16/05/2024 09:38
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Chusma estatolátrica, La Plataforma Vecinal Pino Montano Grita Basta, integrante de Barrios Hartos, ha emitido un comunicado en el que dejan claro que rechazan «los métodos usados ayer en las calles por grupos vandálicos que se atrevieron a hablar haciendo referencia a la clase trabajadora de nuestro barrio». Se referían a los disturbios de la noche del martes 27 al miércoles 28 en la calle Cortijo de las Casillas.

Tontos útiles de la “izquierda” al servicio del Gran Capital

Y, por supuesto, sale el espantajo asustaviejas de los «nazis». Hacen un llamamiento a sus vecinos para «den la espalda a movimientos que claramente responden a llamamientos de la ultraderecha». Y, no lo duden, la chusma sociata-podemoide que arruina España de nada es culpable. Fíjense, apreciados lectores de ECDE, en la surrealista explicación que ofrecen de la devastación financiera. «Hoy los negocios tienen que cerrar porque la sanidad pública está tan destrozada que no va a aguantar ni la mitad de una pandemia (con los tiempos que corren y los medios que existen)». Sic.

De hecho reclaman al Estado, más Estado. Más control y domesticación. Más tiranía. Comunistoides nacionalizaciones (lo denominan «socializar grandes empresas»). Y exigen más mafia médica. Más escuelas dedicadas a la sumisión, al adoctrinamiento y la estupidización. A la violación mental de los críos. Vamos, lo de siempre en estas asociaciones presuntamente defensoras de los trabajadores. Grupúsculos vecinales, muy subvencionados. Jamás morderán demasiado la mano que le da de comer. Lo que el amo diga. Sí, bwana. En la capital andaluza, el siniestro alcalde Juan Espadas

¿Cómo es Pino Montano?

Pino Montano en nada se asemeja a la madrileña y selectísima Núñez de Balboa, célebre por las voxeras y cayetanas asonadas – con o sin palos de golf: el Pijo Manteca utilizó un cepillo, seamos justos – contra el estado de alarma durante la primera fase de la falsa pandemia.

No, no es Pino Montano un barrio frecuentado por decrépitas y apergaminadas marquesas-alférez, adictos al vermú con aceitunita o anémicos “partisanos” de media melena, barbita de tres días, ceñidos pantalones tobilleros y pulserita rojigualda. O sea, me lo sigues jurando por Snoopy. Y, sin embargo, Pino Montano ha devenido el primer lugar en España donde la gente ha reventado ante la declaración de nuevo estado de alarma.

Tierra, pan y libertad

Quizás, tal vez, a lo mejor, una refriega con cuatro niñatos, una anécdota con el dilatado balance de algún contenedor quemado. Pero amplíen el foco: nos tropezamos ante el anuncio de lo que vendrá cuando se acaben las paguitas con las que continúa anestesiándose el definitivo derrumbe económico. Ahora se grita por la «libertad», después, si nada lo evita arribarán los clamores por «el pan».

Durante los próximos días veremos a bastante ningunear o silenciar – incluso intoxicar como los vecinitos antedichos – lo sucedido en Pino Montano como una simple trifulca y pendencia y pelotera de barrio chusmet. Otros se entregarán a la conspiranoia y vislumbrarán enésimas internacionales rojeras tras los hechos. Otros, a peligrosos hitlerianos.

Pino Montano, ¿el inicio de algo?

Lo dicho. Nada de eso. Plataforma Vecinal Pino Montano Grita Basta: llamadme como os pete. Sois mierda manipulada al servicio del Gran Capital. Tontos útiles. Y traidores a vuestra clase. Y viva la rebelión de Pino Montano, primer indicio estimulante de lo que se aproxima. En fin.

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Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.