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PUBLICADO  POR LUIS E. TOGORES EN LA RAZÓN

En el invierno de 1936 los nacionales estaban a las puertas de Madrid. Al otro lado de la trincheras de la Universitaria el general Miaja, jefe de la Junta de Madrid, ponía en manos de Santiago Carrillo, con la aquiescencia del anarquista Ricardo Amor, la represión indiscriminada de los desafectos al Frente Popular en la capital. El historiador británico Julius Ruiz cifra en más de 10.000 los asesinados cometidos en aquellos días.

Uno de los colectivos que sufrió porcentualmente una mayor represión y mortandad fue la nobleza madrileña. En las 345 checas de Madrid y mediante “paseos” fueron eliminados 94 de los 177 aristócratas asesinados a lo largo de toda la guerra. De estos 30 fueron fusilados en Paracuellos del Jarama.

Entre los asesinados nos encontramos nombres como el de Alfonso Pérez de Guzmán y Escrivá de Romaní, duque de T’Serclaes; Fernando María Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, duque de Lerma; Cristóbal Colón y Aguilera, duque de Veragua; José María Canalejas y Fernández, duque de Canalejas (hijo del político de la Restauración); Alfonso de Borbón y León, marqués de Esquilache; su hermano Enrique de Borbón y León, marqués de Balboa (junto con su hijo Jaime de Borbón y Esteban, que en el momento de ser fusilado tenía solo 15 años de edad); Fernando Primo de Rivera y Cobo de Guzmán, conde de San Fernando de la Unión, etc.

 

En esta lista nos encontramos al marqués consorte de San Fernando, Joaquín Dorado y Rodríguez de Campomanes, y a su cuñado Pedro Ceballos Zuñiga y Solis, sacados por la fuerza de su casa, llevados a la checas de la calle Serrano nº 43 para luego ser “paseados” y muertos entre golpes y tiros en la pradera de San Isidro.

Este doble crimen, uno más de los miles cometidos en el luctuoso invierno del 36, no tendría especial relevancia si no fuese por los imputados en el Sumario de Urgencia 12.861 y la suerte que corrieron. En el sumario podemos leer; “(…) en Madrid y en la Comisaría de la Latina siendo las diez y ocho horas del día veintiuno de abril de 1939 declaraba María Ceballos Zuñiga, 42 años, natural de Villafranca de los Barros en la que afirma como el 7 de noviembre de 1936, a las dos menos cuarto de la tarde, en su domicilio de la calle del Prado nº 20 piso 1º, en la que denuncia como sus marido y hermano fueron raptados y violentamente sacados (…) por ocho o diez milicianos que los llevaron en automóvil. Se creyó que habían sido conducidos a la calle de Serrano nº 43, donde un tal Guijarro al parecer jefe de la checa allí establecida les dijo que habían sido llevado a la Cárcel Modelo, pero cuantas gestiones se hicieron para localizar a los secuestrados resultaron infructuosas, no así el rastro y datos de los milicianos secuestradores y presuntos asesinos”.

Existe una declaración en el expediente 12.861 de Manuel Carvajosa Álvarez en la se que de estos asesinatos a un tal Rubio de Calera de León, alias “Ojo de Perdiz”, que en realidad se llamaba Marcial Rubio Álvarez y que, al terminar la guerra, estaba detenido en el campo de internamiento de Albatera (Albacete).

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«Se tiene también noticia, que el día 7 de noviembre de 1936, se presentaron en Madrid en los domicilios de los Excmo. Sr. Marqués de San Fernando y de don Pedro Ceballos y Solís, ambos de esta vecindad (Villafranca de los Barros), los conocidos marxistas Angel Medel Carreras, como Manuel Carreiro Chaparro, Fernando Rubio Pastor, (a) Cagarrache, todos ellos igualmente de esta localidad, y un tal VEGA, vecino de Zafra, con otro sujeto de igual calaña, el cual es desconocido, los cuales practicaron la detención de los Sres. arriba citados, que desaparecieron sin que hasta la fecha se haya tenido conocimiento de su paradero o suerte.

 

(..) al día siguiente de la detención de los precitados Sres. se presentó (Manuel Iglesias Ramírez) en su domicilio, condoliéndose de lo sucedido.

En vista de esta visita, los familiares de los Sres. San Fernando y Ceballos, mandaron al día siguiente a sus sirvientes para que s se avistasen con el informado objeto de que les diera el paradero de los mismos a lo que contestó, primero con evasivas y después de forma déspota y altanera, que ya sabían que habían sido fusilados en la pradera de San Isidro y que por tanto no volvieran a molestarle».

Los cuerpos del marqués de San Fernando y de su cuñado nunca han podido ser encontrados al ser enterrados en alguna zanja en lo que luego sería zona de combate en los arrabales de Madrid a lo largo de toda la guerra.

El 1 de abril de 1939 terminó la guerra civil. Con fecha 5 de noviembre de 1939 en un informe de la Dirección General de Seguridad se habla de la orden de búsqueda y captura de Manuel Iglesias Ramírez, Jesús Yuste Marzo, Ángel Medel Carrera, Manuel Carreiro, Juan Miguel Ramírez o Martínez Bollo, del tal Rubio y de José Luis Guerrero Freire.

Uno de los inculpados, Manuel Iglesias Ramírez, pertenecía a una familia de ciertos posibles de Villafranca de los Barros donde su padre era propietario del Hotel Reverte. Había estudiado en el colegio de San José de los Jesuitas y luego cursó la carrera de derecho en Sevilla donde se vinculó al Frente Popular, trasladándose a Madrid, antes de la guerra, para trabajar con la diputada socialista, luego comunista, Margarita Nelken. Iglesias fue delegado gubernativo republicano en Extremadura, etapa en la que se prendió fuego a una de las iglesias extremeñas, usada como cárcel de derechistas y católicos, resultando heridos graves y muriendo muchos de los allí detenidos.

En Villafranca de los Barros, donde estuvo desde mediados de julio de 1936 hasta la toma del pueblo por la columna del ejército de Franco el 9 de agosto del mismo año, como delegado gubernativo, entregó 80 fusiles a las milicias locales y participó en la detención de los agentes de la Guardia Civil que se habían hecho fuertes en el cuartelillo. Varios de estos serían fusilados después. Ya en la capital participó en acciones de propaganda del Frente Popular dando charlas en Unión Radio Madrid y combatió en el frente de Somosierra y así durante los tres años de conflicto.

La Auditoria del Ejército de Ocupación, Juzgado Militar Permanente nº 6, informaba, en relación a la causa del asesinato del marqués de San Fernando, que Iglesias estaba detenido en la cárcel de Ubeda por una condena a muerte según había manifestado su cuñado Julián Vidal Torres, aunque el 24 de marzo de 1943 se confirmó que cumplía condena en Sevilla de 30 años por Rebelión Militar (causa nº 15.524):

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«Auditoria de Guerra. Juez Militar Sr. Clavijo. Jaén Juez Militar García de Garellan.

Que debemos condenar a muerte y condenamos al procesado MANUEL IGLESIAS RAMIREZ a la pena de muerte, como autor responsable de un delito de Rebelión Militar… sustituida esta pena en caso de conmutación por la reclusión perpetua, con las accesorias de interdicción civil e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena y al pago de responsabilidades civiles»

A partir de 1939 la justicia militar procedió de oficio a revisar muchos de los consejos de guerra realizados durante la guerra:

«Examinada la presente causa num. S, 12.861 relativa a ANTONIO FERRERO, MANUEL IGLESIAS RAMIREZ, JESUS YUSTE MARQUEZ, ANGEL MELLEN CARRERAS, MANUEL CARREIRO, JUAN MANUEL RAMIREZ O MARTINEZ BOLLO, EULLIA LEMUS, MARCIAL RUBIO Y JOSE LUIS GUERRERO FRAILE.

CONSIDERANDO del informe del Instructor aparece que algunos inculpados han sido ya objeto de otros procedimientos en los que se habrán exclarecido (sic) las responsabilidades derivadas de los hechos delictivos, que otros se hallan en ignorado paradero y tratándose de imputaciones hechas a raíz de la liberación, que ofrece hoy escasas posibilidades de resultado práctico y que conduciría a una revisión de procesos y actividades, contraria al espíritu de las últimas disposiciones de la Superioridad y a la política penal desarrollada a través de diversas resoluciones legales, con un sentido evoluctivo (sic) que no es lógico invertir.

Visto el inciso primero del art. 538 del C.J.M.

Es procedente que prescindiendo desde luego de comprobaciones de muy laborioso desarrollo, ante el volumen procesal existente, se acuerda por V.E. el sobreseimiento provisional de esta causa, que volverá al Instructor, para notificación y a fin de que se ponga a los encartados en libertad definitivamente, remitiendo el oportuno testimonio al Consejo Supremo de Justicia Militar… Madrid a 21 de Julio de 1943″.

El 13 de noviembre de 1943 en un escrito del juzgado militar competente se dice: “ordene inmediata libertad del recluso procedimiento 12.861 MANUEL IGLESIAS RAMIREZ… El Juez Militar Adjunto” por sobreseimiento provisional. Iglesias no volvió a la cárcel. Un año después de su puesta en libertad el abogado Iglesias entraba a trabajar en el Ministerio de Trabajo, regido entonces el falangista José Antonio Girón (mayo 1941 / febrero 1957).

Autor

REDACCIÓN