22/11/2024 06:37
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Son recurrentes las manifestaciones públicas, verbales y escritas, anti-VOX. En general, son individuos acostumbrados a que se les ponga un microfono delante (pseudo periodistas,  intelectuales, deportistas, artistas, etc.), o que en las redes sociales, tienen más o menos seguidores, y escriben, o dicen, las gansadas que se les vienen a la cabeza, pero siempre con la cautela de no meterse en ningún asunto políticamente incorrecto. Hay, incluso, algunos que rehuyen hasta de pronunciar el nombre de VOX y quienes manifiestan, sin rubor, que VOX no tiene cabida en sus calles. Causaría hilaridad, si no fuese una tragedia, limitar el acceso a las vías públicas a casi 4 millones de españoles mientras se consiente ese derecho a: los bildutarras; tipejos como Rajoy que excarcelo a Bolinaga y soltó a centenares de sanguinarios terroristas; a estos podemitas, aburguesados hasta las trancas, que disfrutaban del «jarabe democrático» cuando lo aplicaban ellos con despiadada desvergüenza.Todos estos «benefactores» de la naturaleza humana, ¿si deben tener cabida en las calles y VOX no?. 
 
Desde luego allá cada cual, pero que los sujetos que realizan semejantes afirmaciones quieran hacerse perdonar, por la dictadura socialcomunista reinante, no tiene porque ir asociado a la tolerancia, por la mayor parte de la población, de sus majaderías. Y por qué hago esta afirmación, pues por la sencilla razón de que se puede estar a favor o en contra de todo siempre que dicha posición haya surgido de un severo análisis personal (fruto de su propia experiencia y del conocimiento que haya podido adquirir), y de que exista el debido respeto hacia quienes no piensan como uno. Es este punto el que más grima me da de estos sujetos, su pastueña subordinación a los mantras que sus amos les dictan, y su espurio ejercicio de sumisión intelectual sin avergonzarse de su propia simpleza y superficialidad, amén de su falta de respeto a quienes opinan diferente. 
 
Y esta cuestión del respeto es, para mi, una de las esenciales de la deriva que sacude a España, porque toda la patulea socialcomunista y separatista no respetan a los que no pensamos como ellos, agravando sus posiciones supremacistas con una justificación de la violencia que ellos ejercen. 
 
Hoy en día ya no hay persona de bien a la que no le llamen, o hayan llamado, fascista en alguna ocasión. Recientemente hasta un periodistillo desorejado equiparo a VOX con el partido nazi. La simpleza y estupidez de semejantes insultos no merecen ni si quiera el menor contraste crítico. Desde luego que el fondo gramatical de toda esta patulea, incluso hasta para insultar, resulta ser sonrojante por su primitivismo y precariedad gramatical. Si VOX hiciera lo que hizo el partido nazi posiblemente ese periodistillo ya se habría afiliado a ese imaginario partido porque lo del linchamiento (en su caso mediático) se le da a la perfección y lo ejerce sin rubor. 
 
Resulta paradójico que quienes esgrimen ese tipo de insultos tiene mucho más en común con esas ideologías de lo que ellos creen. Para muestra un botón: esas violentas turbas separatistas y socialcomunistas de comportamiento soez y repulsivo que han acosado, y agredido, a VOX, en sus actos electorales en Galicia y País Vasco, si tienen bastante de fascistas y de nazis, ya que no admiten la mínima disidencia de sus planteamientos supremacistas y violentos. Al menos esos salvajes (en el sentido más peyorativo del término) podrían comportarse (durante sus primeros años), uniformarse y asearse debidamente como las SA del NSDAP, ganarían bastante estéticamente y resultarían menos ofensivas a la vista. A nivel ideológico, como ya tienen lavado el cerebro, no sería necesaria la más mínima actuación.
 
Pero además, la hipocresía de estos satrapas socialcomunistas y separatistas ha alcanzado niveles nauseabundos, achacando a VOX de las felonias y traiciones que ellos mismos cometen, con viciada intensidad y desvergüenza.
 
En definitiva, toda esta patulea han tratado a VOX como un saco de arena. Y existe un antídoto perfecto para guardarse de todas las villanias de estos botarates: la legítima defensa.
 
Los lectores de este gran periódico no necesitan de esta aclaración, pero si algún infiltrado advenedizo lee esta carta que sepa que VOX es un partido democrático, respetuoso con las opciones políticas discrepantes (aunque las combata políticamente) y que, por no comulgar con las dictaduras progue, socialcomunista, separatista y globalista, está, sistemáticamente, siendo estigmatizado por todos los emasculados intelectuales que profesan, ciegamente, esas podridas doctrinas y sus corrompidos siervos. 

Autor

REDACCIÓN
Son recurrentes las manifestaciones públicas, verbales y escritas, anti-VOX. En general, son individuos acostumbrados a que se les ponga un microfono delante (pseudo periodistas,  intelectuales, deportistas, artistas, etc.), o que en las redes sociales, tienen más o menos seguidores, y escriben, o dicen, las gansadas que se les vienen a la cabeza, pero siempre con la cautela de no meterse en ningún asunto políticamente incorrecto. Hay, incluso, algunos que rehuyen hasta de pronunciar el nombre de VOX y quienes manifiestan, sin rubor, que VOX no tiene cabida en sus calles. Causaría hilaridad, si no fuese una tragedia, limitar el acceso a las vías públicas a casi 4 millones de españoles mientras se consiente ese derecho a: los bildutarras; tipejos como Rajoy que excarcelo a Bolinaga y soltó a centenares de sanguinarios terroristas; a estos podemitas, aburguesados hasta las trancas, que disfrutaban del «jarabe democrático» cuando lo aplicaban ellos con despiadada desvergüenza.Todos estos «benefactores» de la naturaleza humana, ¿si deben tener cabida en las calles y VOX no?. 
 
Desde luego allá cada cual, pero que los sujetos que realizan semejantes afirmaciones quieran hacerse perdonar, por la dictadura socialcomunista reinante, no tiene porque ir asociado a la tolerancia, por la mayor parte de la población, de sus majaderías. Y por qué hago esta afirmación, pues por la sencilla razón de que se puede estar a favor o en contra de todo siempre que dicha posición haya surgido de un severo análisis personal (fruto de su propia experiencia y del conocimiento que haya podido adquirir), y de que exista el debido respeto hacia quienes no piensan como uno. Es este punto el que más grima me da de estos sujetos, su pastueña subordinación a los mantras que sus amos les dictan, y su espurio ejercicio de sumisión intelectual sin avergonzarse de su propia simpleza y superficialidad, amén de su falta de respeto a quienes opinan diferente. 
 
Y esta cuestión del respeto es, para mi, una de las esenciales de la deriva que sacude a España, porque toda la patulea socialcomunista y separatista no respetan a los que no pensamos como ellos, agravando sus posiciones supremacistas con una justificación de la violencia que ellos ejercen. 
 
Hoy en día ya no hay persona de bien a la que no le llamen, o hayan llamado, fascista en alguna ocasión. Recientemente hasta un periodistillo desorejado equiparo a VOX con el partido nazi. La simpleza y estupidez de semejantes insultos no merecen ni si quiera el menor contraste crítico. Desde luego que el fondo gramatical de toda esta patulea, incluso hasta para insultar, resulta ser sonrojante por su primitivismo y precariedad gramatical. Si VOX hiciera lo que hizo el partido nazi posiblemente ese periodistillo ya se habría afiliado a ese imaginario partido porque lo del linchamiento (en su caso mediático) se le da a la perfección y lo ejerce sin rubor. 
 
Resulta paradójico que quienes esgrimen ese tipo de insultos tiene mucho más en común con esas ideologías de lo que ellos creen. Para muestra un botón: esas violentas turbas separatistas y socialcomunistas de comportamiento soez y repulsivo que han acosado, y agredido, a VOX, en sus actos electorales en Galicia y País Vasco, si tienen bastante de fascistas y de nazis, ya que no admiten la mínima disidencia de sus planteamientos supremacistas y violentos. Al menos esos salvajes (en el sentido más peyorativo del término) podrían comportarse (durante sus primeros años), uniformarse y asearse debidamente como las SA del NSDAP, ganarían bastante estéticamente y resultarían menos ofensivas a la vista. A nivel ideológico, como ya tienen lavado el cerebro, no sería necesaria la más mínima actuación.
 
Pero además, la hipocresía de estos satrapas socialcomunistas y separatistas ha alcanzado niveles nauseabundos, achacando a VOX de las felonias y traiciones que ellos mismos cometen, con viciada intensidad y desvergüenza.
 
En definitiva, toda esta patulea han tratado a VOX como un saco de arena. Y existe un antídoto perfecto para guardarse de todas las villanias de estos botarates: la legítima defensa.
 
Los lectores de este gran periódico no necesitan de esta aclaración, pero si algún infiltrado advenedizo lee esta carta que sepa que VOX es un partido democrático, respetuoso con las opciones políticas discrepantes (aunque las combata políticamente) y que, por no comulgar con las dictaduras progue, socialcomunista, separatista y globalista, está, sistemáticamente, siendo estigmatizado por todos los emasculados intelectuales que profesan, ciegamente, esas podridas doctrinas y sus corrompidos siervos. 

Autor

REDACCIÓN