10/05/2024 01:07
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Diríase que el fullero Sánchez ata todos los cabos para evitar investigaciones de la corrupción del PSOE durante la campaña de Elecciones Generales , además de pagar a las rameras de los medios de comunicación para silenciar las propuestas de otros partidos pujantes que amenazan su rastrera hegemonía. En el programa El Hormiguero fue sustituido el público por afines al PSOE, según se denuncia con pruebas fotográficas. Coacción y manipulación, dos modus operandi reiterados de este trilero que pretende imponerse contra la voluntad democrática de los ciudadanos. ¿La sustitución del general Alfonso López Malo es sospechosamente parecida a la del coronel Jefe Sánchez Corbí tiempo atrás? ¿Ahora con disimulo, pero sin dejar de ser una oportuna sustitución?

España parece un lupanar institucional desde que se prostituyó la dignidad del Estado con la corrupción sanchista. El Ministerio del Interior enciende luces de neón sin disimulo. Fernando Marlaska se ha ganado la fama de ser un desviado y no por su respetada condición sexual sino por ese rencor enfermo que aflora a borbotones después de arrancarse la máscara de juez honesto y perder la vergüenza por actitudes impropias de  un hombre de honor; ser gay es lo que menos importa para merecer el respeto público que no se gana con actitudes repulsivas. Llamó la atención que no se diera por aludido con la ofensa de la entonces Ministra de Justicia Delgado, quien lo denominó sin ambages “maricón”, y sí recelase de partidos democráticos que no comulgaban con proterroristas que sin escrúpulos blanqueó repugnantemente el gobierno de Pedro Sánchez. Sectario. Detrás de la meliflua voz de un homosexual confeso-según la antes denominada salida del armario homosexual-, se escondía un rencoroso de aviesas intenciones incompatibles con un cargo ministerial. Odia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que comanda chulescamente y así se lo hacen saber cuando acude a actos oficiales.

Recordemos: después de los hechos vergonzosos que acaecieron durante el desfile del orgullo gay, cuando unos insultantemente ingenuos miembros de Ciudadanos fueron agredidos por las hordas del lobby izquierdista, Fernando Marlaska se retrató, una vez más, echando por tierra la fama de ponderación que le caracterizaba, antes de subirse al carro del sectarismo y dar rienda suelta a la ponzoñosa malicia que le supura insanamente cuando ocupa el cargo de ministro del Interior. Y digo de la insultante ingenuidad de los veletas del partido naranja porque estos habían demostrado una tibieza desorientada, un alarde de orgullo sin norte, un extravío de identidad que desconcertaba a sus ex votantes, que encontraron en Albert Rivera al cobarde indefinido sojuzgado por los mandatos de Francia, traicionando a su electorado y convirtiendo a la formación en objeto de mofa, incluso venciendo en Cataluña, después de haberse perdido el respeto a sí misma. Hay ciertos paralelismos con el actual PP de Feijóo aunque sólidamente soportado por la maquinaria del PSOE y el bipartidismo pactado.

Mal estaba que una manada de exaltados atacase injustificadamente a quienes no son de su misma condición, pero ese perjuicio era responsabilidad también de quienes conociendo el percal disuasorio de una masa enfervorecida por la demagogia y la manipulación de la radicalidad, fueron a solidarizarse impulsados por una estrepitosa carencia de sentido común. La misma falta de identidad política es la que contradecía la razón de ser de un partido fantasma que buscaba su sitio institucional hasta su reciente extinción, coartado por la vigilancia de Macron y la debilidad por la que se deja influir con menosprecio a fuerzas constitucionalistas.

Se lo puso fácil Ciudadanos a cuantos antes lo tildaron de ultraderecha, como suele pasar con este fascismo de izquierda intolerante organizado con una hipocresía contagiada a todo el espectro socialista, para que Fernando Marlaska ejerciera de mamporrero vil cuya inquina no difería de cuantos asaltaron a los ingenuos que salieron escaldados por meterse, quizá, en el avispero donde pululaban los aguijones sin control. El otrora objetivo ultraderechista que era Ciudadanos ha sido relevado por el partido constitucionalista de Ortega Lara, VOX, apedreado en los mítines con la aquiescencia del vergonzoso juez.

El currículum ministerial de Markaska es absolutamente degenerado y la UCO no es compatible con los sucios planes sanchistas. Ya prepara el CIS del sucio Tezanos una mayoría absoluta, habida cuenta de lo que colaron en anteriores comicios. Es normal con este extravío de lo moral que un ministro asuma el rol de mamporrero frentepopulista, excuse la barbarie terrorista, justifique los ataques contra los derechos inalienables que tiene el deber de defender y sustituya con oportunismo a investigadores efectivos e imparciales de la UCO.

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¿Un ministro de Interior incurriendo presuntamente en ese demagógico concepto del _delito de odio_ acuñado para recortar los derechos que ni en tiempos franquistas eran perseguidos, sumisamente arrastrado a los pies del gurú monclovita? Un sino judicial debería esperar a este espectro de corrupción  dirigido por el mayor marrullero de la Historia de España que es el muy traidor Pedro Sánchez, siempre secundado por elementos como Marlaska, quien hace 20 años salió del armario para proclamarse gay del mismo modo que salió para mostrar su verdadera condición de mercenario frentepopulista a sueldo opíparo e inmerecido del erario público. La búsqueda de la verdad no interesa a quienes harán de todo para ocultarla. ¿La destitución del responsable de la UCO está en la línea de perversión electoral que marca el traidor monclovita para no apearse del Falcon? El hedor se percibirá incrementado hasta el 23J.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Aliena

Vaya, ya llegó el listo de turno a hablar del «fascismo de izquierdas», cual una Rosa Díez cualquiera. Es muy voxero, sí, no llamar a las cosas por su auténtico nombre y escudarse en el facilongo «Ellos son los verdaderos fascistas» ( vaya, «que viene el Coco, que sólo es uno, y que se come a los niños que duermen poco» ). Pura intelectualidad roma.

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