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AYER

Y ahora mi alma duda y se atormenta… ¿Es mejor? ¿No es? Pero, ¿por qué?… Decía el otro día que en este país nadie, del Rey abajo, sabía hacia dónde o cómo se marchaba, que vivíamos bajo el imperio de la duda, y hete aquí que los «sucesos» de este fin de semana han venido a confirmar mis «dudas». Felipe González ha dado una lección de ética y ha demostrado que todavía hay tiempo para la esperanza. Porque cuando un hombre joven es capaz de actuar como lo ha hecho el líder del PSOE es que todavía no hemos muerto, que España puede confiar en sus hijos y en su futuro.

Bien es verdad que Felipe, como Hamlet, puede decir ahora: «¡mi destino me llama a voces y vuelve la fibra mas tierna de mi cuerpo tan robusta como los nervios del león de Nemea!… Me llama todavía!… ¡Soltadme, señores!… ¡Vive Dios que he de hacer potro espíritu del que me detenga…! ¡ atrás digo!…. (¡Adelante!. ¿tierno o Tierno?, me pregunto yo)

Una cosa se ha puesto de manifiesto con los imprevistos resultados del XXVIII congreso socialista: que el partido que fundara aquel hombre bueno de Pablo Iglesia sigue vivo. Y esto de seguir vivo, frente a la muerte, es siempre algo importante.

Decía  Montesquieu que: » de modo general se puede afirmar que un Estado donde todo el mundo está tranquilo, ha dejado de ser libre», y es verdad. La libertad está reñida con la tranquilidad. Porque solo puede estar tranquilo quien no espera nada. Mejor dicho, quien sabe que, decida lo que decida, tiene marcado el final; quien sabe de antemano que «su» libertad está limitada por la libertad que ha impuesto «otro». Pero, aquellos que saben que su destino depende de ellos mismos, jamás podrán estar tranquilos. Es la incertidumbre del navegante en pleno océano. Un grado a babor -¡solo un grado!- puede desviar el rumbo y conducir la nave hacia el mar infinito o hacia el acantilado.

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Felipe ha demostrado que es libre, que la libertad es un don inapreciable y que su primer «Slogan» de Socialismo Libertad» no era una falacia.

Y, sin embargo, el mar se ha alborotado.

Estamos a caballo del drama y la tragedia. Un paso en falso en estas circunstancias puede ser fatal. Por eso, ahora más que nunca, hay que agarrarse a la tierra y permanecer frío como el témpano. Porque «Alguien», sin duda, está interesado en que se desaten las pasiones y se enrabieten los dioses. ¡Cuidado!, pues La democracia española está en juego…y aunque una batalla no decida la guerra, sí puede ser desencadenante, la última razón de una causa.

Y  puesto que, sin darnos cuenta, hemos entrado en «términos militares» recordemos, con Maquiavelo, que entre el arte de la política y el arte militar existe un carácter similar marcadísimo.

«El dirigente político se asemeja a su actividad creadora –dice Maquiavelo- al general que organiza, disciplina, instruye y lleva al ejercito a la victoria. Es muy significativo que la «virtú» sea la cualidad cardinal de un jefe político tanto como de un general victorioso. El político virtuoso es racionalista, calculador y dueño de sí mismo… y es lo suficientemente prudente como para identificar su propio interés con el bienestar de aquellos a los que trata de dirigir».

¡Que aprendan la lección los demás y saquen conclusiones!.

Porque ahora, precisamente ahora, es decir, en este interregno que marca la situación interna del partido Socialista, es cuando «otros» tenían que demostrar que «sus» intereses no están por encima de los interés generales. Felipe ha dado el «do de pecho», tal vez arrastrado por el sino –ese sino fatal de todo andaluz- para que «otros2 puedan dar el suyo. Ha llegado la hora de los «grandes estadistas» y no de los mediocres y peseteros.

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El señor Suarez esta, pues, obligado en estas circunstancias, cuando menos, a no ser menos que Cánovas del Castillo tras la muerte de Alfonso XII. ¡Hay que salvar las instituciones! ¡Hay que salvar la Democracia!… porque los hombres pasan, sean gigantes o enanos, y las naciones permanecen.

Lo importante es ser libres. Es decir, libres para construir, como quería Felipe, o libres para ser o no ser, como quiso Hamlet. ¿Tiene salida este callejón? (Hamlet, 22 de mayo de 1979)

HOY

Ya lo ven. «Hamlet» defendiendo a Felipe González por el valor que le echó en aquel Congreso que eliminó el marxismo-comunismo del PSOE. ¡Dios, cuanto agradeceríamos hoy que Felipe González tuviese 40 años menos y fuese secretario general del Partido Socialista Obrero Español. Decía Hamlet ayer que estamos a caballo del drama y de la tragedia (y eso lo decía en 1979)… entonces ¿qué diría hoy que la tragedia ya está a la vuelta de la esquina?… Menos mal que, como decía, los hombres pasan y las naciones permanecen … «Por eso, ahora más que nunca, hay que agarrarse a la tierra y permanecer frío como el témpano»… Me parece que Hamlet fue un profeta.  (Hamlet, 27 de julio de 2020)

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REDACCIÓN