorpresa que buscaba pues el comandante de la defensa de Lucena, el “Alcaide de los Donceles” (cargo militar hereditario de la Corona de Castilla en la lucha en la frontera musulmana) Diego Fernández de Córdoba (primo de Gonzalo Fernández de Córdoba, más tarde conocido como el “Gran Capitán”) había enviado exploradores y avanzadas por todos los caminos y había captado la llegada del ejército moro. Encendió las almenaras de las torres y envió mensajeros pidiendo ayuda a su tío, el Conde de Cabra, que aprestó rápidamente a sus tropas desde Cabra para venir en socorro de Lucena.

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Las fuerzas musulmanas de Boabdil trataron de asaltar Lucena pero fueron rechazadas por los defensores cristianos que a toda prisa habían situado pequeños cañones y tiradores de ballesta expertos y habían reforzado los muros de la fortaleza que protegía la ciudad. Después de sufrir numerosas pérdidas los musulmanes se reagruparon y Boabdil, creyendo que podía jugar con el tiempo y que el auxilio cristiano estaba aún lejos trató de convencer con negociaciones a Fernández de Córdoba para que entregase Lucena, pero finalmente se dio cuenta de que estaba perdiendo un tiempo precioso e intentó retroceder con su ejército hasta Granada antes de que llegase el ejército cristiano en apoyo de Lucena. Pero cuando quiso retroceder ya era tarde y su ejército se vio bloqueado por los casi 3000 soldados de infantería y caballería que traía el conde de Cabra.

El ejército del Conde se lanzó contra las fuerzas moras, intentando aprovechar la sorpresa y que éstas se hallaban desmoralizadas al haberse visto de pronto rodeadas por un ejército cristiano al que no esperaban. Las tropas musulmanas fueron arrolladas y se desbandaron. El rey Boabdil luchó con valentía, pero pronto se encontró casi solo y fue obligado a rendirse. Según las crónicas el soldado que lo capturó se llamaba Martín Hurtado y era un peón de la ciudad de Lucena. La caballería cristiana cayó sobre las tropas nazaríes en desbandada y dio muerte según las fuentes cristianas a entre 800 y 2000 musulmanes. Aquel día quedó vengado el desastre de la Axarquía del año anterior. Aliatar murió en la batalla. Su tienda de campaña y su espada se exhiben hoy en el Museo del Ejército, en Toledo. (aunque al paso que vamos con los complejos políticamente correctos, cualquier día el Gobierno se las devolverá a Marruecos o a la Comisión Islámica de España)

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Boabdil fue llevado preso a la torre de Porcuna, en Jaén y tras ser tratado con cortesía por los Reyes Católicos acordó con ellos volver a Granada. Boabdil se convirtió en vasallo y aliado de los Fernando e Isabel. Pero el tío de Boabdil Muhammad Al Zagall, conocido como El Zagal por los cristianos se sublevó y se proclamó rey en 1485, declarando la guerra santa contra los cristianos. Obtuvo el apoyo de la mayor parte del reino, aunque Boabdil mantuvo su dominio sobre la ciudad de Granada y otras zonas. La guerra civil entre los musulmanes ayudó mucho a los cristianos a conquistar el reino. Boabdil se sublevó después contra Isabel y Fernando y obtuvo de hecho, algunas victorias, pero la superioridad cristiana se impuso finalmente y Boabdil rindió Granada definitivamente el 2 de enero de 1492.

Boabdil pasó a África en 1493 y se puso al servicio del sultán del reino de Fez, en Marruecos. Murió muchos años más tarde, en 1533, en una batalla contra rebeldes musulmanes contra el sultán, cerca de Fez. El antiguo Boabdil el Chico tenía entonces 74 años.

Pero el fin de la Reconquista había empezado a decidirse 50 años antes, en Lucena.

Autor

Rafael María Molina