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De vez en cuando sale algún bellaco de la cheka cultural diciendo que fui un infiltrado de la policía en el GRAPO, hace poco ha salido un cretino especial llamado Reig Tapia. Si lo creen de verdad y están en contra del terrorismo, tendrían que felicitarme, pero curiosamente es todo lo contrario. No lo creen pero lo dicen para desacreditar mi labor historiográfica, que por lo visto debe de estar dirigida también por la policía. Es normal:  como no pueden rebatirme intelectual y democráticamente, tienen que recurrir a esos procedimientos: la ley de memoria chekista y  bellaquerías propias de sus mentes ad hoc. Pero el caso es que, mientras yo estuve en aquel partido, el GRAPO nunca estuvo infiltrado, mientras que sí lo estaban el PCE, el PSOE y otros por el estilo. Y el caso es también que quienes entonces hablaban de tal infiltración tuvieron luego a su disposición los archivos policiales, y tuvo que ser Barrionuevo, ministro socialista del interior, quien harto de tales historietas, las desmintiera en sus memorias.

Todo el asunto se resume en esto: los memoriadores, que no historiadores, de la cheka  “cultural”  se sienten amenazados por mis libros e investigaciones, que dejan en evidencia su “Himalaya de falsedades”, que decía Besteiro. Y solo pueden replicar a la manera chekista, con leyes de “memoria” y bulos personales. El problema no es que vivan en la mentira, sino que viven DE la mentira, de  engañar, embrollar y envenenar  la mente de mucha gente, en especial jóvenes, empujando a la sangre mientras ellos se mantienen siempre al resguardo. Al modo de aquellos “intelectuales antifascistas” que okupaban el palacio de Zabálburu en Madrid durante la guerra y organizaban banquetes y fiestas de disfraces mientras los madrileños pasaban hambre y frío.  A una de sus fiestas invitaron a Miguel Hernández, que, asqueado, dijo en voz bien alta: “Veo aquí a mucha puta y a mucho hijo de puta”. Pues eso. Por cierto que cuando dejaron el palacio aquellos bribones se llevaron colecciones de monedas de oro y plata y desvalijaron una valiosísima biblioteca antigua. No han cambiado, véanse mis libros recientes sobre la república y el Frente Popular, sobre todo el segundo. Conviene poner en su sitio a esos tiparrracos: es mucho lo que nos jugamos.

Autor

Pio Moa
Pio Moa
Nació en 1948, en Vigo. Participó en la oposición antifranquista dentro del PCE y el PCE(r)-Grapo. En 1977 fue expulsado de este último partido e inició un proceso de reflexión y crítica del marxismo. Ha escrito De un tiempo y de un país, sobre su experiencia como "revolucionario profesional" comunista.

En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía que ha cambiado radicalmente las perspectivas sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistasLa quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en ÑTV, Libertad DigitalEl Economista y Época.