22/11/2024 06:31
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Pedro Sánchez es muy dado a montar todo tipo de mesas. Mesas de diálogo, mesas de reconstrucción, mesa por la paz, e incluso, mesas por la coordinación, esta última encargada de coordinar los distintos ministerios, sobre todo para evitar que trasciendan las discrepancias entre los ministros comunistas de Podemos y los ministros socialistas del PSOE y con la finalidad de no trasladar a la opinión pública la imagen de descoordinación y la de limitar al todopoderoso Pablo Iglesias dentro del gobierno y sus injerencias en otras carteras que no son de su incumbencia.

A nadie se le escapa que ninguna de las mesas organizadas por Pedro Sánchez ha obtenido el éxito deseado. Especialmente sangrante es el caso de la mesa de coordinación interministerial que, lejos de calmar las tensiones entre Podemos y el PSOE dentro del ejecutivo, solo ha servido para escenificar las más que notables diferencias de estrategia entre ambas formaciones. Quizá la clave del sonoro fracaso está en los actores elegidos para coordinar los ministerios. Es muy complicado que algo funcione medianamente bien si al frente colocas a dos reconocidos incompetentes como Adriana Lastra y Pablo Echenique, sobre todo este último que, al igual que su jefe, tiene un alto concepto de si mismo y un afán desmesurado de protagonismo. Es muy difícil apagar fuegos cuando lo que echas es gasolina.

La izquierda suele manejar muy bien los tiempos y la propaganda. Auténticos maestros del engaño y del trilerismo político. Malabares de la dialéctica y la tergiversación. Son capaces de estar gobernando y aparentar que son otros los que ostentan el poder y la responsabilidad, dan siempre la sensación de estar en la oposición y con los oprimidos cuando son ellos los opresores. Podemos se comporta como si no tuviera responsabilidades de gobierno y se permite el lujo de acusar a los jueces que han condenado a la compañera Isa Serra de prevaricación. Una Isa Serra que en ningún caso fue condenada por parar desahucio alguno, lo fue por atentado a la autoridad, lesiones leves y daños. El vicepresidente Iglesias, su compañera sentimental, de partido y también de gabinete, Irene Montero, así como Pablo Echenique, arremetieron duramente contra los jueces, apoyando a la delincuente Isa Serra, sin tener en cuenta la actual posición que ocupan. No asumen ningún tipo de responsabilidad, ni siquiera las propias del cargo que ostentan. El problema de estos comunistas es que, por muy bien que manejen los tiempos y la comunicación, les será muy difícil eludir sus responsabilidades en un futuro próximo, pues ni el mejor de los magos o trileros será capaz de esconder los miles de muertos que se acumulan por su ineficacia, su ineptitud y su irresponsabilidad.

No es una novedad que la izquierda tome partido por los delincuentes antes que por las víctimas. El caso de Isa Serra no tendría por qué ser una excepción, pero lo que es incomprensible es que, en la cuestión de la gestión del coronavirus, hayan errado tanto en la estrategia. Debieron pensar que el número de muertos no sería tan abultado y que les sería fácil eludir sus responsabilidades con el apoyo de sus terminales mediáticas. Ahora están en el «sálvese quien pueda» y empezaremos a notar cómo Podemos se distancia del PSOE para achacar a estos las consecuencias que, obligatoriamente, tendrán que derivar de la pésima gestión llevada a cabo.

Tendremos que estar muy atentos y no consentir que una supuesta mesa por la reconstrucción nacional se convierta en una futura ley de punto final que consiga que se tape y se eludan las responsabilidades por los daños cometidos. Será el momento en el que Pablo Casado y el Partido Popular deban elegir con quien desean estar: si con los enterradores o con aquellos que estamos sufriendo su cruel y malvada negligencia. Es el momento de tomar partido: con los culpables o con los inocentes. La izquierda, no reconociendo errores, ya está posicionada; la incógnita que queda por resolver es si los populares se prestarán a un nuevo enjuague, en forma de pacto o acuerdo con el gobierno, que libere al PSOE y a Podemos de toda responsabilidad y toda culpa.

Javier Garcia Isac/director de radioya.es

Autor

REDACCIÓN

Pedro Sánchez es muy dado a montar todo tipo de mesas. Mesas de diálogo, mesas de reconstrucción, mesa por la paz, e incluso, mesas por la coordinación, esta última encargada de coordinar los distintos ministerios, sobre todo para evitar que trasciendan las discrepancias entre los ministros comunistas de Podemos y los ministros socialistas del PSOE y con la finalidad de no trasladar a la opinión pública la imagen de descoordinación y la de limitar al todopoderoso Pablo Iglesias dentro del gobierno y sus injerencias en otras carteras que no son de su incumbencia.

A nadie se le escapa que ninguna de las mesas organizadas por Pedro Sánchez ha obtenido el éxito deseado. Especialmente sangrante es el caso de la mesa de coordinación interministerial que, lejos de calmar las tensiones entre Podemos y el PSOE dentro del ejecutivo, solo ha servido para escenificar las más que notables diferencias de estrategia entre ambas formaciones. Quizá la clave del sonoro fracaso está en los actores elegidos para coordinar los ministerios. Es muy complicado que algo funcione medianamente bien si al frente colocas a dos reconocidos incompetentes como Adriana Lastra y Pablo Echenique, sobre todo este último que, al igual que su jefe, tiene un alto concepto de si mismo y un afán desmesurado de protagonismo. Es muy difícil apagar fuegos cuando lo que echas es gasolina.

La izquierda suele manejar muy bien los tiempos y la propaganda. Auténticos maestros del engaño y del trilerismo político. Malabares de la dialéctica y la tergiversación. Son capaces de estar gobernando y aparentar que son otros los que ostentan el poder y la responsabilidad, dan siempre la sensación de estar en la oposición y con los oprimidos cuando son ellos los opresores. Podemos se comporta como si no tuviera responsabilidades de gobierno y se permite el lujo de acusar a los jueces que han condenado a la compañera Isa Serra de prevaricación. Una Isa Serra que en ningún caso fue condenada por parar desahucio alguno, lo fue por atentado a la autoridad, lesiones leves y daños. El vicepresidente Iglesias, su compañera sentimental, de partido y también de gabinete, Irene Montero, así como Pablo Echenique, arremetieron duramente contra los jueces, apoyando a la delincuente Isa Serra, sin tener en cuenta la actual posición que ocupan. No asumen ningún tipo de responsabilidad, ni siquiera las propias del cargo que ostentan. El problema de estos comunistas es que, por muy bien que manejen los tiempos y la comunicación, les será muy difícil eludir sus responsabilidades en un futuro próximo, pues ni el mejor de los magos o trileros será capaz de esconder los miles de muertos que se acumulan por su ineficacia, su ineptitud y su irresponsabilidad.

No es una novedad que la izquierda tome partido por los delincuentes antes que por las víctimas. El caso de Isa Serra no tendría por qué ser una excepción, pero lo que es incomprensible es que, en la cuestión de la gestión del coronavirus, hayan errado tanto en la estrategia. Debieron pensar que el número de muertos no sería tan abultado y que les sería fácil eludir sus responsabilidades con el apoyo de sus terminales mediáticas. Ahora están en el «sálvese quien pueda» y empezaremos a notar cómo Podemos se distancia del PSOE para achacar a estos las consecuencias que, obligatoriamente, tendrán que derivar de la pésima gestión llevada a cabo.

Tendremos que estar muy atentos y no consentir que una supuesta mesa por la reconstrucción nacional se convierta en una futura ley de punto final que consiga que se tape y se eludan las responsabilidades por los daños cometidos. Será el momento en el que Pablo Casado y el Partido Popular deban elegir con quien desean estar: si con los enterradores o con aquellos que estamos sufriendo su cruel y malvada negligencia. Es el momento de tomar partido: con los culpables o con los inocentes. La izquierda, no reconociendo errores, ya está posicionada; la incógnita que queda por resolver es si los populares se prestarán a un nuevo enjuague, en forma de pacto o acuerdo con el gobierno, que libere al PSOE y a Podemos de toda responsabilidad y toda culpa.

Javier Garcia Isac/director de radioya.es

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REDACCIÓN